jueves, 26 de septiembre de 2013

Subordinación e intransigencia

Durante el último gobierno panista, la relación México-Estados Unidos, por esquizofrenia personal, ignorancia y mediocridad, favores económicos para implementar esta guerra que empeora, cayó en la total subordinación a la política y estrategia interna y continental de la Unión Americana.
Ahora el gobierno priista confirma que más vale estar subordinado que protagonizar una relación bilateral en la que la vecindad geográfica, la dependencia económica, un proceso migratorio histórico, entre otros, sean integrados a una estrategia que favorezca a nuestro país.
Señala un subsecretario de la SRE, que en cuanto a los millones de indocumentados mexicanos, no se le va a dar “gusto” a quienes insisten en que el gobierno mexicano tenga una postura activa en un problema claramente bilateral, diplomático, económico, político y social.
Como en el siglo pasado, ni regresen, quédense en Estados Unidos y cualquier cosa que ese país les otorgue, es lo mejor que podrían tener. Mientras tanto, México “calladito”, sin aspavientos, se ve bien. Que los indocumentados, expulsados por los gobiernos pasados se las arreglen.
La postura mexicana está a tono con la política continental estadounidense que define la migración como potencialmente terrorista. Y en la estrategia México es parte de un entramado en la que nuestra frontera sur es clave para regular y detener la migración centroamericana y el sur continental.
Barak Obama profundizó la política restrictiva contra la inmigración que George W. Bush implantó a raíz de los atentados terroristas de septiembre de 2001. El segundo promovió las redadas y detenciones, mientras el primero las acentuó criminalizando y deportando a 400 mil inmigrantes cada año.
El cálculo político, que no alcanza a arraigar entre la derecha republicana, el Tea Party, los antiinmigrantes y los anglosajones blancos protestatanes (WASP, siglas en inglés), ha llevado al escalamiento de una política inmigratoria discriminatoria, restrictiva y violatoria de los derechos humanos.
Mientras tanto, en nuestro país el gobierno actual marcha con el estadounidense en acatamiento a una estrategia que ve en los inmigrantes indocumentados una seria amenaza. Una política continental que incluye la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y el saneamiento económico del país del norte.
Pero no solo eso. El gobierno mexicano espera, ante la eventualidad de una reforma migratoria, alejar el fantasma del retorno masivo que termine por romper el aparente idilio mediático que propaga unas supuestas “reformas estructurales”, donde el extranjero es lo único que salvará a este país.
En el plano interno, la “guerrilla” mediática que intenta fijar en las percepciones de la ciudadanía un país inexistente y un futuro aún más improbable, no cesa. Pero cada día esa plataforma ideológica-política se desvanece, a pesar de los jilgueros mediáticos. Las reformas están despeñándose.
Tal es el caso de las reformas educativa y laboral. La primera restringe y atenta contra los derechos laborales del magisterio, además de suponer que los padres de familia, sin tomar en cuenta su condición de precariedad, tendrán que financiar una educación pública definida por el empresariado.
La reforma laboral únicamente ha acentuado la precariedad laboral, para solaz esparcimiento de los empresarios y los abusos de los “emprendedores” del outsourcing. Datos oficiales muestran la caída libre del empleo, la pérdida del poder adquisitivo y la indefensión de los trabajadores.
Como se observa en los presupuestos de egresos e ingresos, tanto de la federación como de Michoacán, la austeridad se aplica a los ciudadanos. Los legisladores, burócratas de primer nivel, las áreas de propaganda (de comunicación social nada tienen), tendrán aumentos más que sustantivos.
A la fecha, las reformas educativa y laboral, junto con la propaganda de austeridad, están deslegitimadas. Una es parte del saldo favorable de la movilización magisterial; la segunda, las estadísticas la han evidenciado, y la tercera, sigue produciendo efectos contrarios a los que se pretenden.
Sin duda, “Manuel” e “Ingrid” terminaron de desnudar a los gobiernos de todos los colores, al nacional y los estatales. Mientras la fiesta seguía, el desastre nos mostró la realidad de un país devastado económica, social y ecológicamente. La marginación, la pobreza, la violencia, la precariedad, siguen ahí.
En la relación México-Estados Unidos continuará la herencia panista que también devastó y desfiguró la larga tradición mexicana en cuanto a su papel en las relaciones internacionales, mientras internamente la intransigencia de hecho y mediática exhiben las caras de un gobierno y un país con graves problemas.
Obviedades. 1. Es razonable suponer que en cuanto al IVA en alimentos y medicinas y otros impuestos planteados en la “reforma hacendaria”, los diputados y senadores harán su tarea: aplicarlos para así dar otro respiro a un presidente de la república cada vez más cuestionado y con importantes derrotas. 2. Estudiantes de universidades privadas, en su derecho, alzan la voz en contra del IVA en las colegiaturas, pero el “movimiento” tiene tufo pro-empresarial. La IP usando a sus estudiantes para presionar al gobierno de EPN. 3. En Sinaloa, el cartel del golfo reparte despensas ante la parálisis priista, mientras en Michoacán en mantas se acusa a ese mismo gobierno de complicidad e inoperancia. 4. Dice Gustavo Madero, el presidente del PAN, junto con los pripanistas, que la privatización del petróleo y el sector energético de este país está “sobreideologizada” como para someterla a consulta, pero saben que una mayoría de mexicanos, independientemente de su grado de conservadurismo, porque la izquierda sigue siendo una minoría, se opone. 6. El Papa Francisco, en una extensa y provocadora entrevista, llamó a la anquilosada Iglesia católica y a sus fieles, a hacer a un lado los extremismos sobre el aborto, la homosexualidad, los matrimonios entre personas del mismo sexo, para renovar una religión que debería ser luz ante tantas injusticias, discriminación y abuso de poder. 7. 232 millones de personas, 3.2 por ciento de la población mundial, viven actualmente en otro país. La mayoría de los migrantes salen del sur para asentarse en otras naciones del sur y del norte, mientras Estados Unidos sigue siendo el principal receptor. 8. El Pew Hispanic Center, en su reciente reporte, afirma que la tendencia a la disminución de la inmigración indocumentada en la Unión Americana se está revirtiendo. A marzo de 2012, el número de indocumentados llegó a 11.7 millones respecto a los 11.3 de 2009. 9. Efectivamente, el tipo de cambio ha aligerado la caída continua de las remesas, pero ya es supina ignorancia seguir viéndolas como la única oportunidad para el bienestar de las familias, mientras ninguna política pública se pone en marcha en nuestro estado. 10. La emigración del sur del país a Estados Unidos sigue cobrando relevancia: 81 por ciento son jóvenes entre 20 y 39 años que no han concluido la secundaria; el 73 por ciento son hombres y el 27 por ciento mujeres.