jueves, 24 de noviembre de 2016

Trump, presidente, 2

Múltiples factores internos y externos permiten entender el triunfo de Donald J. Trump, pero es difícil suponer si a partir del 20 de enero del 2017 convertirá en políticas oficiales su discurso bravucón, xenófobo, racista, antiinmigrante. En México, más allá de cierta histeria, no acaba de aquilatarse el significado de tal triunfo.
Este escribano tampoco tiene una bola de cristal, pero llama al sosiego. No al inmovilismo del gobierno mexicano, el cual en la última semana ha repetido el discurso del socio subordinado, la negativa a revisar el TLCAN, y a no cuestionar el modelo neoliberal y la globalización, centro del cuestionamiento de Trump.
Donald J. Trump, planteó revisar o salirse del TLCAN, pues le achaca la pauperización de grupos de blancos anglosajones protestantes residentes en otrora pujantes estados industriales, de donde las corporaciones salieron buscando bajar costos laborales y una sostenida tasa de ganancia. Por lo pronto anunció la salida del TTP.
En México, el TLCAN pulverizó el campo mexicano, colapsó el sistema alimentario e hizo más dependiente de los ciclos de la economía global la vida rural y urbana. Si el gobierno mexicano y sus asesores fueran inteligentes, verían como una oportunidad la revisión del acuerdo comercial que favorece a Estados Unidos y las corporaciones.
Con todo, el discurso gubernamental persiste en negar el impacto del TLCAN en áreas cruciales del desarrollo mexicano, además de seguir sosteniendo lo insostenible: las políticas neoliberales que exigen la apertura irrestricta de nuestra economía que está a punto del colapso. El México neoliberal al que nada le importa el bienestar social.
El sábado pasado, este escribano fue invitado a una mesa de debate en el contexto de la clausura del 7° Diplomado Interinstitucional en Estudios Migratorios, iniciativa académica y profesionalizante de El Colegio de Michoacán, que data del 2002, pero interrumpido brevemente por diversos motivos.
Al debate asistieron también, en Morelia, el Dr. Ariel Mojica, integrante de El Colegio de Michoacán, y en Chicago, el impulsor del diplomado, Dr. Gustavo López Castro (ColMich), en estancia en la Universidad de Illinois en Chicago, el secretario del Migrante de Michoacán, José Luis Gutiérrez, y Oscar Chacón, conocido activista latino.
En general, todos los participantes coincidimos en los diversos factores que permitieron a Donald J. Trump ganar la reciente elección. Dosis de autoritarismo, un electorado WASP que no participaba en las elecciones, la imagen de éxito, el repudio a una mujer WASP amiga de Wall-Street y las corporaciones, pero desdeñosa de esos WASP.
Asimismo, entre los aspectos del debate destaca el voto latino, particularmente mexicano (30-35 por ciento del total de los latinos) que le dio el triunfo a Trump. Este escribano argumentó que el conservadurismo entre los latinos de origen mexicano, los ciudadanos, los inmigrantes legales, se vieron reflejados en el discurso del republicano.
Los 12 millones de inmigrantes mexicanos (80 por ciento indocumentados, 20 por ciento legalmente asentados en Estados Unidos, pero sin posibilidad de votar), no entran en este debate. Hablamos de los latinos de origen mexicano (primera, segunda, tercera generación), plenamente integrados al mainstream estadounidense.
Y sobre este aspecto, este escribano cuestionó al secretario del Migrante de Michoacán, ante su afirmación de que toca resistir y enseñarles a los inmigrantes mexicanos a defender sus derechos humanos y laborales, a cuáles mexicanos y michoacanos se refería: ¿A los indocumentados o a los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano?
Cabe el cuestionamiento, porque los inmigrantes mexicanos indocumentados respecto a los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano, enfrentan una situación de vulnerabilidad mayor. En los primeros recae la amenaza de expulsión, por lo que cualquier acción organizativa ciudadana y gubernamental debería centrarse en ellos.
Se revisó también la creciente polarización en la sociedad estadounidense, pues al parecer el triunfo de Trump destapó expresiones extremas de odio, racismo, xenofobia y discriminación, siendo los indocumentados, algunos grupos de latinos y mexicanos, y afroamericanos, recipientes de ataques y abusos, además de episodios depresivos.
El triunfo de Trump no parece representar, en la relación bilateral y multilateral México-Estados Unidos, agravios y amenazas. Enrique Peña Nieto lo supone “amigo”, por lo que nada se puede esperar del gobierno mexicano. Las 11 medidas consulares recién anunciadas, en realidad no son nada nuevo. Siempre se han llevado a cabo.
Un aspecto importante del debate al que aludí párrafos arriba, también llamó a no convertir los votos latinos y mexicanos en rivalidad en el contexto de las amenazas de Trump y los abusos de sus seguidores, pues dividiría aún más a las comunidades latinas, haciendo más vulnerables a todos: indocumentados, residentes y ciudadanos.

Es quizás hora también que en los gobiernos estatales y municipales, se pase de la retórica de la diáspora y las remesas mágicas y salvadoras, a la implementación de programas, el diseño de políticas públicas más allá del 3x1 y el FAMI, para construir una visión integral sobre la migración indocumentada, legal y los ciudadanos.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Trump, presidente, 1

A Rodolfo Stavenhagen (1932-2016), antropólogo,
etnólogo, intelectual comprometido,
formador de generaciones de estudiosos de los pueblos indígenas

Encuestas fallidas o amañadas, candidaturas impresentables, voto duro que rebasó expectativas, entre las variadas explicaciones parciales para entender el triunfo de Donald J. Trump. Poco se alude al contexto, estrategias y candidatos, el voto de ciertos sectores, las crisis de la sociedad occidental, y el discurso y la postura autoritaria.
La sociedad estadounidense, como ejemplo, pero en general, enfrenta complejos y críticos cambios que golpean a diferentes grupos, entre ellos al voto duro que rebasó expectativas y salió a votar por lo que simbólicamente representa Trump. Mano dura, autoritarismo, los blancos anglosajones protestantes que pretenden recuperar supremacía y control.
El aborto, las mujeres protagonistas de su circunstancia, matrimonios igualitarios, blancos anglosajones poco letrados y en crisis laboral y de ingresos, un discurso altisonante, machista, misógino, antiinmigrante, xenófobo, entre otros factores de un contexto cambiante, golpeador, encarrilaron a Trump a la Casa Blanca.
Los datos lo evidencian. Ohio, Michigan, Wisconsin y Pensilvania, asiento de obreros blancos anglosajones protestantes, poco letrados, golpeados por la globalización, salieron a votar por alguien que recogió sus sueños perdidos. Incluso, en Florida, el 90 por ciento de los blancos votó por Trump, a pesar de la movilización de los latinos.
Blancos anglosajones protestantes, poco letrados, votaron mayoritariamente por Trump, pero también un número importante de latinos. En Florida, Arizona, latinos de origen mexicano, colombiano, entre otros, le dieron su voto a Trump. Y como respuesta a este contexto, los afroamericanos en estados clave (Alabama), no salieron a votar.
Sin duda, los candidatos y sus estrategias operaron a favor o en contra en este contexto demográfico y de cambios sociales, económicos y culturales. Tanto Donald J. Trump como Hillary Clinton representan a los blancos anglosajones protestantes, pero cada uno apeló a diferentes minorías de ese sector. El vociferante machismo ganó.
El discurso misógino, machista, discriminatorio, antiinmigrante, fue bien recibido por esos blancos anglosajones protestantes agraviados, a quienes la globalización ha golpeado, a quienes los complejos cambios sociales, económicos, políticos y culturales marginan. La mujer que intentó hacer historia fue rechazada por esa minoría que no los representa.
La candidata demócrata letrada, políticamente hábil; la mujer exitosa, parte del establishment, las elites políticas y económicas, Wall-Street, las corporaciones, la banca que defraudó a millones con hipotecas impagables, con una estrategia que intentó operar por la diversidad y el cambio en la sociedad estadounidense, fue despreciada.
Igualmente, fue despreciada por blancos urbanos, entidades históricamente demócratas, latinos de diverso origen, entre ellos mexicanos, y afroamericanos. En las dos elecciones pasadas, todos estos sectores votaron a favor del primer presidente afroamericano, pero el cansancio de las promesas incumplidas acarreó una fuerte derrota.
Según los grandes medios estadounidenses, esos que arroparon a Clinton y fueron golpeados por Trump, algunos miles de votos marginales hicieron la diferencia. Hillary Clinton ganó el voto popular, pero Donald J. Trump el colegio electoral, esa forma de democracia indirecta, resabio de un sistema político en crisis.
Según medio y analistas, el sistema político estadounidense está en crisis. Trump ha abierto un boquete que algunos califican como el huevo de la serpiente; otros aseguran que se perfila una presidencia autoritaria; los menos señalan que no durará los cuatro años, pues sus reiteradas violaciones a la institucionalidad podrían obligarlo a dimitir.
Los sistemas políticos, las prácticas políticas en la globalización están en crisis, no solo en Estados Unidos, en todas las democracias occidentales. La corrupción, el autoritarismo, el neoliberalismo de derecha e izquierda, la predominancia de las corporaciones, las elites económicas y políticas, han herido de muerte la democracia burguesa y la política.
Obviedades. 1. Afirma el delegado de Sedesol que los rezagos en Michoacán no se resuelven por malas políticas públicas. En realidad, ninguno de los gobiernos del PRD, incluido ese intermedio perverso del PRI, ha diseñado política pública alguna. Han copiado acciones de otros gobiernos del mismo partido, pero su mediocridad y dependencia del gobierno federal, impide cualquier intento. En el “nuevo comienzo” esta situación es muy evidente. 2. La denuncia penal de una mujer acosada por el director de una entidad pública estatal, es la punta del iceberg de una situación generalizada entre la burocracia gubernamental, incluyendo altos funcionarios. ¿El “nuevo comienzo” lo defiende contra viento y marea, como a otros de evidente mediocridad y de cuestionables conductas y cuates? 3. José Manuel Mireles Valverde pide al “nuevo comienzo” deje atrás su pánico para que finalmente lo trasladen a Michoacán. 4. Dice Enrique Peña Nieto, ante el triunfo de Trump, que se entregará en cuerpo y alma a velar por los intereses, derechos y bienestar de los mexicanos donde estén, mientras el “nuevo comienzo” le dice a los mexicanos de origen michoacano en Estados Unidos “no están solos”. Retórica y propaganda. 5. Afirma Trump que expulsará a entre 2 y 3 millones de inmigrantes con antecedentes criminales y construirá el muro, pero Paul Ryan, el líder republicano en la Cámara de Representantes, dice que no está entre sus planes financiar un muro. En realidad, van contra el legado de Obama (Obamacare, Dreamers, etc.). Última: y se fueron también Leonard Cohen (1934-2016) y Rogelio Naranjo (1937-2016), ah canija realidad. Música, poesía universal, y caricatura de la pudrición política mexicana.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La elección del miedo

Tanto Hillary Clinton, candidata demócrata, como Donald J. Trump, republicano, encabezaron campañas tradicionales en su país, aunque discursivamente apelaron a cuestiones distintas y grupos poblacionales diferentes. La primera se diferenció por su intento de atraer y llegar a más diversos pobladores.
En tanto, Trump centró sus alegatos en la población blanca anglosajona protestante, sobre todo aquella que supone que los cambios por los que actualmente transita Estados Unidos los están relegando. En el camino, el KKK, neonazis, racistas, los extremistas del Tea Party, se vieron reflejados en su autoritarismo, racismo, xenofobia, discriminación.
Sin duda, ambos representan a los blancos anglosajones protestantes, pero sus caminos políticos jamás han convergido, excepto en fiestas de multimillonarios y de la farándula. El primitivismo político de Trump no es excepcional de ciertos WASP, pero Clinton tiene una sólida formación política y al establishment de su parte.
El candidato republicano pretendió darle un vuelco a las campañas electorales agrediendo a diversos grupos poblacionales, generando miedo, en el que racismo, xenofobia, autoritarismo, abuso contra las mujeres e intransigencia rampante fueron el centro de su discurso, actitudes y parte de su pretendida agenda de gobierno.
Para Donald J. Trump el retorno de la grandeza americana, pasa por expulsar inmigrantes, mexicanos, musulmanes, construir muros fronterizos, subyugar naciones que supuestamente obstaculizan esa gloria, poner a los WASP, racistas, extremistas, en la punta de la estructura social y económica, pues solo así se recuperaría el esplendor perdido.
La candidata demócrata, cuyo triunfo no hará gran diferencia respecto a la relación bilateral México-Estados Unidos, cumple una agenda en la que las corporaciones, Wall-Street, las elites económicas y políticas, la industria militar, las políticas antiterroristas, entre otros, mandan. Supo combinar los intereses del establishment con preocupaciones internas.
El gran logro de Donald J. Trump fue imponer y generalizar su agenda de miedo, no solo internamente, alimentando las entrañas de una sociedad blanca anglosajona protestante resentida, racista, discriminatoria, extremista, sino también en otras sociedades y naciones, algunas agredidas directamente, como México, que experimentaron ese miedo y desprecio.
Casi medio día en el centro-occidente mexicano, mientras en las costas este y oeste de Estados Unidos, debido a las diferencias de usos horarios, la gente comenzó a votar temprano. Los medios han reportado que el republicano y la demócrata votaron en diferentes sitios. El primero fue abucheado, la segunda, acompañada con sonrisas.
Los medios y algunos analistas estadounidenses afirman que, a pesar de lo cerrado de los últimos sondeos, Hillary Clinton habría conseguido ya el número suficiente de delegados para convertirse en la primera mujer que preside Estados Unidos, mientras Donald Trump se estaría atrás pero con un buen número de votos en lugares tradicionalmente republicanos.
Sin embargo, es de destacarse que la demócrata está logrando una votación diversa: demócratas fieles, republicanos que rechazan a Trump, afroamericanos, hispanos, asiáticos, la esencia de lo que hoy es Estados Unidos: una sociedad política, social y culturalmente diversa. Es uno de los aspectos que el miedo permitió que aflorara.
Igualmente, el miedo permitió percatarnos de las profundas divisiones de la sociedad estadounidense. No es solo que la multiculturalidad y una sociedad basada en los derechos individuales y colectivos se imponga, sino también observar las complejas y amplias desigualdades económicas, sociales, raciales, ideológicas, políticas, que prevalecen.
Son las 5:31 pm en el centro-occidente de México. Hace unos minutos cerraron las primeras casillas de votantes, comenzando por la costa este de Estados Unidos. Los primeros resultados, apenas el uno por ciento del total en estados como Kentucky, Indiana, New Hampshire, preludian una fuerte competencia.
Los resultados vendrán después de las 11 pm. En los medios estadounidenses, además de recalcar la histórica jornada, tanto porque una mujer sería la primera presidenta como por un candidato que hasta el final convocó al odio, se aprecian contingentes importantes de votantes, largas filas. Al cerrar esta colaboración, la batalla seguía.
Obviedades. 1. Con premio patito que el ITAM entregó a Calderón, de manos de Enrique Peña Nieto, se perfila otro pacto de los depredadores y corruptos PRI-PAN, confirmando que la señora Zavala es la favorita de Los Pinos-PAN, con Televisa, como en tiempos de la campaña de EPN, que lanza su churro “La candidata” para construir otro/a candidato/o de la mediocridad. 2. 9 mil 650 michoacanos arribaron a Tijuana entre mayo y octubre, desplazados por la violencia en Michoacán y en busca de asilo político en Estados Unidos. 3. En Morelia se cometieron casi la mitad de los más de 32 mil delitos que entre octubre de 2015 y septiembre de 2016 sucedieron en Michoacán. También, en los primeros 9 meses de 2016, se registraron 947 homicidios dolosos, arriba de los de 2015 (777) y más que en 2014 (904). 4. Una funcionaria de Chihuahua, con doble nacionalidad (México-Estados Unidos), aportó a la campaña de Donald Trump entre 2012 y 2016, más de 20 millones de pesos. Muy su dinero, claro, pero muestra el poder de las elites económicas que en este país les tiene sin cuidado el desprecio del republicano contra México. 5. De acuerdo al New York Times, detrás de las recientes elecciones sobresale una severa crisis de identidad de los blancos anglosajones y protestantes.