jueves, 22 de diciembre de 2022

La degradación del periodismo mexicano

 En cuatro años hemos observado, a veces con asombro e incredulidad, cómo el periodismo mexicano se degrada. No es que la historia reciente deba narrarse con un antes, durante o después del gobierno de #AMLO, pero es necesario revisar cómo el autollamado cuarto poder que gozó de prebendas y privilegios, marcado por la censura, con contados cuestionamientos a los gobiernos neoliberales, y asesinatos de periodistas de a pie, fue cayendo a las pocas horas del triunfo de #AMLO, cuyo duro discurso de posesión como presidente constitucional de México, les mostró lo que vendría después. A la fecha no hay columna de supuesta opinión, 8 columnas, cabezas y balazos de notas periodísticas, editoriales, cartones, que no pretendan reducir a #AMLO, la 4T, #Morena, los ciudadanos que apoyan al mandatario, las acciones del gobierno federal, a simples ocurrencias y la nulidad. El periodismo actual no informa ni respeta el derecho a la información.

Como en el caso de quienes añoran el supuesto paraíso neoliberal, con sus prebendas, privilegios, saqueo y corrupción, la élite periodística en México reclama lo que no tuvo: libertad de expresión, nula censura, pero sí amenazas, asesinatos y ninguneo gubernamental de los gobiernos del #PRIAN a los periodistas. A quienes afirman que el gobierno de #AMLO es el más peligroso y letal para ejercer el periodismo, les recordamos que, en el sexenio de Felipe Calderón, fueron asesinados más de 100 periodistas, ninguneados y encarcelados varios otros. De ningún modo es un alivio que durante el presente gobierno no se rebase esa cifra, pero los medios corporativos tienen una agenda política e ideológica que pretende, en connivencia con empresarios, la llamada clase política y sus partidos políticos, derrocar a #AMLO. Para estos grupos, la democracia solo es tal si los favorece. Que los ciudadanos decidan no cuenta.

El lamentable atentado contra Ciro Gómez Leyva, conocido presentador y lector de noticias de los medios tradicionales corporativos, resume de muchas maneras la degradación del periodismo en México. Un video con un guion, política e ideológicamente adverso, en defensa del locutor, hashtags demandando censurar las mañaneras y culpando al presidente de México, supuestos periodistas e influencers pidiendo que #AMLO sea asesinado, 8 columnas en los medios corporativos intentando vincular el discurso presidencial con la agresión, columnas que en sospechosas coincidencias escupen libelos sin fundamentos, el nado sincronizado en redes sociales de conocidos derechistas y ultraderechistas, influencers, trolls, bots, exhiben cómo el periodismo, periodistas, presentadores y lectores de noticias, se deslizan en un interminable túnel de odio, desprecio, mentiras, #Fakenews, ataques y una narrativa que se conecta sin cortapisas con el Lawfare, el golpe blando e híbrido en marcha en América Latina.

Según los columneros de los medios corporativos, no hay una campaña para censurar al presidente de México, pero tanto en la prensa, radio y televisión, como en redes sociales y desplegados de los abajofirmantes más representativos de la derecha golpista mexicana, se busca vincular las respuestas que #AMLO da a las mentiras, #Fakenews y odio que diariamente tejen sus adversarios y enemigos, con el atentado contra Ciro Gómez Leyva y los asesinatos de periodistas, los que al supuesto cuarto poder jamás les han importado, pero los usan para revictimizarlos e intentar golpear. Así es como llegó la campaña a la prensa derechista extranjera como #TheNewYorTimes y #WashingtonPost, con libelos que falsean los dichos y señalamientos presidenciales. Si esto no es una campaña orquestada por la oligarquía, los políticos y sus partidos golpistas, entonces es un simple nado sincronizado.

Los medios corporativos, tanto mexicanos como extranjeros, tienen una agenda ideológica y política que busca reproducir, aunque sea parcialmente, el golpe de estado en Perú. En todos los casos, culpan al exmandatorio de lo que la oligarquía peruana y Estados Unidos perpetraron.

sábado, 17 de diciembre de 2022

Lawfare y golpes de estado

 Lo sucedido hace dos semanas en Perú, es buen ejemplo de la guerra de las oligarquías latinoamericanas contra la reciente ola de gobiernos progresistas e izquierdistas. Son guerras en las que el clasismo, el racismo, la discriminación y el poder económico y su brutal concentración en pocas manos, juegan un papel fundamental. Las oligarquías en América Latina, la mayoría de origen criollo, no solo repelen las ideologías con orígenes en la izquierda, guerrillas, movimientos sociales, la defensa de los pueblos, el protagonismo de líderes y políticos provenientes de los pueblos originarios, sino también cualquier cambio que atente en contra del estatus quo que resguarda sus privilegios, apropiación de la riqueza, explotación de los trabajadores y grupos étnicos, las instituciones estatales que garantizan su poder económico y político, los medios corporativos y el intervencionismo de gobiernos extranjeros, como Estados Unidos.

Sin embargo, los escenarios han cambiado, no solo porque los mecanismos de dominación y explotación están transformándose de manera acelerada, sino también porque los gobiernos progresistas y de izquierda han decido jugar el juego de la democracia burguesa. Lo anterior no significa que la esencia de la acumulación capitalista no continúe determinando a sociedades y naciones. Por ejemplo, el neoliberalismo, a pesar de la crisis de sus principales premisas que revelan la crisis del capitalismo, penetró todos los rincones de las sociedades, e incluso arrebató a la izquierda una serie de causas y empoderó a grupos que se autonombraron la “sociedad civil”, muchos de los cuales buscaron llenar los huecos dejados por la minimización del Estado, financiados por los gobiernos nacionales y extranjeros.

Asimismo, la oligarquía y sus grupos política e ideológicamente afines, simulando luchar por los derechos de los más necesitados, grupos vulnerables y la diversidad sexual, fueron elaborando una perversa narrativa por medio de la que se apoderaron de luchas y causas justas, muchas enarboladas por la izquierda, movimientos sociales y liderazgos progresistas e izquierdistas, además de usar las leyes y el estado de derecho sancionado por el neoliberalismo, para minar a los gobiernos izquierdistas y progresistas que arribaron al poder político acorde con las reglas de la democracia burguesa, pero que las oligarquías nacionales y extranjeras experimentaron como atentados a sus privilegios y el estatus quo. Fue el caso de Lula en Brasil, acusado falsamente de corrupción por jueces derechistas y replicado por los medios corporativos, incluidos aquellos “independientes” y supuestamente progresistas.

Es en este contexto en el que se consolida el golpe blando, la guerra híbrida y el lawfare. Es decir, el derrocamiento de los gobiernos de izquierda y progresistas por otros medios: las constituciones nacionales, leyes de todo tipo y el poder judicial afín a la oligarquía y la derecha y ultraderecha. En el caso de Lula en Brasil, bastó un cúmulo de falsedades para encarcelarlo y derribar a su sucesora, Dilma Rousseff. En Bolivia se usó el aparato electoral y judicial para derrocar a Evo Morales e impulsar un golpe de estado. En Ecuador se inventó un expediente de supuestos sobornos contra el expresidente Rafael Correa, en el intento de la derecha ecuatoriana para encarcelarlo y evitar su candidatura a la presidencia. En Argentina, el aparato judicial que sobrevive a las sangrientas dictaduras condenó a la cárcel y a no poder ejercer ningún cargo público a la vicepresidenta, Cristina Kirchner, mientras en Perú, acorde con la constitución prevaleciente, en la que el congreso puede inventar cualquier cargo contra un presidente electo legítimamente, se promovió un golpe de estado contra el presidente Pedro Castillo.

En México, basta recordar el desafuero contra AMLO como antecedente del lawfare o el intento de la derecha para encarcelar al hoy presidente de México, y evitar su participación en procesos electorales, lo que no lograron, pues millones de ciudadanos se responsabilizaron del cambio.

viernes, 9 de diciembre de 2022

#AMLO: aprobación, popularidad y reconocimiento

 Las encuestas, como instrumento de medición de la opinión pública sobre temas electorales o mercadológicos, ofrecen una imagen de un momento determinado. Si bien hay diferencias entre las que se levantan vía telefónica o cara a cara, su metodología y el tamaño de la muestra permiten tener un dato estadístico que tienden a reflejar el decir de las personas. En México, hay serías casas encuestadoras, pero también las que manipulan resultados según el mejor postor. Las elecciones sexenales e intermedias, en el espectro electoral, son buen ejemplo del uso político e ideológico de las encuestas. Por ejemplo, en las elecciones de 2018, mientras la mayoría de las encuestas daba importante ventaja a #AMLO, el periódico #Reforma presentaba números en los que supuestamente el candidato del #PAN llevaba la delantera.

Medir la aprobación y popularidad de gobernadores, presidentes municipales y el presidente de la República, es ya un ejercicio demoscópico cotidiano. Cada cierto tiempo, algunas casas encuestadoras realizan sus entrevistas, telefónicas o cara a cara, que dan seguimiento al político o funcionario de interés público. Es el caso del presidente de la República. En las últimas semanas conocimos algunos resultados de los medios corporativos en los que la medición de la aprobación y popularidad de #AMLO ocupa un lugar central. Se incluyen también las preferencias electorales y otros temas de interés para la ciudadanía. La prensa corporativa, en voz de #ElFinanciero, #ElUniversal, #Excelsior, #Reforma y algunas casas demoscópicas publican periódicamente sus resultados.

Acorde con los resultados más recientes, la aprobación de #AMLO sigue estando arriba de 60%, aunque en periódicos como #Reforma se le ubica por debajo de ese umbral y se le intenta equiparar a presidentes previos, los que en muchos casos no alcanzan, salvo el conocido cuchareo periodístico, al actual primer mandatario. Pero se trata de manipular y restar el apoyo que #AMLO, en su cuarto año de gobierno, conserva. E incluso entre mediciones de la prensa corporativa y algunas casas encuestadoras, su aprobación y popularidad parecen inamovibles o van al alza. Por ejemplo, la encuesta de líderes mundiales #MorningConsult, casa encuestadora estadounidense con sedes en Nueva York, Washington, DC y San Francisco, reporta semanalmente la aprobación del presidente de México respecto a otros mandatarios (primeros ministros, presidentes, etc.); según la más reciente medición, el 73% de los encuestados aprueba a #AMLO.

Hace casi dos semanas una multitud de más de 1.2 millones de personas lo acompañaron durante cinco horas, del Ángel de la Independencia al Zócalo de la #CDMX, lo que de seguro influyó en su aprobación en las dos últimas semanas. De 71% el jueves de la semana anterior a 73% el jueves de esta primera semana de diciembre. Aunque la encuestadora #Enkoll, empresa demoscópica con sede en la #CDMX registre 65% en la aprobación de #AMLO, refrenda tanto la aprobación como la popularidad del presidente de México. Entre otros temas interesantes en esta encuesta, la opinión pública destaca la inseguridad como el principal problema del país (41%), y en este marco, los asaltos (37%) son los más preocupantes. En cuanto a la aprobación de #AMLO, los hombres le otorgan un 66% respecto a las mujeres, 65%, y en cuanto a la edad, en todas las cohortes (18-24, 25-34, 35-44, 45-54, 55-64 y 65 años y más) la aprobación va del 59% al 70%.

Por último, importante la variación en cuanto preferencias electorales de los apartidistas. A noviembre de este año, el apartidismo se ha reducido a 21%, mientras que la preferencia por Morena ha aumentado a 41%, y entre los partidos de oposición, el PAN representa el 16%, el PRI, 8%, el PRD, 2%, y Movimiento Ciudadano 5%. Tanto el PAN como el PRI perdieron uno y dos puntos respectivamente, mientras el PRD sigue hundido en desfigurados 2 puntos, y Movimiento Ciudadano avanzó dos puntos.

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Dos marchas ¿polarización o cultura política?

 La oposición mexicana ha insistido en su narrativa de la polarización, la que dicen, es promovida por #AMLO. Centra su atención en la conferencia matutina del presidente de México, pues como ejercicio de comunicación #AMLO responde, no solo las preguntas de los reporteros que asisten de lunes a viernes, sino también a la andanada de ataques, mentiras, #Fakenews, insultos, odio y desprecio de diferentes sectores de la derecha y la ultraderecha. Según los dirigentes de los partidos derechistas, los medios corporativos y sus columneros, son “censurados” por el poder presidencial, pero la desinformación, independientemente de donde venga, vulnera principios básicos como la libertad de expresión y el derecho a la información. Los derechistas mexicanos pretenden elevar la manipulación y mentiras a esencia de la libertad de expresión.

En este sentido, la prensa corporativa se ha comprometido a ensalzar la marcha del 13 de noviembre y a denostar la del 27 de noviembre, encabezada por el presidente de México, quien durante cinco horas caminó arropado por quienes están comprometidos porque la transformación del país avance. Asimismo, en los medios corporativos (radio, televisión, prensa, plataformas de Internet), con algunas excepciones –Denise Maerker, Ricardo Raphael- la sincronización de denuestos y falta de argumentos contra #AMLO, la #4T y los ciudadanos que los apoyan es cotidiana, pero insisten en que el presidente de México polariza, mientras elogian la #MarchaFifi, la que, dicen, fue de ciudadanos, la sociedad civil, concepto que fue secuestrado por la minoría que hoy se siente agraviada y dice defender la democracia.

Sin embargo, es importante pensar ambas marchas desde una perspectiva ciudadana y la cultura política. La #MarchaFifi, reunió a ciudadanos de varios sectores de clase, predominando grupos privilegiados, aspiracionistas y algunos populares que al parecer fueron engañados o comprados para hacer de esa marcha un número mediático. Pero lo importante es cómo los organizadores lograron conjuntar, por un lado, a la derecha partidista, empresarial y oligárquica aliados actualmente para golpear a #AMLO y su gobierno, y por el otro, a un grupo de ciudadanos que defienden, consciente o inconscientemente, privilegios, abusos, saqueo, corrupción. Ciudadanos que se caracterizan por odiar y despreciar a otros mexicanos. Ciudadanos que mienten y defienden mentiras. La cultura política asociada a las viejas cúpulas partidistas, el empresariado conservador y la derecha y ultraderecha.

Por su parte, la #AMLOMarcha, reunió a ciudadanos celebrando, apoyando, agradeciendo, acompañando en la calle a un líder, fundiéndose en un movimiento y una movilización. Sin odio, sin insultos. Fraternidad, sororidad y multiclasista. Por supuesto, la mayoría de los participantes fueron el pueblo en sentido esctricto, aunque sectores de las clases medias, empresariales y algunos ricos hicieron presencia en la multitudinaria marcha. No me cabe duda, que es el México que avanza, cuya cultura política se nutre, en parte de esa vieja cultura política, pero sobre todo de la asimilación de los cambios que están en marcha. Quienes hablan de polarización, deberían informarse, documentarse, observar y analizar la realidad desde una perspectiva novedosa, conceptual, política e ideológicamente hablando, no como los medios corporativos, los políticos y empresarios corruptos y saqueadores lo siguen haciendo. Entonces, la polarizan viene del odio, desprecio, insultos.

La visión de la derecha está anclada en prejuicios, la cultura política tradicional, odio y desprecio. No saben cómo entender y analizar la realidad, el cambio, la emergencia de una nueva cultura política. Por eso, el llamado a la “reconciliación” que hoy enarbola el traidor Ricardo Monreal, es una falacia, pues no hay ruptura social. Las diferencias políticas se han abierto, pero la polarización es el discurso de la derecha, las elites.

lunes, 28 de noviembre de 2022

Sociedad en movimiento

 Dos semanas antes de la marcha de #AMLO, la oposición derechista maniobraba con sus medios corporativos y columneros, dirigentes partidistas #PRIANRDMC, empresarios golpistas como #ClaudioXGonzalez, políticos, influencers, tuiteros y bots, para desacreditar a sus asistentes. Al final, quien llegó a la presidencia con monumental fraude electoral, #FelipeCalderon, dijo que era el fin del gobierno de #AMLO, el financiador de la oposición tuiteó sobre miedo, #PRIAN y lectores de teleprompeter, siguen con la cantaleta de acarreados, pero el domingo 27 de noviembre de 2022, un río humano acompaño a #AMLO en el trayecto de 4.5 km del Ángel de la Independencia al Zócalo de la #CDMX. Miles de mexicanos marcharon, otros le hicieron una valla, otros más lo esperaron en el zócalo, por eso no luce abarrotado (lo que esa derrotada oposición usa, ignorando la marcha de 5 horas, para seguir denigrando a los ciudadanos).

Múltiples testimonios de personas de todo el país, dan cuenta del compromiso y consciente acompañamiento a #AMLO. Una marcha orgánica, de gente honesta, de personas que van con el presidente de la República desde mucho antes de que ocupara ese cargo. Gente que marchó por un líder, no por mentiras, manipulación, odio y desprecio, como fue el caso de la #MarchaFifi, la que además reunió a un conjunto de personajes políticos conocidos por sus complicidades en fraudes electorales, saqueo, corrupción, la guerra esquizofrénica de Calderón y su narcogobierno encabezado por el hoy preso en Estados Unidos, Genaro García Luna, y una clase media alimentada por odio, racismo, clasismo y desprecio, no solo a #AMLO, sino también a los ciudadanos libres que siguen apoyando al primer mandatario.

La #MarchaFifi hizo un recorrido de 2 km entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución, pero no reunió la cantidad de personas que alega, no solo en ese trayecto, sino también en las ciudades en las que se realizaron marchas paralelas, en las que abundaron los acarreados aspirantes a fifi y trabajadores de empresas y gobiernos, municipales y estatales, obligados a marchar. Como fue el caso de Morelia, Michoacán. Algunos miles caminaron esa distancia a partir de una convocatoria manipulada, desinformada y mentirosa. Hay testimonios de asistentes a esta marcha que a pregunta sobre un tema real de la iniciativa de #ReformaElectoral, afirmaban estar de acuerdo (reducción de presupuesto a partidos políticos, reducción de legisladores, entre otros), pero otros muestran el odio y desprecio que la derecha y ultraderecha han promovido, usando la ignorancia de miles de clasemedieros para golpear a #AMLO.

En este sentido, la #AMLOMarcha tuvo un fin más sencillo: reivindicación del cambio, la transformación iniciada en 2018. En la marcha, muchas personas se manifestaron contra la corrupción, el racismo, el clasismo y el odio y desprecio de algunos sectores de clase media y la oligarquía, pero no escuchamos insultos contra los organizadores y asistentes a la #MarchaFifi. No hubo contramarcha, la movilización de la gente es clara. Por supuesto que los medios corporativos intentan usar la presencia de cientos de autobuses, pero los participantes debían trasladarse de algún modo a la #CDMX ¿o qué esperaba la derecha y ultraderecha? También, la marcha del 27 de noviembre mostró el compromiso de los jóvenes. Al parecer, una mayoría de los asistentes fueron jóvenes, lo que habla de bien de la revolución de las consciencias.

La marcha que reivindica el liderazgo de #AMLO y la transformación que impulsa, mostró a una sociedad en movimiento, no a una facción como el autor de fraudes electorales y responsable de crímenes de lesa humanidad, #FelipeCalderon, afirma. No marchó una facción, acompañó a #AMLO una multitud multiclasista, en la que destacaron sectores de la clase media, pero la mayoría de los sectores populares. La #MarchaFifi llevó a diversos sectores sociales también, pero una mayoría clasemediera que promueve el odio y el desprecio contra #AMLO, gran diferencia.

viernes, 25 de noviembre de 2022

Académicos mexicanos, la “izquierda verdadera” y #AMLO

 A cuatro años del gobierno de #AMLO, la predominancia política de su partido #Morena y los avances de la #4T, vale la pena revisar cómo algunos académicos mexicanos que se autonombran la “izquierda verdadera”, han estado usando los medios corporativos derechistas, plataformas digitales, blogs personales, entre otros medios de comunicación, para cuestionar, tanto el proyecto como la postura ideológico-política de #AMLO. Lo notable, después de una búsqueda en Google sobre esa izquierda académica y sus opiniones sobre la #4T, es la falta de argumentos y el anclaje argumentativo en los viejos paradigmas heredados del marxismo ortodoxo, la socialdemocracia, la otrora izquierda radical, los comunistas y socialistas de viejo cuño. Al parecer “primero los pobres” está más allá de sus inquisidoras mentes, pero cerca del infantilismo de izquierda, como bien o formuló en su momento Lenin.

En este sentido, es pertinente cuestionar si los académicos mexicanos que se asumen como la “verdadera izquierda”, están analizando la realidad, el cambio, los avances de un proyecto que combina social, económica, política e ideológicamente varios referentes. También es relevante vislumbrar cómo esa “izquierda verdadera” académica ha sido seducida por la derecha y el odio de esa oposición derechista, como parece ser el caso de Roger Bartra, connotado antropólogo mexicano que tiene un lugar destacado en las ciencias sociales y la antropología mexicana por sus aportaciones desde el marxismo estructuralista y la antropología evolutiva. Caben estos cuestionamientos, no solo por las opiniones de algunos “izquierdistas” en los medios corporativos derechistas y la asistencia de un grupo de académicos de izquierda a la #MarchaFifi.

No hay explicaciones simplistas sobre la persistente postura de la izquierda académica, columnistas de izquierda e izquierdistas asistentes a la #MarchaFifi, la que finalmente devino en marcha de odio y desprecio contra #AMLO, dejando el objetivo central de la misma, la defensa del #INE, y a su principal orador, defendido hasta por articulistas de derecha como “verdadero izquierdista”, en un segundo plano. Al parecer, los académicos de izquierda sucumbieron a la seducción del derechista #ClaudioXGonzalez, la derecha partidista del #PRIANRD, las ONG financiadas por Estados Unidos para derrocar gobiernos democráticos en América Latina, y los políticos corruptos y saqueadores del #PRIANRD que ahora dicen defender la democracia, pero su historial antidemocrático, ejecutor de fraudes electorales y sus complicidades e impunidad con delincuentes del crimen organizado y de cuellos blanco, los evidencia.

Los académicos en general, son lectores –buenos o malos- de novedades y planteamientos de todo tipo, pero los asistentes a la #MarchaFifi no hicieron en esta ocasión su tarea: no leyeron la iniciativa de #ReformaElectoral del presidente de México, y acompañaron una marcha en la que la repetición de la mentira sobre la supuesta desaparición del #INE predominó. O quizás decidieron ejercer su ignorancia supina anclada en el infantilismo de izquierda, que pronto se quitó la máscara: odio y desprecio a #AMLO y su proyecto de cambio. O suponen que al defender la mentira del #INE, realmente defendían una idea de democracia arraigada en sus anquilosadas mentes, la que no admite la participación de los ciudadanos. Lo único que les importa es ir a votar y regresar a casa a ver futbol o leer lo que sea y gritar ¡misión cumplida! O al defender al #INE, se les pasó por alto que la #MarchaFifi era para defender privilegios, abusos, corrupción y saqueo de unos pocos.

Este 27 de noviembre, ciudadanos, otros académicos, políticos, dirigentes, seguro acudirán a la #AMLOMarcha, porque la transformación en camino les hace sentir que finalmente un gobernante y su proyecto, les es cercano. Porque no se trata nada más de apoyos, beneficiarios, avances, informes, estadísticas, sino de un reencuentro con el líder y los nuevos liderazgos que podrían dar continuidad a la #4T. ¿Y la “izquierda verdadera”?, seguro en casa disfrutando el futbol.

domingo, 20 de noviembre de 2022

La marcha de los otros fantasmas

 En 1848, en el Manifiesto Comunista, Karl Marx comenzó su discurso con la frase “un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. La #MarchaFifi del 13 de noviembre, el encuentro de la derecha y ultraderecha en México, la defensa de los organizadores y sus medios corporativos y columneros de la marcha, y el acompañamiento que se ha empeñado en protagonizar la llamada “izquierda verdadera” de la marcha y su discurso central, ilustran a los fantasmas que recorrieron el trayecto entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución. Mapaches electorales, políticos y empresarios golpistas, el moribundo #PRIANRD y miles de clasemedieros temerosos de “perder” su credencial de elector, una institución, el #INE, que no saben bien a bien qué es ni para qué sirve, y su “libertad” de insultar, odiar, despreciar y tergiversar la historia reciente.

De la derecha organizadora de la #MarchaFifi se entiende que defenderán, a pesar de tanto personaje desprestigiado y conocido por su corrupción, saqueo, fraudes electorales, manipulación, clasismo, racismo, odio y desprecio a millones de mexicanos que en 2018 ejercieron su derecho al voto para encaminar un proceso de cambio, su manifestación a pesar de la carga ideológico-política golpista. Pero la #MarchaFifi es parte de un proceso más amplio de reagrupamiento de la derecha y ultraderecha a nivel mundial, que pretende con discursos y anatemas darle fuerzas al capitalismo salvaje y depredador, pues no les es ajeno que el sistema económico actual, como sus ancestros lo conocieron, está perdido en la transición civilizatoria. Arguyen que el alejamiento del “temor de dios”, es lo que les ha afectado y que la derecha está huérfana.

Los conservadores que se reunieron en Santa Fe, #CDMX, reconocen que el avance del progresismo y la izquierda en América Latina, en particular, está a punto de “arrebatarles” el mundo como lo conocieron. Una especie de realidad paralela a la situación en la que los gobiernos derechistas –dictaduras y electos- han dejado a millones de personas: pobreza, discriminación, racismo, clasismo, golpes de estado, crímenes de lesa humanidad, desaparecidos, ejecuciones extrajudiciales, feminicidios. La derecha protofascista de Santa Fe, #CDMX, supone que en las cuatro décadas pasadas el mundo vivió una especie de nirvana, en el que la depredación, explotación, contaminación, concentración de la riqueza en pocas manos, abusos, asesinatos, fueron simples “daños colaterales”, para usar la despreciable frase del despreciable Calderón.

Sin duda, la derecha protofascista cree que dios y el capitalismo son “naturales”, no producto de procesos sociales, económicos, políticos y culturales. Como suelen afirmar: los pobres son pobres por flojos, porque no quieren trabajar, pero la historia de la migración internacional ha demostrado que la falacia de la flojera es superada por la verdad de la depredación, impunidad, saqueo y corrupción. El neoliberalismo tiene ese profundo significado. Las políticas neoliberales que los gobiernos han emprendido tienen la finalidad de dar racionalidad al saqueo, la corrupción y la depredación. No importa si millones son hundidos en la pobreza, su hambre y desasosiego no les importa porque encuentran en su dios católico y cristiano la justificación.

Los fantasmas de la derecha recorren el mundo, no para aligerar los males del capitalismo y su flamígero dios católico y cristiano contra millones de pobres, sino para justificar una nueva narrativa que esperan se convierta en realidad –como en Europa- en América Latina, usando discursos anticomunistas y antosocialistas, enarbolando las banderas del fascismo. Parece que los holocaustos judío, armenio, palestino, etc., no han hecho mella en su ideologización extrema. La derecha necesita fantasmas, como la #MarchaFifi, para una campaña que glorifique el genocidio, los golpes a los derechos de las mujeres y la diversidad sexual, los pobres, los gobiernos democráticos. No buscan el bien, buscan que el mal se empodere y apodere de los pueblos.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Marchas, mentiras y videos

 La #MarchaFifi, convocada por #ClaudioXGonzalez, #PRIANRD, ONG financiadas por gobiernos extranjeros, políticos y exfuncionarios ligados a fraudes electorales, saqueo y corrupción, faranduleros, entre otros, reunió a tales personajes, clasemedieros seguidores de la derecha y ultraderecha, grupos protofascistas y cientos, sino es que miles, de acarreados. Pero la marcha se distinguió también por la danza de las cifras que domina el griterío de los organizadores, sus amanuenses y los medios corporativos golpistas y sus columneros. Del lado gubernamental, solo se han planteado dos números: el secretario de Gobierno de la #CDMX señaló, en evidente provocación, que fueron entre 10 mil y 12 mil asistentes, mientras el presidente de México habló de 50 mil a 60 mil participantes.

Con todo, tanto los organizadores como políticos y exfuncionarios derechistas han escalado su conteo: de 200 mil pasaron a 1 millón, e incluso cerca de 2 millones. La guerra de números evidencia el desacuerdo entre marchistas, organizadores, políticos y exfuncionarios del régimen corrupto. Asimismo, refleja lo que se sabía previamente: los miles de asistentes no conocían el contenido de la iniciativa de #ReformaElectoral, es decir, participaron en una marcha que reunió a ignorantes, manipuladores y personeros del régimen anterior. Sin causa, con odio, desprecio y mezquindad, marcharon del Ángel de la Independencia al Monumento de la Revolución, donde uno de los autores de los fraudes del #PRIAN leyó un discurso que nadie debate, que a nadie importó, que ya fue olvidado.

La “defensa” del #INE se basa en mentiras, ignorancia y manipulación. Si bien logró reunir a miles de indignados con las mentiras de #ClaudioXGonzalez, ONG, #PRIANRD, intelectualoides, expresidentes de México, exfuncionarios y funcionarios en cargos, no logra articular una movilización más allá del odio, el desprecio, el racismo, la discriminación. Es lo que se observa en varios videos de la #MarchaFifi: insultos de algunos “finísimos” clasemedieros. De “indio pata rajada” contra el presidente de México a la sorna de pedir al #INE que solo voten las personas que tengan preparatoria, para así “acabar con #Morena”. También, a pregunta de medios alternativos, varios marchistas no tuvieron vergüenza en afirmar que no conocían la iniciativa de #ReformaElectoral, pero ese “no era el tema” de su marcha.

Sin duda, el tema de la #MarchaFifi no solo fue “defender” la corrupción y saqueo del #INE, sino también golpear política y mediáticamente al presidente de México. Este fue quizás el principal objetivo. La marcha se articuló en torno a lo que en cuatro años ha sido la constante de la oposición: el odio, desprecio, discriminación contra #AMLO y los ciudadanos que votaron por él y lo siguen acompañando en su gobierno. Igualmente, salieron a defender privilegios, saqueo, corrupción y fraudes electorales. “El INE NO SE TOCA”, rezaba su principal consigna, pero fue sostenida por mentiras, no por evidencias irrefutables. En ninguna página, párrafo y línea de la iniciativa de #ReformaElectoral se plantea la desaparición del #INE.

Grosso modo, la iniciativa de #AMLO plantea transformar el organismo autónomo, darle mayor autonomía y atribuciones; confirma la necesidad de reducir el dinero público que se destina al #INE, partidos políticos y la costosa, manipulable e inoperante estructura burocrática diseminada en las 32 entidades del país (OPLES, Tribunales locales, juntas municipales). También requiere la reducción de senadurías y diputaciones plurinominales, la elección de los consejeros y magistrados del #TEPJF por los ciudadanos. Son los ejes más importantes, pero jamás se afirma la desaparición del #INE, una mentira y manipulación de #ClaudioXGonzalez, #PRIANRD, ONG financiadas por gobiernos extranjeros, políticos, empresarios golpistas, funcionarios y exfuncionarios. Es lo que movilizó a miles de súbditos de la oligarquía, quienes negaron su ciudadanía sin protesta.

sábado, 12 de noviembre de 2022

Los mexicanos SÍ están de acuerdo con #ReformaElectoral

 El domingo 13 de noviembre, la oposición intentará cooptar ciudadanos ingenuos o aspiracionistas, para golpear políticamente a #AMLO, el gobierno mexicano, la #4T y #Morena. Convocó a una marcha clasista y racista que supuestamente defiende al #INE, pero en realidad protege las prácticas más deleznables: corrupción, saqueo, impunidad, privilegios. Cerca de cuatro décadas –cuatro gobiernos del #PRI y dos del #PAN- dos partidos políticos y sus amanuenses se adueñaron de la peor forma del país. Claro, antes lo hizo el PRM-PRI con secuelas represivas, saqueadoras y corruptas, pero el ascenso del neoliberalismo requirió que la derecha acordara un sistema bipartidista en el que la oligarquía tenía todas las prerrogativas, a nombre del capitalismo salvaje y depredador, para gobernar, imponer reglas, corromper, saquear y hundir en la pobreza a millones de mexicanos.

Sin embargo, en 2018 millones de mexicanos finalmente asumieron parte de la responsabilidad que tenían en sostener seis sexenios de gobiernos corruptos y saqueadores, y mediante su voto libre llevaron a #AMLO a la presidencia de la República. La avalancha de votos fue de tal magnitud, que la oligarquía y los partidos de derecha - #PRIANRD- se vieron impedidos de fabricar artimañas para impedir el cambio. Hay incluso dudas razonables sobre el número real de votos a favor de #AMLO y #Morena reconocidos, pues algunos indicios –quizás los menos respecto a otras elecciones- sugieren que parte de esos votos fueron robados. En esa ocasión, la maquinaria corrupta encabezada por el #INE no pudo cumplirle a la oligarquía y la derecha partidista, y tuvo que validar la elección y la acción ciudadana.

A pesar de ese triunfo sin lugar a dudas, posteriormente, ante el avance de #Morena a nivel electoral en múltiples estados, legislaturas locales, el Congreso nacional, y los cambios promovidos por #AMLO y la #4T, han crecido los abusos y patrañas de la oligarquía y la derecha partidista que se ha adueñado del #INE para intentar cumplirle al empresariado golpista lo que no puedo en 2018. Las elecciones de término medio y estatales y municipales recientes, muestran el tamaño de las artimañas del #INE y el #TEPJF para impedir, no solo el avance de #Morena sino también la transformación, la que es ya una exigencia de los ciudadanos, no ofrecimiento de campaña de #AMLO, #Morena y la #4T. Los mexicanos exigen cambios a nivel del sistema electoral y de partidos, no nada más alivio a favor del bienestar social.

En este contexto, el #INE ocultó, no una, sino dos encuestas en las que los ciudadanos mexicanos se manifiestan a favor de la #ReformaElectoral. A fines de abril del presente año, #AMLO envió la iniciativa de #ReformaElectoral a la Cámara de Diputados. En ese mismo mes, el #INE realizó una primera encuesta en la que 78% de los encuestados estuvieron de acuerdo en elegir a los consejeros del #INE y los magistrados del #TEPJF. La segunda encuesta fue levantada en septiembre de 2022, en la que poco más del 51% apoya la #ReformaElectoral. Lo interesante es que entre ambas encuestas -6 meses las separan- el apoyo a puntos esenciales de la #ReformaElectoral aumentaron 11 puntos.

Con todo, dos nuevas encuestas de casas encuestadoras privadas recién dadas a conocer, afirman que el 60% de los mexicanos apoyan la #ReformaElectoral. #Parametria y #Enkoll registran opiniones nada en contrario sobre la iniciativa de #AMLO. La primera, cuya encuesta fue levantada para #RadioFormula y #ElPais, refrenda los números de las encuestas del #INE, pero da cuenta del aumento en rubros específicos de ese apoyo. Asimismo, #Enkoll coincide con la medición anterior en varios aspectos. Así que la marcha en “defensa” del #INE es en realidad un desesperado golpeteo contra #AMLO y la ciudadanía mexicana. No representan a millones de mexicanos y tampoco marchan por la democracia. Marchan por corrupción y saqueo.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

INE, encuestas y opinión ciudadana

 Es muy probable que la narrativa mediática golpista sobre la supuesta desaparición del #INE, tenga el gran logro de reunir a varios miles de derechistas y ultraderechistas, muchos cooptados por el dinero empresarial y partidista, otros convencidos del odio a #AMLO, algunos desinformados e ignorantes respecto del papel real del #INE y sus dueños: #PRIANRD, la oligarquía golpista, ricos y clasemedieros aspirantes a #Fifi. La brutalidad e imbecilidad de dirigentes partidistas, como #JesusZambrano #PRD, quizás animen a los odiadores que pululan en #Twitter vomitando su desprecio y odio en hashtags y tuits realmente deplorables, penosos y vergonzosos.

Sin duda, los últimos cuatro años han sido los vómitos de odio y desprecio de una oposición golpista que, hasta la fecha, incluido el 13 de noviembre de 2022, que jamás ha presentado un proyecto de nación alternativo, una iniciativa legislativa coherente, una postura política que no sea el ataque y la descarga de frustraciones y añoranzas. De lo único que son capaces es de añorar – #EnriqueKrauze, uno de sus ideólogos, lo dijo claramente- el pasado régimen, con sus corruptelas, saqueos, feminicidios, asesinatos. Lo único que desean es que les regresen la corrupción, saqueo y privilegios que gozaron.

Este contexto permite entender la urgencia de #LorenzoCordova y sus consejeros por ocultar y descalificar su propia encuesta de septiembre de 2022, en la que 9 de 10 mexicanos están de acuerdo en cambiar –jamás desaparecer- al #INE. Los excesos de dinero, la elección de consejeros y magistrados electos por los ciudadanos, la reducción de presupuesto público a los partidos, la disminución de diputados y senadores, la desaparición de OPLES y sus juntas de corruptos y saqueadores a nivel estatal y municipal, son algunas de los principales aspectos de la iniciativa de #AMLO en las que los ciudadanos coinciden.

Pero la narrativa golpista insiste en la supuesta desaparición del #INE, intentando confundir a la ciudadanía. Según la narrativa golpista de los medios corporativos y sus columneros, #PRIANRD y la oligarquía, el #INE es la democracia. Es decir, los ciudadanos y sus votos y decisiones no importan. El costoso y privilegiado aparato burocrático que supuestamente es el árbitro de los procesos electorales, es para corruptos y saqueadores “la democracia”. Durante décadas el #IfeIne ha hecho fraudes electorales en elecciones presidenciales, estatales y municipales, obstaculizó las consultas populares, pretendió someter a ciudadanos que promovieron la democracia participativa, todo en abierta oposición a #AMLO y la ciudadanía.

Esta intentona golpista de la derecha y la ultraderecha, contrasta con el viciado y cuestionado sistema electoral de Estados Unidos, el cual, a la fecha, ha demostrado ciertas fortalezas a pesar de los resultados de la reciente elección de medio término en la que los republicanos ganaron la Cámara de Representantes, y los demócratas retuvieron el Senado. Aunque estados como Texas y Florida reivindicaron a los derechistas en los respectivos gobiernos estatales, en otros estados y posiciones locales y nacionales, los demócratas mostraron músculo. La sombra de Trump predominó, pero no avasalló.

Pero lo interesante de las elecciones de medio término estadounidenses, además de las ganancias republicanas y las resistencias demócratas, son las consultas a la ciudadanía. En esta ocasión, el aborto, después de que la Corte Suprema dejó a los estados decidir, el uso lúdico de la marihuana, las becas a estudiantes sean o no migrantes y otras consultas que atañen a las decisiones de las poblaciones locales. Esto es lo que repelen el #INE, #PRIANRD, la oligarquía, #ClaudioXGonzalez: los ciudadanos no tienen derechos, no pueden decidir sobre lo que les atañe. Solo unos supuestos “ilustrados” y lo que la oligarquía golpista decida son los que pueden decidir. El #INE así no es árbitro ni la democracia, es simple instrumento golpista. Vergonzoso.

miércoles, 26 de octubre de 2022

Ficción globalista, ficción de la derecha

 En un reciente foro en España, que reunió a lo más granado de la derecha, ultraderecha, neoliberales, tecnócratas y golpistas, sus ponentes resumieron muy bien la nostalgia por la ficción globalista y neoliberal, la que caló hondo entre muchos latinoamericanos, políticos, funcionarios públicos, académicos, escritores, gobiernos, entre otros. También confirma la añoranza por los gobiernos que desmantelaron el Estado de bienestar y llevaron al extremo las máximas neoliberales que hundieron a millones de latinoamericanos y caribeños en la pobreza, la violencia, la delincuencia, la ignominia. Millones de seres humanos, como han demostrado diversos estudios, que quizás en 150 años podrían superar su actual condición de vida, condenados entonces a reproducir su pobreza durante al menos cuatro generaciones o más.

Según la derecha, el populismo es un “grave” problema en América Latina y el Caribe, pues cuestiona el modelo económico, político, social y cultural impuesto por el neoliberalismo en los último cuarenta años. Chile, el principal laboratorio de los Chicago boys, donde una sangrienta dictadura hundió a millones de chilenos en una larga y trágica noche de represión y violencia económica, fue el ejemplo que el Consenso de Washington potenciaría para hacer de Latinoamérica el modelo probado y depurado de extrema concentración de la riqueza, gigantesca desigualdad, híper individualismo, mercantilización de toda la vida humana, ruptura del tejido social, creciente delincuencia de todo tipo. El paraíso del capitalismo salvaje y depredador.

A fines de los setenta, las crisis cíclicas del capitalismo, el estancamiento económico mundial, exigieron a las grandes naciones medidas extremas, como la reestructuración productiva que en Gran Bretaña y Estados Unidos se implementó, pero América Latina y el Caribe fueron el territorio ejemplo para el capitalismo salvaje y depredador. Entre dictaduras, desestabilización y procesos pseudodemocráticos, el neoliberalismo se impuso en diversos frentes. La ficción globalista.

Frente a la crisis del neoliberalismo, en Europa la derecha y ultraderecha crecen y ganan espacios políticos y gubernamentales como en Italia, mientras en América Latina los gobiernos progresistas y de izquierda anuncian, por un lado, una segunda ola democrática, y por el otro, el rechazo al conservadurismo en general, pero sobre todo a sus expresiones derechistas, ultraderechistas y fascistas. El hecho es que ni el neoliberalismo como racionalidad estructurante de los gobiernos, las políticas públicas y la sociedad, ni los gobiernos derechistas y golpistas, trajeron en los últimos cuarenta años alivio a las condiciones de vida de millones de latinoamericanos. Los crecientes flujos migratorios, la violencia delincuencial, las protestas ciudadanas, el voto a favor del cambio, son algunas expresiones del rechazo a la ficción globalista.

Una de las metáforas del neoliberalismo, la del goteo que precede a las nubes oscuras, cargadas de lluvia, jamás tuvo efectos reales. Es decir, la concentración de la riqueza en pocas manos que supuestamente favorecería a millones de personas, es la gran falacia de la mitología neoliberal y la ficción globalista. Los multimillonarios y billonarios crecieron a la par que la pobreza y marginación aumentaba. Beneficios para unos pocos y menos que migajas para millones. Es la ficción que de la derecha defiende. La pandemia de #COVID19 fue el gran ejemplo: naciones endeudas, mayor concentración de la riqueza, ganancias extraordinarias para la industria farmacéutica, corporaciones y algunas familias privilegiadas.

En tanto, millones de ciudadanos del mundo aun no son vacunados, además de que la guerra Ucrania-Rusia, que favorece antes que nada al sector industrial-militar y Wall Street, han disparado la inflación y el mundo vive bajo la amenaza de una hambruna de proporciones apocalípticas, mientras los europeos se preocupan si tendrán energía para calentar sus casas ante el invierno que se anuncia, marcado por el cambio climático, producto de la devastación ecológica promovida por las corporaciones multinacionales y sus gobiernos neoliberales y derechistas.

miércoles, 19 de octubre de 2022

Someter a #AMLO

 La desesperación de la oposición en México recibió el lunes 17 y el martes 18 de octubre de 2022, dos duras respuestas del presidente de México. En voz de dos reporteros, #DalilaEscobar del pasquín #Proceso y #ArturoCerda de #ELFinancieroBloomberg, fueron parados en seco por #AMLO ante preguntas basadas en información manipulada sobre la #SEDENA e intentos de crear escándalo por declaraciones del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, sobre las consultas que actualmente se llevan a cabo por el TMEC, y la inasistencia del secretario de #SEDENA al Senado. En ambos casos, los reporteros buscaron arrancar comentarios al mandatario mexicano sobre temas usados políticamente.

No hay duda que a los medios corporativos hoy en México lo que menos les importa es buscar información o informar a sus lectores. Defienden la libertad de expresión, básicamente golpear con mentiras y falsedades a #AMLO, la #4T y el gobierno federal, pero trasgreden diariamente el derecho a la información. No es nada extraño que, ante los cuestionamientos del presidente de México en su conferencia mañanera a los reporteros por la carga ideológica y política de sus preguntas, que organizaciones financiadas por fondos privados, agencias estadounidenses y empresarios mexicanos, salgan de inmediato a defender a sus voceros y voceras.

Sin embargo, en el trasfondo de los alegatos vestidos de periodismo está la urgencia de la oposición derechista y ultraderechista de someter al presidente de México a la oligarquía, a Estados Unidos, a los poderes fácticos, a los partidos políticos de derecha #PRIANRD, al odio y escarnio de las clases privilegiadas, a las camarillas de “intelectuales”, a gobiernos extranjeros. Los alegatos del #PRIANRD son el mejor ejemplo: la agenda política e ideológica de la triada partidista ha desvanecido las plataformas políticas de cada partido hasta fusionarse en un grupúsculo de derecha y ultraderecha. Su accionar antiAMLO, contra la # 4T y el gobierno federal, no solo reivindica la corrupción y el saqueo, también golpea con odio, desprecio, clasismo y discriminación la figura presidencial, a #AMLO y su familia.

El TMEC (Tratado México-Estados Unidos-Canadá) no es solo un tratado trilateral, pues su funcionamiento tiene implicaciones en todos los ámbitos de las relaciones entre los tres países. En el caso de México y Estados Unidos, la oposición espera que el gobierno estadounidense someta a #AMLO para sus fines e intereses, no para favorecer a los mexicanos o el respeto a la soberanía y una compleja relación bilateral que, hasta la fecha, ha sido manejada con resultados positivos a pesar de las presiones de republicanos y demócratas. La derecha y ultraderecha en México han recurrido a diversas estratagemas para intentar imponer su agenda que someta al presidente de México. Su interés es el retorno del régimen que está siendo desmantelado por #AMLO, la #4T y #Morena.

Los agresivos columneros y comentaristas de los medios corporativos (prensa, radio, televisión) y las jaurías en redes sociales, en particular en #Twitter, son actualmente los que llevan la agenda de la derecha y ultraderecha, pues la oposición partidista ha naufragado en su alianzas político-empresariales para revertir, electoral y narrativamente, las decisiones de millones de mexicanos, quienes por medio del voto democrático eligieron a su gobierno y no el de la oligarquía, y su continuo apoyo que, según diversas encuestas, tanto nacionales como internacionales, han elevado la aprobación y popularidad de #AMLO a entre 60 y 70% de los ciudadanos mexicanos.

El sometimiento buscado también se ha topado con la #ConferenciaPresidente, espacio en el que el presidente de México difunde información y ataja los intentos del periodismo golpista por imponer la agenda de la oligarquía, el empresariado y la partidocracia golpista. Someter a #AMLO es uno de los grandes objetivos de la oligarquía, el que está siendo asumido por los medios corporativos y sus reporteros, desnaturalizando el periodismo. En realidad, es el periodismo mexicano el que se ha sometido al golpismo de la oligarquía y la fracasada alianza partidista-empresarial.

miércoles, 12 de octubre de 2022

La multiplicación de los libelos

 A diferencia de otros sexenios, el encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha movido a académicos, intelectuales, periodistas, despechados/as, entre otros, todos ligados a la derecha golpista, a escribir al menos 17 libelos en formato de libros, arropados por distintas casas editoriales. Con diferencias importantes –unos con fuentes asequibles, la mayoría opiniones personales, algunos más, aparentes testimonios surgidos del odio, el desprecio y el resentimiento- todos tienen el objetivo preciso de acabar con la presidencia de AMLO, exhibirlo y mostrar conductas indecibles.

Sin embargo, a casi cuatro años de su gobierno nada han logrado, excepto giras mediáticas, entrevistas, gritos y sombrerazos de los medios corporativos, y el desperdicio de dinero de la derecha en basura que, a la fecha, no ha podido probar la supuesta deshonestidad, corrupción y mentira de AMLO. En 2018, ganó la presidencia de la República con el 53% de los votos, más de 30 millones de sufragios, pero en 2022, acorde con Morning Consult, su aprobación, respecto a otros líderes mundiales, alcanza el 71%, ubicándose como el mejor segundo líder mundial.

La multiplicación de los libelos, en el contexto de un liderazgo fuerte, construcción de grandes obras públicas, beneficios a diversos sectores de los mexicanos más vulnerables, una economía estable, a pesar de la alta inflación, es parte de la respuesta de una oposición que no solo fue derrotada en las urnas en 2018, sino también continúa acumulando derrotas: electorales, aliancistas, membretes políticos, narrativa de odio y desprecio, discriminación, clasismo, racismo. Como en la parábola cristiana de la multiplicación de los panes, AMLO, la 4T y quienes apoyan las transformaciones en marcha.

El último libelo contra #AMLO, #ElReydelCash, es un pésimo ejemplo del periodismo prevaleciente entre los medios corporativos golpistas. Una especie de testimonio de la exesposa de un funcionario cercano a #AMLO que usa los susurros de alcoba del exesposo sobre supuestas millonarias transferencias en efectivo –maletas, afirma-, pero de las que la autora no tiene ninguna prueba y tampoco puede afirmar si son o no son verdad. El prólogo firmado por la periodista derechista #AnabelHernandez pretende ser el acceso al estrellato del periodismo, los periodistas, columnistas, reporteros de la prensa tradicional, hegemónica y golpista.

Las supuestas transferencias millonarias en efectivo que de oídas supo la señora #ElenaChavez, parecen ser en realidad una venganza personal, a destiempo, contra su exesposo o, al parecer contra #AMLO, por la lealtad del cercano funcionario con el hoy presidente de México. El resentimiento sentimental de una exesposa que fue expulsada de lo que creyó sería el paraíso de la 4T, también parece ser un ajuste de cuentas, una vendetta contra #AMLO. Las supuestas revelaciones escabrosas de alcoba, terminan siendo un libelo pagado por la empequeñecida oposición representada por #PRIANRD, #ClaudioXGonzalez, el empresariado golpista, y los cientos de columeneros damnificados por la falta de chayote.

Como quiera, #ElenaChavez comete errores, no de principiante, sino de mediocre resentida sentimental. Con #JulioAstillero fue capaz de redoblar sus mentiras: según su lógica retorcida golpista los acusados deben probar que miente, no la señora cuyo libelo es una mentira de principio a fin. Vaya “periodismo” retorcido que la derecha ejerce. Hasta la pena ajena busca evitar citando a personajes del #PRIANRD como Fernando Belaunzarán y Guadalupe Naranjo, conspicuos chuchoperredistas que confirman algunas mentiras vertidas en el libelo, pero no prueban nada. Todo es de oídas y al amparo de una relación de pareja que se acabó, pero que es aprovechada para vengarse y golpear al presidente. No señora Chávez, usted acusa, por lo que debe probar sus dichos, no al revés. De la ficción a la aventura amorosa y finalmente a la venganza. Deplorable.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

La intelectualidad de derecha y la 4T

 Antes de 2018, año del triunfo electoral y político de Andrés Manuel López Obrador y Morena, el grupo de intelectuales mexicanos visibles, practicaba una narrativa que resumía, de un lado, sus vínculos insanos, ideológicos, políticos y de negocios con el régimen gobernante encabezado por #PRIANRD, y del otro, el discurso propagandístico, electoral y mediático que tenía como centro a AMLO. Entre el peligro para México y el mesías tropical, en algunas revistas (Vuelta, Nexos, Letras Libres, Etcétera, entre otras), cuyos tirajes eran comprados por los gobiernos anteriores, para ser arrumbados en bodegas y libreros que nadie consultaba, y los medios corporativos y sus escribanos, la consigna era desacreditar, no solo a AMLO sino también al movimiento social que lo acompañaba.

Durante 30 años, las derechas del PRI y el PAN convergieron y se fusionaron en las dos últimas décadas del siglo XX, para apoyar y promover el neoliberalismo, ideología política y económica que construyó un proyecto económico que acompañó a la globalización, quizás la fase del capitalismo más depredadora, salvaje, corrupta, saqueadora y empobrecedora de millones de pueblos del mundo. Estados Unidos pasó de experimentar el capitalismo salvaje en algunos países, como Chile, sostenido por una sangrienta dictadura, a imponer el modo de vida estadounidense en todos los países del orbe. México no fue la excepción. Los partidos políticos y la derecha intelectual, participaron de manera entusiasta, sin cuestionar sus graves consecuencias.

La pobreza en el mundo, con sus diferentes secuelas individuales y colectivas, tiene sus profundas raíces estructurales en el capitalismo, pero en algunos países el Estado se había consolidado para paliar sus implicaciones. El neoliberalismo cortó de tajo los avances impulsados por algunas naciones, por lo menos para aliviar el impacto entre algunos grupos sociales, imponiendo al mercado y achicando al Estado, con la finalidad de que el capital actuara sin contrapesos ni impedimentos legales, políticos y económicos. Las grandes corporaciones y los grupos oligárquicos se convirtieron en los protagonistas privilegiados.

En México, los cambios que favorecieron al capital extender su dominio en toda la sociedad, fueron promovidos e impuestos por el PRI inicialmente, pero después, al aliarse con el PAN, se profundizarían, generando estructuras para administrar la pobreza, a pesar de su peligrosa profundización. Asimismo, en esos 30 años, se pasó de las represiones y las desapariciones perpetradas por el PRI en los 50, 60 y 70, a las represalias encabezadas por la alianza hoy conocida como #PRIAN, más tarde consolidada por la asociación con el PRD, partido político con orígenes en distintos grupos de izquierda, unos disidentes del PRI, y otros de las diversas izquierdas socialistas y comunistas mexicanas.

A nivel político, los gobiernos neoliberales encabezados por el PRI y el PAN no tuvieron oposición entre la intelectualidad de derecha, la que con entusiasmo acompañó el programa neoliberal al llegar al poder Miguel de la Madrid (1982-1988), quien implemento lo que se llamó la reestructuración productiva, que incluyó la venta al mejor postor o liquidación de empresas paraestatales, la reducción de las funciones del Estado y la ampliación de la intervención del empresariado interno y externo. La ruta emprendida fue aplaudida por los intelectuales, en particular de los grupos visibles liderados en ese entonces por Octavio Paz-Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, quienes pusieron sus revistas y publicaciones al servicio de académicos e intelectuales neoliberales mexicanos y extranjeros.

El gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), a pesar del fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas y las oscuras alianzas con el PAN, fue bien recibido por la derecha intelectual. El fin de la historia mexicana había llegado y el neoliberalismo, que ese presidente priista intentó transmutar en democracia social, comenzó a convertirse en el discurso único e inapelable. La caída del Muro de Berlín en 1989 y la desintegración de la URSS, aparentemente les dieron la razón, y junto con los intelectuales de Estados Unidos y Europa, anticomunistas, antisocialistas y antimarxistas, elevaron sus loas al modelo económico que en 1983 el Consenso de Washington apremió imponer para salir de los recientes ciclos recesivos del capitalismo, y así recuperar la tasa de ganancia.

Durante 30 años y cinco presidencias, tres que llegaron al poder por fraudes electorales (Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto), uno producto del asesinato del candidato presidencial priista Colosio (Ernesto Zedillo) y otro con legitimidad pero que traicionó a millones de mexicanos (Vicente Fox), la derecha intelectual mexicana se mimetizó al poder político y partidista del #PRIAN, por medio de negocios privados, prebendas, recursos públicos para financiar sus revistas, publicaciones y congresos, imponer la agenda pública mediática, convertir a los medios corporativos y sus escribanos en la narrativa única y dominante, a cambio de discursos favorables y loas al neoliberalismo, a pesar de extensión y profundización de las desigualdades, la marginación, la pobreza, el saqueo y la corrupción.

Ese ha sido el fatídico papel de la derecha intelectual en México. De una relativa autonomía antes de ser impuesto el programa neoliberal a la práctica servil a favor de los gobiernos neoliberales del #PRIAN. Con pocas excepciones, las voces críticas, o eran acalladas, o contenidas en los medios corporativos para guardar ciertas apariencias de pluralidad, o satanizadas hasta convertirlas en enemigos del pensamiento único y el mercado. En prácticamente todos los ámbitos, el neoliberalismo dejó huella: organizaciones de la sociedad civil, defensa de los derechos humanos, procesos electorales, uso del presupuesto público, adquisición de deuda pública para favorecer a unos cuantos, entre otros aspectos. No solo fue un programa económico, sino un proyecto cultural que permeó toda la vida social.

Los neoliberales, políticos, economistas, académicos, intelectuales, entre otros actores sociales, defendieron los negocios sucios, el saqueo y la corrupción, los vínculos entre gobiernos del #PRIAN con la delincuencia organizada, la creación de organizaciones no gubernamentales, con presupuesto público, privado y de gobiernos extranjeros para “proteger” derechos, pero a la vez buscaban la reducción de impuestos a las grandes empresas y la oligarquía, privatización de servicios públicos (educación, agua, salud), y la disminución o eliminación de los derechos laborales y a la educación, agua, salud. Aunque parezca contradictorio, el neoliberalismo promovió la visibilidad y defensa de ciertos derechos humanos, pero también buscó acotarlos y disminuirlos, por medio de diversos mecanismos legales.

lunes, 5 de septiembre de 2022

La derecha latinoamericana y la nueva Constitución de Chile

 Poco más de 62% de los chilenos y chilenas rechazaron la nueva Constitución de su país, producto de una movilización social hace escasos tres años. El constituyente que se avocó a su redacción, fue rebasado por la derecha y un gobierno progresista que camina con titubeos. En Chile, la derecha y ultraderecha dominan un panorama en el que la democracia es su parapeto para revertir lo ganado. Que millones de ciudadanos prefieran que la Constitución golpista pinochetista prevalezca, no es una buena noticia para una nación y un pueblo que han resistido décadas de un trágico experimento que impuso bajo una sangrienta y asesina dictadura.

El referéndum para apoyar o rechazar la nueva Constitución estuvo cercada por la desinformación, la manipulación mediática y la operación de grupos derechistas que usan la democracia para revertir el camino chileno a un cambio. Pero este resultado también permite observar que la concientización del pueblo chileno navega entre la precarización política, la desmovilización del grupo actualmente en el poder, la manipulación de los medios corporativos y una ciudadanía que no tiene entre sus prioridades ideológicas y políticas los derechos de las mujeres y otros grupos vulnerables, y el reconocimiento de los grupos étnicos históricamente marginados.

Sin duda, el rechazo a la nueva Constitución chilena tendrá diversas implicaciones, tanto para el pueblo chileno, el gobierno que recién asumió el poder, los derechos humanos y los grupos étnicos, como para el movimiento progresista e izquierdista latinoamericano. En octubre, las elecciones gubernamentales en Brasil, en particular a la presidencia del país sureño, deberán mostrar el musculo de la izquierda para sostener la nueva ola de cambios que Latinoamérica está experimentando, además de cuestionar, de manera contundente, a la derecha y ultraderecha, cuyo fin no es la democracia, sino aplastar a los pueblos y movimientos progresistas de la región.

En Chile, la sangrienta dictadura de Pinochet, no solo profundizó las desigualdades en ese país, además de sembrar el terror y el miedo por la cruenta represión y desaparición de grupos izquierdistas, colectivos, personas, niños/as y familias, sino también precarizó política e ideológicamente las conciencias ciudadanas y humanas. La Constitución reivindicaba derechos fundamentales de mujeres, hombres y grupos étnicos, vulnerados y marginados por el capitalismo salvaje y depredador. Al parecer, los chilenos necesitan otro estallido social para que el actual gobierno siga encabezando las demandas de las mayorías.

A nivel continental, prácticamente todos los gobiernos progresistas e izquierdistas están bajo ataque. En Bolivia, después de un golpe de estado operado por la derecha local y la OEA, a nombre de Estados Unidos, regresó al poder el partido que había sido depuesto. En Perú, el gobierno del actual presidente está siendo dinamitado desde su arribo al cargo. En Argentina, el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, es muestra del poder de la derecha y la ultraderecha que no escatiman atentar contra un gobierno democrático. En México, la oligarquía, sus medios corporativos y escribanos, los partidos políticos aliados a un sector de la derecha empresarial, no paran su guerra sucia de odio, mentiras, fakenews, contra un presidente y movimiento social legítimos.

Las derechas latinoamericanas no escatiman en golpear a los gobiernos democráticos, producto de profundas y democráticas transformaciones. Los pueblos latinoamericanos que acompañan y decidieron, a través del voto, llevar al poder a presidentes, movimientos sociales y partidos izquierdistas y progresistas, porque no solo los ven como sus líderes sino también porque años de marginación, pobreza y desprecio de los privilegiados que ostentan el poder económico y mangoneaban al poder político y judicial para sus fines, los cansaron y decidieron asumir el protagonismo que se merecen. El empoderamiento de los pueblos no tiene reversa.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Seguridad y paz

 La violencia en México –y en el mundo- tiene diferentes matices. La represión del 68, el 71, Tlatenco, Ayotzinapa, la guerra contra el narco de Felipe Calderón, entre otros hechos trágicos, son ejemplos de la violencia del Estado mexicano y sus gobiernos #PRIANRD. Asimismo, la violencia delincuencial es la otra cara de las tragedias que sin duda se agravaron cuando las fuerzas armadas fueron lanzadas a la calle, sin estrategia, previsiones, para supuestamente combatir a los carteles de la droga, mientras el gobierno del #PAN tenía entre sus filas a un delincuente: Genaro García Luna, quien era en realidad parte del crimen organizado.

Según las perversiones de Felipe Calderón Hinojosa, quien llegó a la presidencia de México por medio de un fraude electoral de incalculables dimensiones, los carteles de la droga, debían ser exterminados acorde con las operaciones “Rápido y furioso” y “Mérida”. Es decir, Estados Unidos tenía la supuesta “razón” para intervenir, diseminar armas y aniquilar, con el contubernio de Felipe Calderón, a los mexicanos, independientemente de su situación.

Efectivamente, el gobierno espurio, no solo aniquiló o apresó narcos, también asesinó a miles de familias y jóvenes inocentes: Salvarcar, Tec de Monterrey, y otros casos en los que familias y personas fueron asesinadas por órdenes de Felipe Calderón, a quienes, en su absoluto cinismo y desprecio por la vida de los mexicanos, llamó “daños colaterales”. En el caso de los jóvenes que fueron asesinados, sea por estar involucrados con la delincuencia o por haber estado en donde la violencia calderonista era la norma, fueron criminalizados, ninguneados, despreciados. Durante el gobierno de Calderón ser joven era un delito.

Por ello, es pertinente enfatizar, como la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana afirmó en la ONU: no vamos por ganar la guerra, sino ganar la paz. Invierte así los términos de la fatídica guerra de Felipe Calderón, quien en diciembre de 2006 anunció en Michoacán, enfundado en una enorme casaca militar, su guerra personal, aplaudida por #PRIANRD y Estados Unidos. La paz jamás estuvo entre los intereses de Calderón y su régimen fascistoide. Era una guerra en contra de los mexicanos, generalizada. No solo se trató de los narcos y delincuentes, sino de escarmentar a los ciudadanos, propagar el miedo, para que los mexicanos no se atrevieran a delinquir.

Son ya sabidas las “guerritas” que Felipe Calderón jugaba en Los Pinos, además de su adoración por las armas, así que su esquizofrénica guerra contra los mexicanos no fue fortuita. Su intención fue acabar con una situación delincuencial de la manera más violenta posible. El espurio jamás se preguntó porque miles de jóvenes engrosaban las filas de las organizaciones delictivas. Nunca la pobreza y el tejido social roto fueron parte de sus preocupaciones personales, políticas y gubernamentales. Lo más simple era lanzar una guerra contra sus enemigos: los mexicanos.

La paz no llegará si las fuerzas armadas y la Guardia Nacional van a la guerra. México libra, dicen los supuestos expertos que no entienden –y ni les importa- el “abrazos no balazos”, una guerra civil no declarada, pero esos mismos “expertos” incendian mediáticamente al país. Para los medios corporativos y sus escribanos, los enfrentamientos entre delincuentes por mercados o confiscaciones de sus activos, detenciones de delincuentes que no serán pantalla pagada en esa prensa golpista, son “terrorismo”. Buscan que Estados Unidos intervenga en México. Los escrúpulos y la defensa del país y la soberanía no les importa.

Todo es Andrés Manuel López Obrador, el movimiento social que lo acompaña, sostiene y mueve, y las transformaciones: lucha contra la corrupción, derogación de privilegios como la condonación de impuestos, señalamiento de corruptelas en el Poder Judicial, exhibición de dirigentes y partidos políticos #PRIANRD por corrupción y saqueo, entre otras acciones. La oligarquía y sus corruptos medios corporativos, líderes partidistas y partidos políticos siguen cavando sus tumbas.

viernes, 2 de septiembre de 2022

AMLO: 4to Informe

 A pesar de la estrategia fracasada, de vez en vez potenciada por los medios corporativos y sus escribanos golpistas, el odio cotidiano en redes sociales, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador avanza. Hay temas pendientes como la inseguridad y algunas áreas del sector salud, pero 30 años de neoliberalismo, en sentido estricto capitalismo salvaje y depredador, no pueden ser resueltos en cerca de 4 años. En los ochenta del siglo pasado, no solo fue colapsado a propósito el Estado mexicano hasta empequeñecerlo y desmantelarlo, también los gobiernos del #PRI hicieron pactos oscuros con la delincuencia organizada y el #PAN. Los dos sexenios del #PAN, no solo refrendaron la alianza política #PRIAN, otorgaron más privilegios a la oligarquía, igualmente refrendaron sus vínculos con los carteles del narcotráfico. En particular, Felipe Calderón se convirtió en lugarteniente de un solo cartel, colocando a quien lo llevó a su fraudulenta presidencia, en el pináculo del poder: Genaro García Luna.

El neoliberalismo también legó mayor pobreza, un tejido social deshecho, corrupción y saqueo de las arcas públicas. En paralelo al reconocimiento de derechos a ciudadanos, mujeres y minorías, creció una horda de grupos de la llamada sociedad civil que se apoderó de recursos públicos, además de convertirse en agencias clientelares, y se apropió de la defensa de los derechos de individuos y colectividades, mientras sus dirigentes se embolsaban ingentes cantidades de dinero público y se posicionaban como los únicos interlocutores ante el menguado Estado y personas, comunidades y la sociedad mexicana. AMLO y su movimiento social, hoy partido político Morena, arribaron a un México fragmentado, polarizado, ninguneando por los partidos políticos #PRIANRD, violentado por la delincuencia, organizada o no, y carcomido por la corrupción y el saqueo.

Cuatro años parecerían no ser nada, sobre todo en un contexto de crisis de salud pública y económica mundial. La #COVID19 ha sido un duro golpe, no solo a la salud de millones de personas, sino también a sus bolsillos y a los recursos públicos. A diferencia de países de la Unión Europea y diversos estados de Estados Unidos, en México no hubo confinamiento obligatorio y las medidas sanitarias fueron atendidas de manera voluntaria, pero amplia y eficaz, por los mexicanos. Asimismo, la temprana campaña de vacunación emergente, que finalmente enriqueció a las poderosas compañías farmacéuticas, dio resultados: más del 80% de la población total ha recibido alguna dosis de vacunas de diversas marcas y orígenes. Si bien fallecieron miles de mexicanos, sobre todo aquellos vulnerados por enfermedades evitables y condiciones alimentarias y da salud normalizadas por las huestes neoliberales, la catástrofe que la derecha anunció en los medios corporativos, aminoró.

La estúpida guerra en Ucrania, emprendida por una Rusia que no sucumbirá al intervencionismo de Estados Unidos y la Unión Europea, los que buscan socavar el papel de Rusia y China en el actual orden global, pues el declive de nuestro vecino del norte y las potencias europeas es impostergable, ha implicado múltiples impactos, sobre todo en los precios de los alimentos, los energéticos, el desplazamiento de personas, la inflación, entre otros. En México, la política, desgastante en muchos sentidos, no solo para las finanzas públicas y las familias, de subsidios a los combustibles ha surtido efectos, al mantener en ciertos niveles la inflación, aunque los precios de los alimentos siguen sujetos, no solo a los vaivenes del mercado, sino también a las ansias de ganancias de las grandes empresas y los grupos que dominan diversos sectores de la economía mexicana. En 2022 el empleo ha recuperado cierto dinamismo prepandemia, la inversión extranjera sigue creciendo, la inversión pública avanza, pero falta mucho por hacer.

El 4to Informe de gobierno de AMLO quizás peca de optimismo, pero es muestra de que ante la adversidad las políticas públicas avanzan, con sus errores y dificultades. En el tema de seguridad/inseguridad, los procesos son lentos, pues no dependen totalmente del Poder Ejecutivo. El Poder Judicial, un anquilosado, corrupto y saqueador, sector, no va a la par de las transformaciones. No es que ministros, magistrados, jueces y ministerios públicos defiendan la Constitución, sino que décadas de connivencia y complicidades con el poder político y la oligarquía, han mermado esa autonomía que le obsequiaron los políticos. Delincuentes de cuello blanco y criminales que son liberados por supuestas faltas en la integración de las carpetas de investigación, inocentes que por no tener acceso a la justicia permanecen encarcelados sin ser definidos sus procesos, muchos inventados. La delincuencia prohijada por las décadas de neoliberalismo depredador, saqueador, corrupto, cómplice, es difícil de erradicar.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Ayotzinapa y la prensa corporativa

 Un grueso informe de 123 páginas con 8 anexos de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa, desató la ira dramatizada de los escribanos de la prensa corporativa, tanto de la televisión como de los medios impresos, las redes sociales y algunos youtuberos afines a la derecha, revelando que a este amplio sector no le importa la verdad, tampoco los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, menos sus padres y madres. En realidad, a las derechas y ultraderechas en México les tienen sin cuidado los mexicanos.

La larga y oscura noche de los medios corporativos comenzó un golpeteo irracional, sin argumentos, pleno en descalificaciones y adjetivos, poco después de que se supo que uno de los artífices de la supuesta “verdad histórica”, una trama tragicómica orquestada por el Estado mexicano y sus amanuenses del #PRIANRD hace casi 8 años, era detenido y retenido en el reclusorio Norte por al menos tres delitos: tortura, desaparición forzada y contra la administración de justicia.

Hasta hoy, políticos y partidos políticos #PRIANRD, intelectuales orgánicos, escribanos y locutores de los medios de comunicación corporativos, han armado una narrativa, verbal y escrita, que defiende al detenido Jesús Murillo Karam, último procurador de justicia del régimen del #PRIANRD, quien junto con su equipo tejió una serie de sucesos que finalmente llevaron al gobierno de Enrique Peña Nieto y su prensa corporativa a montar la llamada “verdad histórica”, misma que fue siendo diseccionada y desmentida por el GIEI, el grupo de expertos independientes.

El nado sincronizado de los medios corporativos de la derecha y #PRIANRD muestra con claridad los vínculos entre la oligarquía, los partidos políticos que añoran el retorno del saqueo y la corrupción y la prensa y redes sociales que defienden a los mismos: Jesús Murillo Karam, Genaro García Luna, Rosario Robles Berlanga. Tres exfuncionarios ligados al #PRIANRD. Las presidencias de #PRIAN desnudadas desde sus cloacas, en las que la tortura, la invención de hechos, el abuso policíaco y gobiernos ligados a mafias delincuenciales y oligárquicas.

La defensa que hoy hacen los escribanos de los medios de comunicación corporativos del exprocurador y su “verdad histórica”, da continuidad a lo que durante ocho años hicieron inmediatamente después de la desaparición de los 43 normalistas. El aplauso a la “verdad histórica” no fue más que el corolario de un hecho atroz que la prensa corporativa y sus amanuenses celebraron para cerrar un hecho ominoso. No olvidar la difusión que recibió el “ya supérenlo” de Enrique Peña Nieto a los padres de los estudiantes.

Durante la larga noche neoliberal, los medios de comunicación corporativos y muchas de sus figuras televisivas, radiofónicas y columneras, se mimetizaron con los gobiernos de #PRIANRD más estrechamente. No que antes no lo hicieran, pero en el régimen neoliberal negocios, complicidades, corrupción y saqueo definieron las relaciones que la oligarquía mexicana aplaudió, pues de ese modo pusieron a los gobiernos del #PRIAN a favor de sus intereses. La separación entre gobierno y oligarquía se diluyó, mientras el periodismo tradicional hacia un frente a favor de privilegios, corruptelas, saqueo, para minimizar a los ciudadanos.

El exprocurador del “ya me cansé”, quien junto con Tomás Zerón, hoy prófugo en Israel, se hizo cargo de la investigación, supuestamente la “más exhaustiva jamás hecha”, según Carlos Marín, escribano de Milenio, recipiente de dineros públicos en los gobiernos de #PRIANRD y defensor de la corrupción y saqueo, que incluso exige, en actitud de desprecio y odio, a los familiares de los 43 normalistas, “pedir perdón” y “agradecer” a los que inventaron y fabricaron, discursivamente y en los hechos, la “verdad histórica” sobre un crimen de Estado. Pero el informe presentado no es más que un paso por la justicia de un régimen corrupto, saqueador, represor.

viernes, 4 de febrero de 2022

El malestar intelectual

Los últimos exabruptos del conocido académico Sergio Aguayo Quezada, profesor-investigador de El Colegio de México, investigador del SNI-CONACYT y con investigaciones destacadas sobre la violencia en México, resumen el malestar prevaleciente entre ciertas elites académicas en México, cuyo prestigio construido en los pasados 30 años cae estrepitosamente.

El académico pasó de comparar la politiquería del conflicto en el CIDE, CPI-CONACYT, atizada por grupos afines a Enrique Cabrero, exdirector del CONACYT, quien repartió dinero público a empresas extranjeras y mexicanas dizque para hacer investigación, y a Claudio X. González, con la represión en el 68 afirmando que los “intelectuales” son más populares que AMLO.

Sin posibilidades de probar su dicho, reprodujo un par de datos en redes sociales a partir de una encuesta de fines del año pasado, en la que más del 80% de los encuestados resaltaba la importancia de la ciencia y aprobaba la mejora de las universidades. Si ambos indicadores le sirven al académico para sustentar su dicho de la “mayor” popularidad de los intelectuales, yerra.

Para muchos mexicanos, la ciencia y mejores universidades son asuntos importantes, pero no son indicadores de “mayor” apoyo a los intelectuales o que tengan una base social masiva como la del presidente de México, o más amplia. Los intelectuales, sin duda, son personajes fundamentales en la vida cultural, social, económica, política, crítica, de cualquier país.

Sin embargo, representan un reducido –muy reducido- sector de la población, así como a una limitada fracción de la sociedad. En la historia de las naciones han jugado un papel importante, en particular por su cercanía al poder político y los gobernantes, acorde con la clásica perspectiva de Antonio Gramsci del intelectual orgánico. Pero sirven para justificar y legitimar un régimen.

El intelectual Aguayo es parte de un reducido grupo de académicos que en los pasados 30-40 años se consolidó, tanto por sus destacadas opiniones, investigaciones, activismo, cercanía al poder y como parte de grupos coformados en torno a ciertos personajes, revistas, instituciones académicas, que adquirieron resonancia, prestigio y relevancia con y ante el poder político.

Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, dos grupos de intelectuales orgánicos conformados en torno a las revistas Vuelta, con Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, a la cabeza, y Enrique Krauze, su segundo de abordo, y Héctor Aguilar Camín, líder de la revista Nexos, en la que no pareció haber un único operador, sino varios fieles seguidores, despuntaron.

Como se ha dado a conocer públicamente, ambos grupos se beneficiaron de prebendas, contratos y diversos privilegios que los catapultaron en el imaginario social de ciertas elites y sectores de la sociedad mexicana, como caudillos culturales que, bajo el mecenazgo de los gobiernos del PRI y el PAN, fueron imponiendo sus ideas, ideología y visión de la sociedad.

Con los gobiernos del PRI y el PAN (1988-2018), los intelectuales orgánicos mexicanos se consolidaron como grupos de poder que hicieron negocios y justificaron con sus ideas al poder político. Quizás el neoliberalismo de la tecnocracia educada en el ITAM, Harvard, Yale, y otras universidades mexicanas y extranjeras, no se hubiese afianzado sin su presencia.

Si bien, la tecnocracia en el gobierno tuvo la tarea central en la imposición y normalización del neoliberalismo en México, la influencia de los intelectuales orgánicos en la vida social, económica, política y cultural, fue importante. Los grupos en torno a las revistas Vuelta y Nexos acompañaron con ideas, análisis, reflexiones, sustentadas o no, el despliegue neoliberal.

Por ejemplo, el conocido libro de Enrique Krauze, Por una democracia sin adjetivos (1986), cuyo principal antecedente fue un artículo publicado en la revista Vuelta en 1984, presentó aspectos del liberalismo que posteriormente serían complementados por los extremismos del neoliberalismo: libertad individual, libre mercado, estado pequeño, precariedad laboral, todo a ultranza.

La libertad individual a ultranza socavó lo colectivo y la vida comunitaria. El libre mercado implicó la desregulación de la vida económica, política, social y cultural. El estado pequeño obligó a los gobiernos a administrar los ingentes problemas sociales, dejando a las llamadas ONG, financiadas por el propio gobierno, asumir lo que ideológicamente rechazaba el neoliberalismo.

Si bien, en los pasados cuarenta años se comenzó a construir una sociedad de derechos, en algunos casos fue simulación, además de que algunas ONG, que se erigieron en representantes de diversos grupos sociales y salvaguarda de distintos derechos, justificaron las atrocidades de los gobiernos neoliberales. Ciertas organizaciones aplaudieron algunas causas aparentemente justas.

Fue el caso de organizaciones que apoyaron la guerra contra el narco, pero jamás vieron los contubernios de funcionarios con los delincuentes. El ejemplo preciso es el gobierno de Felipe Calderón, cuya guerra contra el narco y sus crímenes de lesa humanidad fueron justificados y acompañados por intelectuales y ONG, sea callando o participando de diverso modo.

El modelo neoliberal impuesto y promovido por los gobiernos del PRI y el PAN, fue bien codificado por la frase acuñada por el fallecido Carlos Castillo Peraza: el triunfo cultural de su partido, adecuado a los extremismos del neoliberalismo: libre mercado, no intervención del Estado, entre otros aspectos. Por delante los negocios, sin importar sus implicaciones.

Con el arribo del presidente Andrés Manuel López Obrador al poder político en 2018, comenzó el desmantelamiento de algunas de las bases que sostienen el modelo neoliberal. Sin duda sus efectos entre la intelectualidad orgánica han sido devastadores. Se acabaron los contratos, compra de espacios publicitarios, revistas, edición de libros con cargo al erario, entre otros aspectos.

Pero no solo el fin de los negocios les produjo malestar a los intelectuales. Quizás el hecho de marginarlos de la agenda nacional, en términos ideológicos y políticos, es lo que más les afecta. El actual presidente y su gobierno los redujo a opinantes por cuya narrativa ya no les pagan, convirtiéndose en activos detractores, no críticos, de las transformaciones en marcha.