Mientras Thalía daba a conocer el
número de orgasmos que alcanza durante el sexo, el gobierno de Enrique Peña
Nieto desplegaba una intensa campaña mediática para criminalizar a Kate del
Castillo, al revelar supuestos mensajes “cariñosos” entre la actriz que operó
la entrevista Sean Penn-El Chapo Guzmán, y el citado narco.
La prensa y la comentocracia
oficialista y chayotera, corrió presurosa a escribir “sesudas” columnas que
concluían, al unísono, que la actriz, o lo entregó o tenía alguna relación
amorosa o le financiaba sus empresas –les faltó agregar “narco-empresas”- o lo
que supongan que al gobierno satisfará en algo que hace muy bien: manipular.
En una entrevista en el programa
“60 Minutos” (CBS), el actor Sean Penn afirma que si bien arriesgó su vida,
quizás ingenuamente, para saber de viva voz sobre el negocio de la droga tiene
claro que la posterior detención de El Chapo fue para culparlo a él y la actriz
que lo acompañó. Un dato adicional: un contacto, no dice el origen, los llevó a
la reunión.
Como quiera, al affaire Sean
Penn-Kate del Castillo-El Chapo Guzmán, no tiene la finalidad de clarificar la
fuga del narco, sino descentrar el tema, manipular y ofrecer a la ingenua
sociedad mexicana chivos expiatorios para ser quemados en leña verde. Lo demás
es accesorio. La estupidez mexicana deja buenos dividendos políticos.
Lo accesorio es la vertiginosa
caída del dólar, el colapso del precio del petróleo, la debacle de la economía
mexicana, la burla de los tres pesos de aumento al salario mínimo, la falta
total de transparencia y rendimiento de cuentas, el imperio del narco y sus
socios políticos y de la elite económica. Ni el gobierno ni la prensa
oficialista habla de ello.
A este escribano no le interesa disculpar
a los protagonistas de esta extraña historia, sino observar la trama urdida por
el gobierno mexicano y sus acostumbrados socios mediáticos, las perversidades
que la mercadotecnia y la propaganda usan para declarar triunfal un hecho que es
obligación gubernamental: detener delincuentes, sobre todo a quienes dejó
escapar.
El tema central detrás de esta
trama es el escape de El Chapo Guzmán, las complicidades involucradas, la
impunidad que prevalece, el fracaso de una estrategia policiaco-militar. Los
funcionarios a quienes se les sigue algún proceso por supuestamente haber colaborado
en la huida, tampoco quiebran los cimientos podridos de una institución
corroída.
La detención del delincuente de
marras, además de cobrar una afrenta contra un gobierno pillado en una cantidad
increíble de situaciones alejadas del estado de derecho que enarbola, es
importante, pero cobraría mayor relevancia si desmantelara la red de
complicidades, impunidad y vínculos político-financieros que sustentan el poder
de la delincuencia.
El problema en esta trama no son
los orgasmos de Thalía o el supuesto amorío de Kate del Castillo. La ironía de
estas revelaciones, todas con excesos y perversidades mediáticas, lleva a otra
afirmación de Penn en “60 Minutos”: el gobierno mexicano tiene algo que ver en
esta puesta en escena, pues dice, no “somos más inteligentes que la DEA o el
gobierno mexicano”.
Afirma el actor que, a
contracorriente de traducciones interesadas sobre su supuesta aceptación de que
la entrevista a El Chapo Guzmán “fracasó”, se deben discutir las políticas
contra las drogas. Es decir, una política impuesta por Estados Unidos desde la
época de Nixon que ha sido un total fracaso, pero que gobiernos como el
mexicano siguen sin cuestionar.
La trama de este affaire
solamente contribuye a la mitificación de un personaje que se jacta de su andar
delincuencial y de ser un supuesto Robín Hood al revés. El gobierno y sus
adláteres están haciendo de El Chapo Guzmán un mito de la debacle mexicana,
trazada por una sociedad cuya crisis de inseguridad, económica, política, no se
resolverá con mentiras.
Mientras el gobierno mexicano
cita a declarar a Kate del Castillo, en medio de un linchamiento mediático bien
pagado con recursos públicos, pretende ocultar, junto con los medios
sediciosos, la detención en España del exgobernador Humberto Moreira, sin
derecho a fianza porque podría fugarse y ser protegido por la corrupción
mexicana.
No es poco de lo que la Audiencia
Española lo acusa: lavado de dinero y asociación delictuosa. Los lujos
exhibidos durante su estancia en España para hacerse de un doctorado patito y
un proceso abierto en Estados Unidos, podrían dar señas del destino de miles de
millones de pesos de la deuda de Coahuila, asunto por el que fue exonerado en México.
Obviedades. 1. Quienes obsequian la cosa llamada “Jumil de Oro”, o son ignorantes
o no conocen Morelia más allá de algunas calles del Centro Histórico. 2. El
gobierno mexicano “lamenta” que Amnistía Internacional (Un trato de
indolencia. La respuesta del Estado frente a la desaparición de personas en
México), no reconozca sus esfuerzos, al rechazar su indolencia en el caso
de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, y se extraña porque no incluyera la
quimera gubernamental llamada Registro Nacional de Datos de Personas
Extraviadas o Desaparecidas. 3. La SEP da el siguiente paso para desconocer la
relación laboral con el magisterio dizque democrático. Se niega a pagar a los
miles de comisionados ocupados en supuestas tareas sindicales. Apuesta a
complicidades jurídicas que negarán al profesorado sus derechos. No comparto la
comisionitis alentada por el propio gobierno federal y los estatales, pero es
obvio que no se trata de la educación. 4. Alerta de género y canasta básica. Al
parecer al “nuevo comienzo” el asesinato brutal de mujeres ni le conmueve ni le
afecta, pues se “prorrogará” la publicitada alerta con el asentimiento de las
mujeres que forman parte de un supuesto “gabinete de género”, mientras se acota
la entrega de una miserable despensa a unos pocos hambrientos por la dizque
“calidad” de su contenido. 5. #misióncumplida, emulación o burla de la Policía
española al arrestar a Humberto Moreira, por presunto lavado de dinero y otros
delitos que en México nadie sabe, nadie supo. El gobierno cómplice exhibido de
nuevo. 6. La estupidez mexicana es oprobiosa. En Colima volvieron a votar por
quien hizo todo para que se anulara una sucia elección que costó otros tantos
millones de pesos de nuestros impuestos, y donde la corrupción campea. 7. Las
dos exfiscales integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes de la CIDH (GIEI) están siendo violentadas por una feroz campaña
de la ultraderecha, militares, políticos, medios mexicanos y el propio gobierno
mexicano, para desacreditar mediática y moralmente a dos mujeres que en sus
países abrieron procesos contra corruptos y militares genocidas y vulnerar la
búsqueda de la verdad sobre los 43 normalistas desparecidos. 8. Entre 2008 y
2014, fueron asesinadas 623 mujeres en Michoacán, casos de los que solamente se
reconocen 8 feminicidios. Tremenda realidad que minimiza la vida humana. 9. Soberbia,
arbitrariedad y autoritarismo, la respuesta del “nuevo comienzo” a los
ciudadanos que cuestionan su imposición del reemplacamiento. Afirma que el
Congreso del Estado lo aprobó, pero los michoacanos saben del contubernio
tejido para esquilmar a los ciudadanos. 10. Mi solidaridad con Cambio de Michoacán y quienes hacen y
sostienen este espacio de libre expresión ante la pretensión de las catacumbas
por responsabilizar a este medio de comunicación de una acusación contra los
panistas que no votaron por el reemplacamiento. Última: Y mientras las elites
económicas, con el contubernio de los políticos y tecnócratas, se hacen de las
jubilaciones y pensiones de los mexicanos, cuya debacle no le importa a nadie.