miércoles, 21 de agosto de 2013

Dreamers

Nueve jóvenes mexicanos, entre deportados y retornados por distintas razones, retaron al sistema jurídico de Estados Unidos al plantarse en la garita que une las Nogales mexicana y estadounidense. Solicitaron una visa humanitaria, que obligó al gobierno de ese país, discutir su postura, después de arrestarlos por 17 días.
Los jóvenes, que originalmente habían sido llevados a ese país siendo niños, buscan regresar, acogerse a las leyes que podrían favorecerlos, detener las deportaciones y las rupturas familiares por estas causas, realizaron sus acciones semanas antes del primer aniversario del programa DACA.
El 12 de agosto se conmemoró el Día Internacional de la Juventud, fecha que presentó contrastantes posiciones, cifras y discursos. Fue establecida por la ONU, con motivo de la Primera Sesión del Foro Mundial de la Juventud de 1996, para concientizar sobre el Programa de Acción Mundial para los Jóvenes de 1995.
DACA, son las siglas del programa Deferred Action for Childhood Arrivals, el cual entró en vigor el 15 de agosto de 2012; cumplió el jueves pasado un año de su operación mandatada por el presidente Obama. La finalidad es detener por dos años las deportaciones de jóvenes que llegaron a ese país siendo niños.
Acorde con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, siglas en inglés), al 13 de julio, del total de solicitudes recibidas (573,404), 552,918 habían sido aceptadas. De ese número, 421,649 mexicanos aparecen como aceptados a la fecha, pero de estos, 329,833, habían sido aprobados.
Un reciente estudio de la Brookings Institution refiere que más de la mitad de la población estimada, había presentado su solicitud. Asimismo, tres cuartas partes de los aceptados habían sido aprobados. Del total, 54 por ciento son menores de 21 años, mientras el 51 por ciento de los solicitantes son mujeres.
Entre los dreamers que retaron al sistema jurídico estadounidense y que hoy esperan la resolución de las cortes, y los dreamers cuya solicitud fue aceptada y aprobada bajo el programa DACA, la única diferencia es la amenaza de deportación. Coinciden en su esperanza y esfuerzo por hacer realidad su “american dream”.
Los jóvenes en su día, acorde con cifras y discursos, son actualmente un grupo altamente vulnerable. Sus derechos más atacados son el trabajo, educación, empleo, salud y no discriminación. Están sometidos a las presiones de la pobreza, la marginación, el abandono y la discriminación gubernamental, el consumismo.
Destaca la reprobable postura del titular de la Secretaría de los Jóvenes en Michoacán: solo le importan los jóvenes que “si trabajan y sí estudian”, desdeñando a los atrapados en la delincuencia. Llamó a convertir en un acto de propaganda la situación que vive el estado: “hablar en positivo” y “limpiar la imagen del estado”.
Esta postura revive la promovida por Felipe Calderón durante todo su sexenio en el contexto de su esquizofrénica guerrita contra el narco: criminalizados, desdeñados como “daño colateral”, asesinados y desaparecidos por las burocracias policíaco-militares. La exclusión como política gubernamental.
Los jóvenes mexicanos que no fueron llevados de niños a Estados Unidos, que todavía no han emigrado, y forman parte del bono demográfico que la transición epidemiológica nos legó, también son dreamers. Por las razones que sean, siguen con sus esperanzas y esfuerzo en este país a pesar del desdén oficial.
Según la ONU, de las 214 millones de personas que anualmente emigran a nivel mundial, el 30 por ciento son jóvenes. Y los migrantes entre 15 y 24 años, salen de su país por amenazas a su seguridad y la pobreza. En México, la migración de mujeres y niñas aumentó 30 por ciento en el 2012, por cuestiones económicas.
Las cifras del programa DACA son positivas, pero los hijos de los inmigrantes hispanos en Estados Unidos son más pobres, con salud más vulnerable y menores niveles de inscripción en preescolar. La Foundation for Child Development, afirma que los padres de estos niños presentan los peores indicadores de pobreza.
Sin duda, los dreamers en Estados Unidos representan un importante sector que busca cambiar las percepciones sobre la inmigración indocumentada. Miles de jóvenes mexicanos están poniendo a prueba sus sueños y esperanzas. Igualmente, son un llamado de atención al gobierno y sociedad mexicana.
Efectivamente, en México, los dreamers viven en condición de vulnerabilidad. Más de siete millones de “ninis”; jóvenes, hombres y mujeres, y niños y niñas, intentando alcanzar el “sueño americano”; miles atrapados en la pobreza, la marginación y la delincuencia; miles desparecidos y asesinados.
La juventud en este país está en entredicho. Y el desdén gubernamental está a la orden del día. La exclusión promovida por los funcionarios públicos no es solo reprobable, es muestra de la ignorancia oficial y el desinterés gubernamental por diseñar políticas públicas que respondan a los retos actuales.
Obviedades. 1. Las detenciones en Aquila parecen enredar aún más la situación que se vive en esa región, mientras los delincuentes siguen el baño de sangre: 9 hombres asesinados fueron encontrados en una localidad cercana a Buenavista Tomatlán; adicionalmente, las autoridades hacen caso omiso de las denuncias de los involucrados y detenidos en esa población. 2. Una lectura detenida de la iniciativa de reforma energética da cuenta de que la mitad es propaganda pura, retórica dinosáurica, salinismo trasnochado y el intento por convertir a PEMEX y la CFE en administradoras de contratos y la corrupción reinante. Lo real vendrá en las leyes secundarias, ahí es donde se está preparando el regalo a las transnacionales y las elites económicas mexicanas. 3. La corrupción calderonista sigue dando información: su gobierno creó una serie de filiales de PEMEX en el extranjero para el manejo discrecional, opaco y fuera de la ley mexicana, por decir lo menos, de miles de millones de pesos. ¿Los votos del PAN para aprobar la reforma energética acallarán este nuevo escándalo? 4. La propaganda que busca imponer una reforma energética se monta en una historia manipulada y costosa; no explica cómo los gobiernos y las elites económicas y políticas han hundido a Pemex y la CFE, además de apropiarse de una riqueza que hoy manipulan para legitimar el saqueo. 5. Adicionalmente a la feroz campaña para imponer la reforma energética, hay otra paralela para convencer de los supuestos beneficios del maíz transgénico, y por extensión de otros alimentos; miente sobre su impacto en la biodiversidad, el maíz y otros alimentos tradicionales, y omite el debate sobre sus efectos en la salud humana.