A unas horas del devastador impacto del huracán Otis, categoría 5,
escala Saffir-Simpson, en Acapulco y municipios aledaños de Guerrero, la
comentocracia y los medios corporativos derechistas, montaron un espectáculo
mediático en el que la carroña es esencial. No se trata de informar, no es
sobre una tragedia en la que miles de mexicanos están hoy sufriendo los efectos
de un fenómeno que de natural nada tiene. Acorde con información de expertos estadounidenses
y mexicanos, nadie esperaba que en menos de doce horas la tormenta tropical se
transformara en un catastrófico ciclón. Lo que los medios golpistas muestran es
su vomitivo odio contra el presidente de México y su gobierno. Los escribanos derechistas
suponen que, atacando a AMLO, cosecharán votos para su candidata derechista.
Como quiera, la adicción de los medios corporativos golpistas a la
carroña mediática, nada tiene que ver con los guerrerenses que hoy enfrentan
una grave situación de sobrevivencia. Según la derechista Denise Dresser, le
cobrarán políticamente a AMLO y Morena. Es decir, lo importante no es si
mienten sobre la respuesta gubernamental y los recursos existentes para
enfrentar la catástrofe, sino la venganza política que sueñan, desde el 2018,
llevar a cabo. Ya no hay prensa corporativa oficialista, tampoco boletines y
fotografías del espurio Felipe Calderón en medio de un charco de agua para
simular que atendía a los mexicanos, mientras ordenaba el asesinato de otras
miles de personas con su absurda guerra contra el narco, del que era parte. Las
imágenes y testimonios fluyen en redes sociales; no las calla el gobierno; no
ordena censurarlas.
Durante los gobiernos del PAN y el PRI, fueron calladas las masacres
causadas por sus gobiernos, mientras los medios corporativos y sus escribanos a
su servicio recibían ingentes recursos públicos, ensalzaban la “ayuda” enviada
por medio del FONDEN, un fideicomiso del que también fluía dinero público para
alcaldes, gobernadores, empresarios, periodistas, prensa nacional y local. Los
desastres que golpean con más furia a los pobres y marginados, nada tienen de
natural, pues la vulnerabilidad de miles de mexicanos es también parte de la
fábrica capitalista, nunca atendida por los gobiernos del PRI y el PAN. Lo que
Marx llamó el ejército de reserva industrial, el lumpenproletariado, son
sectores de la población que la acumulación capitalista deja en la ignominia.
En México siempre fueron la reserva de votos del PRI, y parapeto de los
clasemedieros y las elites derechistas del PAN.
Con la complacencia del INE y el TEPJF, la candidata del #PRIANRD,
Claudio X. González, los medios corporativos golpistas, sectores de la elitista
sociedad civil, las elites políticas y la oligarquía, emprendieron una feroz
campaña mediática alimentada con la carroña de la que vive plácidamente la
derecha y ultraderecha. No se conmueven ante el desastre: que desapareció el
FONDEN, otrora nido de corrupción y saqueo del #PRIANRD, mentira desmentida;
que van tres o cuatro días y no hay electricidad, internet o lo que sea,
mientras la CFE, la Guardia Nacional, las fuerzas armadas trabajan arduamente;
que voté por AMLO en 2018 y ahora me avergüenzo, pero AMLO mueve de inmediato
al aparato gubernamental y sus anquilosadas estructuras burocráticas para
volcarse en favor de Guerrero; que hay que inventar otro fideicomiso, dijo la
derechista Xóchitl Gálvez, pero se niega a aportar una pequeña porción de su
jugosa dieta senatorial para los damnificados.
Los pretextos de la derecha carroñera son inconmensurables para golpear
a AMLO, la 4T, Morena y Claudia Sheinbaum, quien recolecta víveres y otros
productos para enviar a los damnificados, mientras la carroña mediática monta
espectáculos. Como el orquestado por Xóchitl Gálvez en las instalaciones del
Cruz Roja mexicana para simular con que está acopiando suministros, pero los
compró en cualquier almacén con dinero público y privado. Es la derecha,
idiota.