El viernes pasado fue el Día
Internacional del Migrante, fecha instituida por la ONU en el 2000 (Resolución
55/93). A 15 años poco han hecho los países expulsores y receptores. Sin duda,
ha habido cambios en los niveles internacional, nacional y local, pero las
condiciones que empujan a la gente a emigrar siguen reproduciéndose, hasta
empeorar.
Igualmente, la gente que retorna
de manera voluntaria, unos pocos, y deportada, expulsada o que se le impide el
ingreso a otro país, la mayoría, está enfrentando el histórico abandono
gubernamental, el vacío emocional y múltiples problemas para reinsertarse. Discursos,
programas y funcionarios van y vienen, pero la migración sigue marcando vidas.
La Organización Internacional de
las Migraciones (IOM/OIM), ha llamado al 2015 un año marcado por el sufrimiento
humano y las tragedias de migrantes. Durante este periodo más de 5 mil hombres,
mujeres, niños y niñas, murieron al buscar una vida mejor; miles más fueron
abusados por traficantes, y otros enfrentan políticas xenofóbicas.
Esta fecha reconoce a los
migrantes, independientemente de su estatus y particularmente a quienes salen
de su país por una expectativa de vida diferente, la migración como un complejo
proceso social, económico, político y cultural. Algo que los gobiernos en
turno, de naciones expulsoras o de acogida, no terminan de aquilatar.
Las remesas, por ejemplo, con la
perversa imposición de organismos financieros y de desarrollo internacional (FMI,
Banco Mundial, BID), siguen en las agendas políticas como el gran recurso para
potenciar el desarrollo local y nacional, mientras se eluden las implicaciones
del histórico abandono gubernamental, responsabilizando a los migrantes.
Si bien los históricos flujos de
remesas a países como México, con sus estrepitosas caídas en periodos recesivos
(2008-2009), han generado bienestar, impulsado la participación cívica de los
migrantes, sus familias y localidades, además de formas nuevas de membresía y
ciudadanía, las evidencias empíricas sugieren que el desarrollo no llega ni
llegará.
Un problema mayor de organismos
financieros y de desarrollo, y gobiernos nacionales, es su rechazo a revisar
sus atavismos economicistas sobre el desarrollo y acendrado neoliberalismo que
favorece el capitalismo salvaje y depredador, pretendiendo responsabilizar a
los migrantes de más de treinta años de políticas económicas que atentan contra
el desarrollo.
En más de tres décadas, la
imposición irrestricta de las políticas neoliberales, atar el salario a la
inflación, implementar políticas públicas que únicamente administran la debacle
y el malestar social, pretender que las remesas protagonicen la palanca de un
desarrollo sin bases, además de la explosión de violencia delincuencial, han
implicado impactantes retrocesos.
Asimismo, en ese lapso el
gobierno mexicano ha seguido las políticas antiinmigrantes y antiterroristas
que han convertido el territorio mexicano en zona de fosas de migrantes
asesinados, desaparecidos, violentados cotidianamente por las mismas
autoridades mexicanas. La tragedia de los inmigrantes que buscan arribar a
Europa, la tenemos en casa.
Los refugiados sirios,
subsaharianos, africanos, enfrentan la muerte cruel en el mar, el desprecio y
la xenofobia al llegar a Europa, pero en México los centroamericanos son
maltratados, asesinados, extorsionados, desaparecidos y sepultados en fosas
clandestinas. La política migratoria mexicana acepta a los extranjeros
bienvenidos, no a los indeseables.
Sin duda, la diáspora mexicana en
Estados Unidos tiene hoy un papel relevante. A los líderes migrantes se les
premia con cargos públicos. Pero la retórica y el clientelismo no pasan por la
exigencia de que sean respetados sus derechos. Solamente situaciones dramáticas
implican notas diplomáticas como pétalos de rosas que no molesten al vecino del
norte.
En Michoacán, la secretaría del
Migrante fue asignada a conocido líder migrante, como parte de los arreglos
cupulares y los amarres clientelares que la derecha perredista acostumbra, y
quien dos días después de asumir el cargo se fue a Turquía, aparentemente a
otro evento más sobre migración, pero lo importante es que hasta la fecha no se
conoce su agenda concreta.
Con motivo del Día del Migrante
Michoacano, el “nuevo comienzo” retomó” su listado clientelar firmado con los
migrantes antes de las elecciones, afirmando que entre sus pendientes faltaban
un centro de estudios de la migración, el banco migrante y posiciones políticas
para los migrantes en el Congreso estatal, a cargo del erario público.
Tanto el listado original como los
tres anteriores pendientes son producto de la imaginación de sus asesores.
Respecto a lo primero, existen grupos de investigadores e instituciones
altamente capacitadas en Michoacán que en las últimas tres décadas han estado
estudiando y proponiendo acciones sobre la migración michoacana y sus actores
sociales.
Parece obvio que si se funda el
señalado centro, será un reducto clientelar asignado a los cuates de alguna
entidad federativa que buscan vivir del erario público. El banco migrante
imagina quedarse con las remesas de los migrantes, lo que habla del
desconocimiento total de los asesores de las realidades familiares, locales y
el uso de las remesas.
Se lee fácil. El estado recibe
cerca –quizás más- de 2 mil millones de dólares en remesas, pero llega en pesos
mexicanos –ahora favorecido por la devaluación- y fragmentado entre poco más
del 10 por ciento de los hogares michoacanos que reciben regularmente remesas,
y básicamente sostiene el bienestar de las personas. El promedio fluctúa de 150
a 200 dólares.
Con las cifras del Banco de
México se imaginan muchas cosas, pero no representan la realidad. Las
posiciones en el Congreso estatal son importantes, solo si quienes las ocupan
asumen una postura crítica y favorecen la rendición de cuentas y la
transparencia, porque para lo demás están los diputados, actuales y pasados, de
lo que la ciudadanía está cansada.
Obviedades. 1. Las elecciones en España muestran el agotamiento parcial del modelo
político bipartidista, la fuerza de los jóvenes en una sociedad que envejece y
la raigambre de la derecha neofascista y el conservadurismo. 2. El “nuevo
comienzo” ha sacado de los medios la conflictividad cotidiana (movilizaciones
magisteriales, normalistas, autodefensas, por falta de pagos a universitarios y
burócratas, la delincuencia envalentonada), con solicitudes oficiales a dueños
y directivos de medios, propaganda costosa e insulsa, pagos millonarios a un
monopolio televisivo, y una política de comunicación social que evade, mientras
desde las catacumbas se desata el linchamiento a coro de buena parte de los
medios electrónicos e impresos locales contra los normalistas. 3. El “nuevo
comienzo”, en típica actitud izquierdoide, neoliberal, autoritaria y populista,
redujo su salario e impuso a su gabinete la misma medida. Mejor sería imponer
un salario digno a las mayorías, no la burla de su aliado federal, mientras insiste
en esquilmar a los ciudadanos con el reemplacamiento; en acciones mediáticas no
para el gobierno estatal y el río revuelto, sigue revuelto. 4. Poco más de dos
meses y medio, y en el tema financiero no hay salidas reales a problemas que su
partido, el PRD, y el PRI, generaron, usa mediáticamente el sostén de los
programas sociales, es decir administrar la pobreza y la miseria, para imponer
el reemplacamiento y el cobro de derechos, pero nada de pensar en la
ciudadanía. No existe oficialmente, menos en el diccionario de la lengua
española, y su particular expresión mexicana, la palabra reemplacamiento. La Norma
Oficial Mexicana Proy-NOM-001-SCT-2-2012, aprobada en 2013, regula las
características de las placas de los automotores a nivel nacional, no establece
periodicidad y, acorde con algunos abogados constitucionalistas, podría ser
inconstitucional.