viernes, 29 de diciembre de 2023

Entre el chistorete, la vulgaridad y el “equipazo”

 

Dos frases propagandísticas definen bien lo hueco de la precampaña y, de seguro, la campaña de la derechista Xóchitl Gálvez: “fuerte como tú” y “cambiemos el rumbo”. En ambos casos, intentan aludir a la gente en general como si estuviera desamparada y sin rumbo. Pretende, también, hacer tabla rasa de la historia reciente en la que un gobierno de izquierda en México, está poniendo las bases de una realidad distinta a la dejada por los corruptos y saqueadores gobiernos del PAN y el PRI. El presunto desamparo de los mexicanos busca acercar a la candidata derechista que en otros anuncios es presentada como la vulnerable niña que de la nada se erigió en la empresaria exitosa, ocultando que, como funcionaria del PAN, vía tráfico de influencias y asignación de contratos con dinero público a sus empresas, acumuló más de mil millones de pesos en su haber. La burguesa que se hizo así misma, encubre que gracias al capitalismo de cuates llegó a donde está.

En este contexto, es también interesante la presentación de la alianza derechista, encabezada por Claudio X. González y sus partidos políticos, PRI, PAN, PRD, ante sus amigos, el equipo que acompañará a Xóchitl Gálvez en la campaña electoral de 2024. Un “equipazo” conformado por perdedores aspirantes a la presidencia (Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel, Margarita Zavala), censores y represores (Max Cortazar), mapaches y defraudadores electorales (Humberto Moreira), izquierdoides traidores (Jesús Ortega), entre otros “xingones, xingones”, que intentarán convencer a algunos sectores de las clases medias que no la apoyan. Recordemos que, acorde con las más recientes encuestas, los indecisos oscilan entre el 20% y el 30% del electorado, y la derecha supone que es la clase media que les podría dar el triunfo.

Observamos cómo, del chistorete y la vulgaridad que simplifica la pobreza y al pueblo mexicano como estúpidos ciudadanos ignorantes, cuyo lenguaje es imitable por razones electoreras para que la candidata de la derecha se posicione y mienta sobre sus orígenes, Xóchitl Gálvez transita a un “equipazo” conformado por lo peor del PRI, el PAN y el PRD. Al parecer, los nombrados buscarán manejar una previsible derrota por la presidencia de la República, mientras los operadores políticos reales maniobran para impedir que Morena se alce con victorias en las cámaras de Diputados y Senadores. A juzgar por las encuestas, cuyas cifras no parecen prefigurar un vuelco a favor de la derechista, pero lo que no debería suponer a Morena que las elecciones de 2024 serán un día de campo, los mexicanos conocen bien a Xóchitl Gálvez, lo que echa por tierra su idea de que la mitad de los mexicanos no saben de ella; saben que no ofrece ninguna esperanza, a menos que esta se focalice en los deseos de la oligarquía y los políticos por regresar al pasado, y ven que con ese “equipazo” no habría nada nuevo de ganar la presidencia.

Por ello es que la precampaña y la campaña de la alianza opositora, se centran en atacar a AMLO y toda acción de gobierno (Tren Maya, Megafarmacia, Mexicana de Aviación, violencia recreada con IA, etc.). La derechista candidata habla sin ton ni son de salud, cambio climático, pensiones para adultos mayores, educación, mujeres, el campo, y lo que se acumule, sin un hilo conductor, argumentos y compromisos reales. Sobresale la hipocresía de una mujer que se ha inventado una vida, invento que supone la acerca al pueblo, a la gente que el PAN desprecia, el PRI siempre ha manipulado y el PRD cree que lo sigue. Priistas y panistas se han deslindado de esta espuria candidatura, impuesta por Claudio X. González y una facción de la oligarquía golpista. No porque crean que van a ganar la presidencia de la República, sino porque el junior González los convenció de tirar a la basura millones de pesos para sostener a una candidata que miente cada vez que habla con personas a las que les pagan por salir en sus visitas y en su propaganda.

Chistorete, vulgaridad y “equipazo”, son solo subterfugio de una oposición que no avanza. Quizás en los siguientes seis meses previos al 2 de junio de 2024, pero es dudoso que gane.

martes, 12 de diciembre de 2023

¿Cambio o retroceso? Segunda parte

 

Quizás la euforia de la derecha y ultraderecha en México tiene que ver con lo que comparten, pero niegan: la esquizofrenia de Milei, quien busca eliminar el banco central, ministerios de cultura y salvaguarda de derechos, medios públicos, educación y salud públicas. Es decir, arrasar con los derechos de las personas y colapsar el Estado, pero llenar sus cuentas bancarias y las de las elites con el dinero público y préstamos de la banca internacional. Después de la caída de la dictadura, la democracia argentina ha oscilado entre el peronismo, el kirchnerismo y la derecha, lo que ha implicado avances fundamentales para los derechos de los argentinos y retrocesos y amenazas cuando la derecha retorna al poder. Hoy la amenaza es quizás la peor que enfrentaran millones de argentinos, donde la juventud y los neutrales deberían de pensar a quiénes les entregaron o negaron un voto, porque son quienes han condenado a los sobrevivientes de la dictadura y de las políticas derechistas a situaciones extremistas.

Como quiera, cuatro años seguro serán tiempos de experiencias amargas para millones de argentinos que verán aún más amenazada su vida cotidiana. Las Madres de la Plaza de Mayo ya salieron a las calles a protestar ante el negacionismo de la derecha y la ultraderecha, que como en Chile, intentan culpar a los propios argentinos que lucharon por la democracia, por supuestamente propiciar la dictadura. Si bien Milei no tiene mayorías en el Congreso, dominado por los peronistas, apenas asuma la presidencia buscará concretar las medidas que muchos argentinos aplaudieron, quizás sin percatarse que los afectarán. Quizás los jóvenes que le dieron su voto supongan que barrer con la burocracia estatal y los derechos que el Estado argentino garantiza a todos los ciudadanos, sea un acto a su favor, pero en realidad es autoritarismo y extremismo de derecha. Es no reconocer que la sociedad argentina actual surge de una sangrienta dictadura que esos jóvenes parecen ignorar, creyendo que fingir que no ocurrió, les salvará del anquilosado peronismo para que el mercado domine hasta el último rincón de la vida argentina.

En este sentido, es lo que Xóchitl Gálvez aplaudió, lo que la derecha en México desea, aunque en nuestro país también le urge a la oligarquía y la derecha partidista el retorno del saqueo y la corrupción. El sueño neoliberal de Milei es el sueño neoliberal de Xóchitl Gálvez. Es el anuncio del autoritarismo, el extremismo de derecha y el garrote represivo. Los mexicanos no pueden ignorar el ominoso saludo de la candidata derechista mexicana a la extrema derecha argentina. Tampoco pueden omitir la memoria histórica y las implicaciones de las políticas neoliberales en la vida mexicana. Crecimiento de la desigualdad y concentración de la riqueza en pocas manos, y saqueo de las arcas nacionales, por medio de contratos, fideicomisos, condonación de impuestos, privilegios fiscales, tráfico de influencias. En México, la oligarquía neoliberal no obtuvo sus riquezas por la inversión de sus recursos, sino porque los diferentes gobiernos del PRIAN les cedieron ingentes recursos públicos a través de diversos mecanismos, pretendidamente legales.

Sin duda, Argentina enfrenta el retroceso. Al asumir la presidencia, Javier Milei anunció su plan de choque, que incluye deshacerse de nueve ministerios, entre los que destacan educación, derechos humanos, género, fin de subsidios al transporte público, la energía y, aunque lo omitió, represión, porque el shock neoliberal solo puede ser impuesto con la violencia del Estado. En el caso de la educación, por ejemplo, la instancia será sustituida por una rimbombante de capital humano, es decir, reduce la educación a una simplista herramienta para formar gente que acepte que la explotación capitalista es “natural” si quiere “ser alguien”; se trata de reducir al ser humano, si derechos ni prestaciones, a un presente y una realidad sometidas al mercado. Algunos afines a las políticas neoliberales suponen que del desastre que sembrará Milei surgirá una Argentina capitalista ejemplo libertario. Veremos.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Las clases medias en su laberinto, primera parte

 

La clase media en México, como en otros países, no es monolítica. Generalizar que, #AMLO y la #4T no la toma en cuenta, es otro garlito de la derecha. Peor si la queja viene del feminismo, un sector acomodado de la clase media y la llamada “izquierda verdadera”. Efectivamente, #AMLO planteó desde un principio “primero los pobres” pues durante décadas millones de mexicanos han estado sobreviviendo entre la pobreza y pobreza extrema, con graves carencias alimentarias, de ingresos, salud, educación, y acceso a servicios de todo tipo. Pero a la frase emblemática antecede “por el bien de todos”; argumenta que paliando las condiciones de vida de millones de mexicanos repercute favorablemente en los otros sectores de la sociedad: grandes, medianas y pequeñas empresas, elites económicas y clases medias. No hay rechazo u olvido a priori.

Ahora bien, la clase media mexicana está conformada por diversos sectores, los cuales tienen también heterogéneas posturas ideológicas y políticas, además de ingresos y posiciones de clase distintas. Suponer que la clase media es monolítica, es enrarecer, no solo el análisis, sino también la realidad. Hay sectores clasemedieros que se identifican con la derecha, la izquierda e incluso quienes no expresan sus afinidades, declarándose apolíticos o neutrales. Asimismo, las clases medias en México están atravesadas por diversos orígenes étnicos, tonos de piel, escolaridad y cultura. El aparente rechazo a la clase media, cuando #AMLO tildó a ciertos sectores de aspiracionistas, alentó un debate, atizado por la derecha desde la polarización, mientras la izquierda acusa abandono. Pero no se debe confundir la movilidad social con el aspiracionismo.

No cabe duda que la movilidad social es un mecanismo estructural que promueve el ascenso de ciertos sectores de la sociedad hacia otras posiciones de clase, por medio de factores como la educación, el emprendedurismo, entre otros, mientras el aspiracionismo puede ser entendido como la exacerbación del individualismo promovida por el neoliberalismo. Lo anterior no niega las legítimas aspiraciones de la población que participan de la movilidad social, pero el neoliberalismo las convirtió en el mecanismo mercantil único para acceder al mercado. Muchos sectores medios depositaron sus aspiraciones en las mercancías que supuestamente les develaban un anhelado estatus, el cual los distinguía, desclasaba y ponía en ruta a parecerse, aunque el camino fuese sinuoso y mentiroso, a las elites económicas. El neoliberalismo destruyó la vida comunitaria, mientras valores como la solidaridad, la ayuda mutua, entre otros, eran sustituidos por la competencia individualista a toda costa.

Con todo, no todos los sectores medios van en la misma ruta. Si revisamos, en lo general, la política social, observamos que algunos estratos de la clase media reciben uno o varios apoyos sociales. Adultos mayores, estudiantes de preparatoria, población discapacitada, están entre los beneficiarios. Los resultados de la ENIGH 2022 muestran los deciles en los que esos grupos de las clases medias podrían ubicarse y las mejoras en ingresos de los hogares, promovidas por la política social. La idea de “desatención” planteada por feministas y la llamada “izquierda verdadera”, es una simple mistificación de la clase media, y la mentira ideológico-político sobre el supuesto “desprecio” a ese sector, mientras se “privilegia” a los pobres. En términos numéricos y sociodemográficos, la clase media en México es menor, aunque sin duda muy compleja ideológica y políticamente, respecto a los pobres y pobres en extremo. Algunos académicos expertos, señalan que la cifra de pobreza rebasa lo que la CONEVAL considera como pobreza y pobreza extrema.

Aunque la clase media no sea numéricamente amplia, su complejidad sociodemográfica, ideológica, política, económica, valores, entre otros aspectos, no la hace monolítica. Incluso, su ubicación espacial importa mucho en sus conductas, aspiraciones y vínculos de clase y transclasistas. No hay una clase media única.