lunes, 22 de abril de 2024

Los miedos de la derecha

 

La campaña electoral de la derecha, ha puesto el énfasis en el miedo, como un sentimiento individual manipulable, pues supone la prevalencia de un miedo colectivo explotable a su favor. Busca que lo que llama miedo salga a flote para que los mexicanos voten por la candidata derechista, Xóchitl Gálvez. La propaganda hace hincapié en que los habitantes de México tienen miedo y que, en los últimos cinco años, el miedo consume a los mexicanos y define su vida cotidiana. Usan la inseguridad, la salud, la pandemia de COVID 19, los feminicidios, los desaparecidos y a sus buscadoras, entre otros aspectos, para intentar someter a la gente. Recientes encuestas del INEGI, una institución pública, autónoma, que no podría ser acusada de ser comparsa del gobierno de la 4T, muestra que los mexicanos son felices, que la inseguridad persiste, pero en algunos centros urbanos del país la percepción negativa baja o se ha estancado, el empleo formal crece, la economía en general tiene un comportamiento favorable, etc.

En el tema de salud, la derecha trata de confundir a los mexicanos cuando dice que el seguro popular regresaría para que a nadie le falte atención médica y medicinas, cuando fue un programa de Vicente Fox que le cobraba a quienes estaban fuera del sistema de salud pública institucional (IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA, MARINA). Los mexicanos sin adscripción a las instituciones públicas de salud, podían ser atendidos en las mismas, pero la atención era limitada. Y en el tema de materiales de curación, medicamentos y algunos estudios, la gente tenía que pagar aparte o usar servicios subrogados a la medicina privada, la que realmente se enriquecía con esta privatización soterrada. Sobre la pandemia de COVID 19, la derecha paga a un grupúsculo de derechistas, entre los que destacan Sergio Aguayo Quesada, el exministro José Ramón Cossío, y otros exfuncionarios del PRI y el PAN, y personajes y académicos ligados implícitamente a ambos partidos políticos, distinguidos por su activismo anti AMLO, anti Hugo López-Gatell, anti 4T. Según sus sesudos “análisis”, más de un millón de mexicanos murieron por la pandemia, lo que mostraría la falta de atención del gobierno mexicano. Y se dicen “apartidistas” e “independientes”.

En cuanto a la inseguridad, la derecha sigue con su propaganda de miedo, ante hechos que caracterizaron a los gobiernos del PAN y el PRI. Claro, la inseguridad subsiste, pero no podemos negar sus orígenes, menos que en el contexto electoral actual esté siendo usada, no solo por la derecha y la oligarquía, sino también por la delincuencia organizada, la que añora los acuerdos que alcanzaron con el narcopresidente Felipe Calderón y su exsecretario de Seguridad, hoy encarcelado en Estados Unidos, acusado por narco. Los desaparecidos, son parte de esa guerra esquizofrénica, pero la derecha busca capitalizar, descontextualizando hechos trágicos y dolorosos. Las buscadoras, las familias de los desaparecidos/as, si bien han cuestionado el papel del gobierno federal, han superado el miedo y han encontrado cientos de fosas que el PAN y el PRI negaron y ocultaron, mientras el gobierno de AMLO ha reconocido su existencia, aunque no ha podido darle solución a tan triste situación.

Con todo, el miedo que la derecha busca propagar y manipular entre los mexicanos, está calando fuerte entre la misma derecha. La denuncia en contra del ministro en retiro, Arturo Zaldívar, es una muestra del pánico en el Poder Judicial, ante la posibilidad de que el 2 de junio, no solo gane la presidencia de la República la candidata de Morena-Pt-PVEM, Claudia Sheinbaum, sino también se cumpla la idea del Plan C. Es decir, que esta coalición obtenga la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión (Senado y Cámara de Diputados), lo que podría implicar aprobar y echar a andar la reforma del Poder Judicial. Los miedos de la derecha, seguirán marcando la contienda electoral, porque es un sentimiento individual que olvidaron los derechistas que también los acompaña. Vivir lejos del presupuesto, los privilegios, aterroriza al PRIANRD y la oligarquía.

lunes, 8 de abril de 2024

Primer debate: la señora de las bravatas y los hashtags

 

La candidata de la derecha, Xóchitl Gálvez, convirtió su arsenal tarjetero en hashtag tras hashtag, logrando que su participación se hundiera en una sarta de mentiras, golpes, falsedades y ataques sin ton ni son. Al parecer, sus propagandistas intentaron reducir el primer debate por la presidencia de México a un multimillonario hashtag, evitando lo evidente: la falta total de ideas, coherencia, congruencia y de proyecto de nación. Sin teleprompter no hay presidencia, parafraseando aquella telenovela colombiana muy vista en su momento. Aunque con excepciones, la mayor parte de los medios corporativos y sus amanuenses coincide –incluso los más acérrimos golpeadores de AMLO, Claudia Sheinbaum, la 4T- en que los arañazos que lanzó la derechista, quizás quebraron una uña, no hicieron mella. Escuchando a los derechistas Lorenzo Córdova y Denise Dresser en el posdebate, era notable su incomodidad para aceptar que Claudia Sheinbaum ganó. La encuesta de la panista, Massive Caller, a pesar de la cantidad de entrevistas robotizadas, con una tasa de rechazo de 95%, que afirmaron que la derechista había triunfado, pocos le creyeron.

Según el “war room” de la candidata del PRIANRD, la “dama de hielo” que intentó convertir en la marca del primer debate, no logró desinflar “la candidata del PRIAN es corrupta y mentirosa”. Incluso, inventar que los progenitores de Claudia Sheinbaum tenían cuentas en paraísos fiscales o repetir el supuesto papel de los hijos y parientes del presidente de México en las megaobras de la 4T, fracasaron estrepitosamente. La infamia derechista no compra votos. Algunos medios corporativos coinciden en que las propuestas de la candidata de Morena-PT-PVEM fueron limitadas, pero cómo presentar planteamientos si dedicó parte del debate a responder las mentiras y falsedades de la derechista. También, hay que señalar el papel del conductor de TVAzteca: amañar las preguntas con falsos contextos para apoyar los ataques de la derechista, mientras la conductora de Televisa, tuvo aguantaba la carcajada cuando Claudia Sheinbaum reveló que la derechista se estaba “robando” los tiempos, lo que en realidad llamó la atención a la pésima producción del INE o el contubernio del árbitro electoral para favorecer a Xóchitl Gálvez.

En este contexto, es importante mencionar que de 10 encuestas realizadas entre el 7 y 8 de abril, solo en una –Massive Caller, encuestadora propiedad de un integrante del PAN- aparece la derechista Xóchitl Gálvez como “ganadora”. Entre las 9 restantes, en la que gana el primer debate Claudia Sheinbaum, los porcentajes a favor van de 46 a 69%. De las Heras, Demoscopia Digital, Enkoll, Meba, destacan, tanto por su reputación como por sus metodologías. Para la candidata del PRIANRD, el primer debate fue una extensión de su incoherente y mentirosa vida política. Desde su llegada a la sede del INE, simulando que había arribado en su bicicleta, dio cuenta que pretendía hacer del primer debate un show mediático, no un espacio para presentar propuestas coherentes, serias y fundamentadas. Su tarjeta “MiSalud”, que anuncia dar dinero a las cadenas de farmacias con “consultorios médicos alternos”, hospitales privados y médicos privados, no busca resolver la salud pública, sino tomar otro camino para privatizar el sistema público de salud. Reducir la edad de la pensión de adultos mayores, es una simulación. Reabrir las guarderías se contradice con la “propuesta” de un sistema de cuidados, pues está documentada la corrupción y peligrosidad de dar dinero público a entes privados. El caso de la Guardería ABC es emblemático.

Asimismo, es fundamental, para los siguientes debates presidenciales, que el INE revise el formato y la producción, para evitar suspicacias como el “robo” advertido por Claudia Sheinbaum de su tiempo a favor de la derechista, además de evitar que los conductores manipulen con falsos contextos las preguntas que miles de ciudadanos enviaron para cuestionar a las candidatas y el candidato presidencial. Este primer debate sirvió para dejar en claro que la derecha, su candidata, cuyas bravatas e ignorancia son más que evidentes, y sus partidos políticos, fracasaron en 2024.