jueves, 29 de febrero de 2024

La deriva de la intelectualidad del PRIAN

 

Durante las últimas tres décadas del siglo XX y las dos primeras del siglo XXI, México fue testigo del ascenso de un grupo de personajes identificados como intelectuales. Algunos, académicos que construyeron sus cotos de poder en universidades públicas y organismos financiados por las políticas “científicas” de los gobiernos del PRI, otros, cabezas de camarillas que se conformaron en torno a medios impresos que difundían artículos, ensayos y análisis literarios, políticos y de coyuntura. En el segundo caso, destacan Héctor Aguilar Camín, quien fundó la revista Nexos, que aglutinó a escritores, analistas, politólogos, tecnócratas y expertos en diversos temas, varios de extracción de izquierda, incluso sobrevivientes de las represiones de 1968, 1971 y de organizaciones izquierdistas antes clandestinas, y colaboradores ligados a la derecha. Octavio Paz, premio Nobel de Literatura mexicano, encabezó un proyecto editorial, literario y político con claros anclajes en la derecha, con la revista Vuelta, la que a su muerte desapareció y dio paso, según su supuesto heredero, Enrique Krauze, a una nueva publicación, Letras Libres, de tono derechista sin ambages.

Si bien, en las universidades públicas y los hoy llamados CPI (Centros Públicos de Investigación) del CONACYT, se consolidaron diversos grupos de expertos y académicos, muchos no fueron tan visibles como aquellos que crecieron y se consolidaron en torno a las revistas Nexos y Vuelta-Letras Libres, encabezadas por sus fundadores. En ambos casos, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) inició un acercamiento y cooptación a través de prebendas, financiamiento, préstamos, publicaciones, compra de ediciones completas de sus revistas, además de una intensa relación clientelar, hasta su consolidación como intelectuales del régimen del PRI, y posteriormente del PAN. Los intelectuales prianistas tuvieron la máxima exposición y actividad durante el periodo neoliberal, convirtiéndose en productores de conocimiento que justificó y sustentó las políticas neoliberales, la prevalencia del mercado, el individualismo y cualquier acción de la tecnocracia. Fueron, en palabras de Antonio Gramsci, intelectuales orgánicos, sin ambages. La mayoría de origen derechista y fascista, mientras quienes se reclamaban de izquierda, se derechizaban o anclaban en lo que actualmente es una facción de la llamada “izquierda verdadera”.

Con el arribo a la presidencia de México, de AMLO, la ruptura con ambos grupos de intelectuales del régimen del PRIAN fue evidente; pero la fractura fue previa a su triunfo, pues Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y diversos personajes de sus camarillas, emprendieron un feroz ataque y participaron con diversos insumos en las campañas electorales de 2006, 2012 y 2018, apoyando el fraude electoral o promoviendo operaciones propagandísticas y mercadológicas para anularlo. Personajes como Jorge Castañeda, Gabriel Zaid, Guillermo Sheridan, entre otros, se han destacado por sus opiniones que buscan horadar el apoyo popular de AMLO, y seguir alimentando las falsedades, mentiras y #Fakenews.

Hoy esos “grandes” intelectuales de la derecha, el neoliberalismo, el PRIAN, perdieron, no solo ingentes recursos públicos que los volvieron millonarios, sino también su supuesta “capacidad de análisis”. Enrique Krauze, denigrando el movimiento estudiantil de 1968, al compararlo con la marcha rosa de sectores de las clases medias y la oligarquía; Héctor Aguilar Camín, aplaudiendo a la derechista Xóchitl Gálvez, yendo a Estados Unidos y España a pedir que México sea invadido para que la derecha se adueñe del país; Jorge Castañeda intentando sembrar la duda con mentiras sobre notas periodísticas de investigaciones de la DEA –una, cerrada por falta de evidencias, y otra jamás iniciada, pero que el New York Times, trató de imponer-; Guillermo Sheridan insultando a los mexicanos en Reforma–son borrachos, léperos, etc.- y buscando plagios inexistentes. Es la derecha intelectual que sigue cayendo estrepitosamente, desprestigiados, abyectos derechistas.

lunes, 26 de febrero de 2024

“Nuestra democracia”

 

Es el lema de la marcha rosa del domingo 18 de febrero de 2024. Un grupo de clasemedieros, políticos del PRIANRD, trabajadores del Poder Judicial amenazados y obligados a “marchar”, integrantes de la oligarquía, odiadores de AMLO, la 4T y Morena. Se presentó como apartidista, pero fue convocada por Claudio X. González, el líder de la derecha partidista, comprador de cascajo partidista derechista, una lista de membretes que se autonombra la “sociedad civil”, dirigentes del PAN, el PRI, el PRD, políticos de esos partidos, unidos por lo que llaman “nuestra democracia”. Es decir, 90 mil personas se concentraron en el Zócalo de la CDMX, para defender una democracia que según sus cabecillas está en peligro, y sugieren que actualmente no vivimos en democracia, a pesar de que salieron, gritaron consignas clasistas, discriminatorias, de odio y un único orador fijó la postura de la derecha, y no fueron reprimidos.

La democracia que este grupo reclama es el entramado de instancias, leyes, privilegios, que construyeron durante tres décadas. Una democracia para la derecha, no para el pueblo, la que se le salió de su patrimonio en 2018. Pero la “marcha” y sus marchistas viven del absurdo. Como el “intelectual” salinista-prianista, Enrique Krauze, quien comparó su marea rosa con la movilización estudiantil del 68. El problema con su comparación, es que las 90 mil personas que se concentraron en el Zócalo de la CDMX, regresaron a sus casas, sin un rasguño, sin ser reprimidos, mientras en 1968, los estudiantes fueron reprimidos, asesinados, desaparecidos por los gobiernos del PRI. Asimismo, los “marchistas” gritaron consignas sobre supuesto autoritarismo, gobierno dictatorial, censura, libremente. Fue la “marcha” del absurdo de la derecha.

“Nuestra democracia” no es la democracia que millones de mexicanos quieren ejercer: participación más allá de las fechas electorales, ser parte de la toma de decisiones, opinar, mediante consultas abiertas y ciudadanas, organizarse fuera de los partidos políticos y las llamadas organizaciones de la sociedad civil, conocer la marcha de los gobiernos y gobernantes que eligieron, desmarcarse de liderazgos y líderes de partidos políticos e instancias que ya no los representan, entre otras prácticas. Los partidos políticos tradicionales, como PAN, PRI y PRD, dejaron de representar a millones de ciudadanos, mientras otros, como Movimiento Ciudadano y expresiones locales, se comportan como franquicias y negocios privados. Asimismo, Morena, que se presenta como una organización diferente, no acaba de encaminarse como tal, pues sigue repitiendo viejas mañas.

Como quiera, “nuestra democracia” no representa a todos los mexicanos. La opinión sobre el presidente de México, por ejemplo, revela algo distinto a los deseos de la derecha mexicana. Acorde con una reciente encuesta publicada por el periódico La Razón, de filiación prianista, AMLO tiene una aprobación de 70%, mientras que es desaprobado por alrededor de 25% de los entrevistados. De ese porcentaje, solo un 3% opina muy mal del presidente. Asimismo, la idea de Lorenzo Córdova sobre la “escalera de la democracia”, muestra muy bien lo que es la democracia para la derecha. Como los clasemedieros aspiracionistas, “nuestra democracia” de la derecha es escalar y quien llegue hasta la cima, tiene “su democracia”. El pueblo llano no puede aspirar a subir esa escalera, pues, como algunos conspicuos miembros de la derecha lo han expresado, es analfabeta, no sabe votar –por la derecha, claro-, no es educado –solo los blancos (Whitexicans) lo son y saben votar. El destino de los morenos, los nacos, es sostener esa escalera para que los derechistas la escalen y lleguen a la cumbre, sin contratiempos.

Por último, la marcha prianista alega que reunió a 700 mil –dudoso, por las fotografías del Zócalo-, pero el padrón electoral mexicano registra a más de 90 millones de electores. Ni el 3% que opina pésimo de AMLO.

sábado, 24 de febrero de 2024

El affaire Kitroeff

 

No cabe ninguna duda que la derecha mexicana e internacional, están operando una mega campaña, no solo para golpear y herir políticamente al presidente de México sino también descarrilar a la candidata de Morena, cuyas proyecciones electorales para el 1 de junio de 2024 es que ganará la presidencia, convirtiéndose así en la primera mujer progresista por dirigir México. Pero la operación contra AMLO y Claudia Sheinbaum, cada vez más se le complica a la derecha en el país. Los últimos golpes, el nado sincronizado DEA-ProPublica-TimGolden-InSightCrime-DeustcheWelle-AnabelHernández, el montaje Latinus-CarlosLoretdeMola, el hashtag operado con miles de bots del extranjero, con millonaria inversión, y el reciente affaire que involucra a la corresponsal del New York Times, Natalie Kitroeff, el propio periódico y la DEA de nuevo, perdieron pronto efectividad, en parte porque fueron construidos con calumnias, falsedades, montajes de agencias de Estados Unidos y periodistas de México y la Unión Americana, y también por la pericia política de AMLO, al deconstruir cada golpe.

El más reciente montaje, firmado por Kitroeff a nombre del New York Times, la DEA y la derechista Xóchitl Gálvez -¿o qué hacía tomándose fotos en la entrada del periódico estadounidense?-, y la corresponsal de Univisión, Jessica Zermeño, enviada por Jorge Ramos, locutor de Univisión, para minimizar la calumnia, mentira y ofensas del New York Times, porque AMLO reveló el número telefónico de la sicaria del New York Times, muestra con contundencia hasta dónde la derecha puede actuar para intentar recuperar lo que perdió en 2018. Revela también, el hartazgo y desesperación de la derecha mexicana, cuyos partidos políticos, PRIANRD, dirigentes, financiadores como Claudio X. González y su candidata, Xóchitl Gálvez, no repuntan. Una millonaria inversión que al parecer para nada ha servido. Igualmente, exhiben el temor de que la mayoría de los mexicanos, no solo voten por Claudia Sheinbaum, sino que otorguen la mayoría absoluta en alguna de las cámaras del Congreso, a Morena, lo que favorecería el plan C.

Los periodistas y el periodismo, en México y Estados Unidos, muestran también que el dinero es su fin, no informar. Como Noam Chomsky plantea, al buscar moldear la opinión pública imponen la agenda de los medios corporativos y, en este caso, de la derecha y el fascismo. En México, la prensa impresa y sus columneros, la televisión y sus locutores y analistas, la radio y sus lectores de noticias y opinadores, a pesar del insulto, la mentira, el acoso, la calumnia, en contra de AMLO, el gobierno federal, la 4T, Morena, Claudia Sheinbaum, se han estancado en un duelo entre los mismos medios corporativos por publicar la nota más escandalosa contra el presidente de México y su gobierno. Es tal el desprestigio, que la derecha ha decidido pagar generosamente a medios estadounidenses para generar noticias falsas y calumnias en contra de AMLO. El affaire Kitroeff, pretendió ser la cereza en el pastel de notas insidiosas y mentirosas, pero se olvidaron que AMLO ejerce su derecho a la réplica sin ambages.

Con la finalidad de controlar los daños, el New York Times decidió involucrar a la corresponsal en México de Univisión, poniendo el acento en la revelación de un número telefónico y la amenaza de la prensa sicaria de Estados Unidos al presidente de México. La idea era confirmarle en la conferencia matutina que era un lacayo y que la verdad no importa, como han pregonado en nuestro país Sergio Sarmiento –Reforma y TvAzteca- y Raymundo Rivapalacio –El Financiero y La Razón. Elevar el tono del golpismo de los medios corporativos, como si no conociéramos su desprestigio y servicio al poder (el New York Times ha sido duramente cuestionado por defender sin ambages el genocidio contra los Palestinos), era el objetivo de NewYorkTimes-Univisión, pero AMLO es un astuto animal político y confirmó que la calumnia, el desprecio, el odio de la derecha, la mentira, no son la mejor vía del periodismo y sus sicarios para cuestionarlo.

martes, 13 de febrero de 2024

La disputa por la racionalidad y la legitimidad

 

Si bien, el gobierno estadounidense ha cerrado el supuesto caso de dinero del narco en la campaña de AMLO de 2006, el hashtag contra el presidente de México, el gobierno federal, Morena, y la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, con más de 170 millones de vistas, la mayoría de cuentas automatizadas del extranjero, es decir, bots, y el reciente comentario de Jorge Castañeda, uno de los “intelectuales” de la derecha, ex canciller del derechista Vicente Fox del PAN, quienes tramaron la expulsión de México de Fidel Castro, para que no se topara con George Bush, en torno a la supuesta “duda” de si es o no narco AMLO, muestra claramente lo que también está en disputa en el contexto del primer gobierno progresista y su continuidad: racionalidad y legitimidad.

En este sentido, la disputa no es solo por el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el presupuesto público, los privilegios de unos pocos, el enriquecimiento de la oligarquía mexicana y extranjera, la narrativa –transformación, continuidad o regreso al pasado-, la agenda informativa, sino también por la racionalidad y la legitimidad. A juzgar por las reiteradas mentiras en los medios corporativos (televisión, radio, plataformas de internet, prensa impresa), las redes sociales, con relatos sin argumentos, insultos, odios, sin bases empíricas, la irracionalidad campea entre la derecha. En el caso de la campaña electorera de la derechista Xóchitl Gálvez, quien como merolico repite falacias sobre la seguridad, los supuestos “ataques” de AMLO a su persona, la operación intervencionista de la DEA sobre dinero del narco en 2006, raya en la irracionalidad

La irracionalidad de la derecha tiene como objetivo golpear la legitimidad, la autoridad moral y ética, en particular del presidente de México. Las recientes iniciativas de reformas constitucionales, pusieron a la derecha en su esquina de guerra sucia. Previamente, enviaron a su candidata mentirosa y en caída libre, a Estados Unidos para alentar a la derecha de ese país que intervenga en México. Ya no se trata de Lawfare, sino de inventar amenazas al imperio para una incursión bélica en contra de los mexicanos. El intento de la DEA y sus bien pagados “periodistas” –ProPublica, Tim Golden, InSight Crime, Anabel Hernández, Deutsche Welle-, para sembrar, vía una narrativa falsa sobre el supuesto de dinero del narco en la campaña de AMLO en 2006, se desinfló rápidamente, pero la duda sigue en el aire. Incluso, se amenaza con una supuesta conversación AMLO-La Barbie, pero, ante la actitud de AMLO, sabemos que es otra mentira de la DEA y la derecha fascista.

Ocurrencias, rencor, burla al lenguaje presidencial, odio en la narrativa de los medios corporativos golpistas, son esenciales a la irracionalidad de la derecha. Los conservadores suponen que no es necesario el argumento, las pruebas, la autoridad moral y ética, para golpear al presidente de México, porque siguen pensando que los millones de mexicanos que lo apoyan son iletrados, estúpidos, están atados a cierto pensamiento mágico. En el imaginario de la derecha, creen que los mexicanos son irracionales, por el simple hecho de haber votado y apoyar a AMLO. Pero la irracionalidad está del lado de los derechistas. En los medios corporativos golpistas y las redes sociales, la narrativa escrita y oral apela a una ciudadanía que ha estado cambiando, pero que la siguen tratando como menor de edad –Azcarraga decía que era soldado del PRI y hacia televisión para los jodidos, es decir para imbéciles- y estúpida. Los “intelectuales” de la derecha han sido enfáticos en su desprecio clasista y discriminatorio contra millones de mexicanos: Jorge Castañeda hablando pestes de un pueblo de Oaxaca, Gabriel Quadri diciendo que mejor Oaxaca, Guerrero y Chiapas, sean expulsados del país pues impiden el “desarrollo de México, el PAN presumiendo que en los estados donde gobierna todo es maravilloso, pero la inseguridad, la corrupción, el saqueo, dominan, el PRI reclamándole a los mexicanos que se acuerden que con ese partido político todo era un gran sueño, entre otros ejemplos.

viernes, 9 de febrero de 2024

Golpismo sincronizado

 

Quien tenga dudas de la llamada Lawfare y el golpe blando, vía relatos de los medios corporativos, tanto mexicanos como extranjeros, este 30 de enero de 2024, los portales estadounidenses ProPublica, InSight Crime, y alemán, Deustche Welle, cumplieron muy bien con sus financiadores –los gobiernos estadounidense y alemán, y la oligarquía- al publicar un libelo basado en una indagación de la DEA (Drug Enforcement Administration) y el Departamento de Estado de Estados Unidos, que fue cerrada sin evidencias de ningún tipo hace más de una década. El objetivo a derribar era AMLO, presidente legítimo y electo democráticamente en 2018. La difamación, firmada por el ganador de dos premios Pulitzer, Tim Golden, un reportero menor y la periodista sin autoridad moral y ética, desacreditada por su odio contra AMLO, Anabel Hernández, fue sincronizada y aprovechada por la derechista Xóchitl Gálvez, #PRIANRD y los medios corporativos mexicanos, para concluir en otro intento de golpe de estado.

Durante el juicio al narco Genaro García Luna, su abogado lanzó un libelo que igualmente pretendió involucrar a AMLO con financiamiento narco, pero fue negado por el mismo testigo presente en el juzgado neoyorkino, además de confundir las fechas del supuesto soborno. Al final, el exfuncionario del narcopresidente Felipe Calderón fue acusado, por un jurado ciudadano, de cinco cargos por narco. A fines de enero de 2024, la DEA, los medios corporativos extranjeros y mexicanos, la derecha, lanzaron el libelo del supuesto financiamiento narco en la campaña de 2006 del entonces candidato presidencial AMLO. Los involucrados, al parecer promovidos por la DEA, decidieron que su “prestigio” periodístico era suficiente para difamar a un presidente mexicano legítimo, con fortaleza moral y ética, pero acabaron enterrados en dimes y diretes de #Hashtags impulsados por bots y narrativas de la derecha golpista mediática que pretendía llevar al extremo golpista de un bulo que ha sido desmentido por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Como sea, la golpista derechista Xóchitl Gálvez y su aparato mercadológico y propagandístico, en el contexto de un tour en Washington y Nueva York que solo levantó rechazó, aunque se quiera hacer pasar por “éxito”, decidieron anclarse a una mentira que el gobierno de Estados Unidos afirmó que la investigación fue cerrada sin evidencias, hace más de una década. La intención golpista de la derecha, ante un gris tour entre derechistas para pedir la intervención golpista de Estados Unidos, fracasó. En este contexto, aparecieron dos encuestas en los medios corporativos golpistas mexicanos, El Heraldo y Reforma, que suscriben el fracaso del #PRIANRD, la derechista golpista Xóchitl Gálvez, Claudio X. González y la facción golpista de la oligarquía mexicana que los financia, que refrendan el fracaso de la payasa, la botarga, quien no pasará de vendedora de gelatinas amargas en el país del norte.

¿A confesión de parte, relevo de pruebas? El editor de ProPublica, Stephen Engelberg, escribe un somnoliento y maloliente editorial para defender la política intervencionista de Estados Unidos, los premios de Tim Golden, gran amigo del corrupto y saqueador Carlos Salinas de Gortari, y el supuesto “interés” del gobierno estadounidense en los “problemas” de México. Asimismo, acusa al gobierno mexicano de la epidemia de muertes por fentanilo en su país, pero nada dice de la perversa vida estadounidense que favorece el consumo de drogas, tanto legales como ilegales. La pieza editorial de Engelberg, no admite que el gobierno de su país ya dijo que era caso cerrado, además que reiteró que no hubo pruebas de ningún tipo. Tampoco dice mucho sobre sus fuentes de información, las que la misma DEA le ordenó no dar a conocer. Otro elemento del golpismo sincronizado es el Hashtag en la plataforma X, antes Twitter, con más de 170 millones de vistas, más de la mitad generadas en Argentina, Colombia, Holanda. Un aparato de bots sincronizado para armar un golpe de estado. Así es como Engelberg oculta la degradación del periodismo y el golpismo orquestado en su país, mientras nada dice del genocidio en Palestina y la esquizofrenia israelí contra millones de palestinos.

El editor Engelberg, escribe una diatriba antiAMLO y antimexicana, no para defender el periodismo o a los periodistas asesinados en México por el crimen organizado, sino para encuadrar su libelo que en realidad defiende el supuesto “derecho” del gobierno estadounidense y los medios corporativos golpistas de Estados Unidos, para lanzar campañas contra mandatarios legítimos que incomodan al establishment corporativo –medios, empresas, aparato militar, financieros, agencias financiadas por EEUU (gubernamentales y supuestamente ONG)- pues su intervencionismo ha sido acotado y se impide que su aparato narco-militar de inteligencia determine la política mexicana. Asimismo, parte de esta andanada golpista, bien aceitada por ese último editorial de ProPublica, se sincronizó con el tour derechista de la candidata neofascista Xóchitl Gálvez, para lisonjear a la derecha, la oligarquía y los medios corporativos golpistas, como el que dirige Stephen Engelberg.

miércoles, 7 de febrero de 2024

Vendiendo gelatinas en Estados Unidos

 

La corrupta candidata derechista Xóchitl Gálvez, estuvo en Nueva York y Washington, vendiendo el país, aunque sabe bien que sus reuniones con Think Tank derechistas, medios corporativos, funcionarios del Departamento de Estado y la OEA, no le darán un solo voto. Las recientes encuestas del Heraldo y Reformar, confirman la distancia de al menos 30 puntos entre la vendedora de gelatinas y Claudia Sheinbaum. La primera encuesta, cara a cara, muestra que, a pesar de las mentiras de los medios corporativos en México y Estados Unidos, la derecha mexicana, PAN, PRI, PRD, la candidata de Morena sigue cuesta arriba, mientras la segunda, que en realidad fue aplicada para conocer el clima electoral en Jalisco, da cuenta de la probabilidad de que Movimiento Ciudadano siga gobernado esa entidad, pero ratifica la ventaja de la morenista sobre la prianrdista.

En este sentido, ir a Nueva York y Estados Unidos a vender gelatinas, exhibió a la candidata derechista: entre el rechazo de los inmigrantes mexicanos, mentiras en discursos en el Wilson Center, Think Tank derechista, amenazas de sus seguidores a inmigrantes mexicanos, ignorancia de las leyes de inmigración estadounidenses, tras culpar a AMLO sobre abogados que prometió, el tour con los medios corporativos derechistas, los que de seguro publicarán alguna nota “elogiosa” a la candidata del #PRIANRD, su paseo en la OEA, organismo golpista, ofrecimiento para obsequiarles a los empresarios el litio y otros recursos y empresas mexicanas, y sus acusaciones infantiloides sobre el supuesto financiamiento del narco a la campaña de AMLO de 2006, negada públicamente por el gobierno estadounidense.

Sin duda, vender gelatinas a la derechista Xóchitl Gálvez no se le da. La gira de las gelatinas, aunque sus amigos corruptos y saqueadores –Idelfonso Guajardo, José Sarukhan, Juan Pardinas (ex director editorial del periódico Reforma)-, entre otros que le compraron el tour a distintos lugares en los que los inmigrantes mexicanos no estuvieron en su agenda. El objetivo de la derechista fue a gritar desesperada que Estados Unidos intervenga en México para que la nombren presidente, pues sabe bien que su campaña, con tantos millones en propaganda y viajes que la oligarquía ha invertido, es un fracaso. Fue a Nueva York y Washington, no a defender la democracia, sino a vender la patria. La derechista traidorzuela pinta muy bien a los partidos políticos que la acompañan y la oligarquía que la financia. Si los mexicanos no tenían claro el proyecto de la derecha, con esta gira debió quedar muy claro: abyección, sumisión, venta de garaje, mentiras, y basura ideológica y política.

La derecha dirá que fue “exitosa” la gira. Y los escribanos de los medios corporativos golpistas en México tratarán de elevarla a “estadista”, retomando porciones de los discursos que no escribió, sino que le dictaron los conocidos corruptos y saqueadores que la acompañaron. Lo que quedó claro en este tour gelatinero, es que la candidata de la derecha fue a vender México a Estados Unidos a cambio de intervenir en nuestro país, y le pagaría a la oligarquía estadounidense con empresas estatales y recursos naturales. De acuerdo con las mediciones más recientes, Xóchitl Gálvez apenas alcanza entre 20 y 25 por ciento de la opinión electoral, voto duro que tanto el PRI como el PAN consiguieron en 2018. Asimismo, la candidata de la derecha fue a hacer ridículos propagandísticos al por mayor a Nueva York y a Washington. Hablar en el Wilson Center, un Think Tank derechista, no le dará más votos. Tampoco su visita al Press Club, donde presumió a los medios corporativos golpistas (Wall Street Journal, Washington Post, New York Times).

En Estados Unidos, los únicos que podrían votar o no por la derechista, son los inmigrantes mexicanos, pero vimos el rechazo que suscita. La oligarquía estadounidense, los medios corporativos golpistas, los Think Tank, la OEA, no votan. Solo intervienen países y derrocan gobiernos democráticos.