El coronavirus ha logrado la convergencia, quizás momentánea pero
oportunista, de las derechas en México. Desde los sectores conservadores
moderados hasta la ultraderecha, todos al unísono esperan dividendos políticos
e ideológicos de sus ataques con el presidente de México. La perversidad es
persistente.
Las redes sociales, particularmente Twitter, son la caja de resonancia del
odio, racismo, clasismo y desprecio de la oligarquía mexicana y sus amanuenses:
Felipe Calderón, la comentocracia en la prensa golpista, intelectuales supuestos
progres que muestran su verdadero rostro, políticos de partidos políticos,
bots, trolls y clasemedieros, entre otros.
El No (72%) en la consulta sobre la permanencia o no de la cervecera
Constellations Brands en Mexicali, hizo estallar las redes sociales con la
amenaza del reelecto presidente de COPARMEX sobre la “destitución” del
presidente de México y la secretaria de Gobernación, si no cancelaban el
resultado del ejercicio democrático.
Sin duda, al empresariado golpista la democracia no le interesa. Lo ha
demostrado en varias ocasiones: 2006, con la guerra sucia y el fraude que
encumbró al espurio Felipe Calderón, en 2012, con el uso de recursos públicos y
privados que llevaron a Los Pinos a Enrique Peña Nieto. En 2018, la jugarreta
ya no les funcionó.
Durante las dos o tres últimas semanas, en el contexto del avance del
coronavirus en el mundo y México, en redes sociales la derecha calderonista usó
diversos hashtags para denigrar al presidente AMLO. Incluso, hasta la presuntuosa
periodista Carmen Aristegui, usó un fotomontaje y un hashtag para golpear como
si representaran la realidad,
Al respecto tenemos que ser claros y serios: buena parte de los hashtags
que en Twitter se convierten en tendencia nacional están inflados con bots y
trolls, independientemente de su origen ideológico, político y financiamiento.
El periodismo crítico, no su caricatura golpista actual, debe ser cuidadoso
para suponer que son tendencias reales.
Las tendencias en Twitter antiAMLO, infladas con bots y trolls, poco tienen
que ver con la realidad. En las últimas semanas, por ejemplo, a pesar del
ataque continuo, el presidente de México no ha interrumpido sus giras y
mañaneras. En las primeras la gente se agolpa para recibirlo, saludarlo y
tomarse una selfi con él, cuestionado tales hashtags.
En este contexto es importante revisar la supuesta caída en la aprobación
de AMLO. En el ponderado de Oraculus.mx mantiene 60%. Si ha habido un descenso,
pero no como algunas casas encuestadoras vociferan para impactar a la opinión
pública. Asimismo, es esperable una tendencia a la baja por el desgaste y los
ataques.
Los ataques provienen de la prensa tradicional, cuya agenda política e
ideológica se ha trastocado en agenda golpista. La comentocracia, antes
favorecida por el PAN y el PRI con recursos públicos, ha sido comprada por las
derechas con la finalidad de golpear al presidente de México. El coronavirus es
gran ejemplo.
De pronto, la comentocracia, tanto en la prensa tradicional como en medios
electrónicos (radio, televisión) y portales web de noticias, se convirtió en “experta”
en epidemiología. Todos los días escriben sobre la pandemia, además de exigir
al gobierno federal que adopte tal o cual medida, respecto a las tomadas en
Europa, Estados Unidos o Canadá.
Pero no solo la comentocracia: empresarios, políticos asociados a la
derecha partidista, personajes ligados a Felipe Calderón, y el mismo
expresidente, y bots, trolls y algunas cuentas en redes sociales, son hoy “expertos”
en coronavirus. Cuando la economía experimenta problemas también son “expertos”,
lo que no extraña.
Las derechas en México están actualmente furiosas; su odio es perverso. El
problema es que no hay alternativas. Sobre el coronavirus exigen que se
replique lo hecho en otros países, pero no reconoce lo que realmente se hace. Respecto
la economía es lo mismo. El caso de Constellations Brands es ejemplo: inversión
y empleos se perderán.