La semana pasada, una diatriba publicada en la prensa tradicional y conservadora, por 650 abajofirmantes puso en la mesa de debates la libertad de expresión de unos pocos contra la de muchos. El contenido de la carta muestra claramente la defensa, por un lado, de un México en el que prevalecía la narrativa única, controlada con recursos públicos, y por el otro, un país socavado por la violencia delincuencial y de Estado, negado por los “científicos e intelectuales” abajofirmantes.
Quienes hoy acusan de censura y acoso a la libertad de expresión,
construyeron sus figuras públicas con el apoyo de los gobiernos neoliberales de
PRI y PAN. Revistas, periódicos, portales web, consultorías, entre otras
empresas lucrativas, crecieron al amparo del dinero público. Su finalidad
implícita fue construir una narrativa historiográfica, literaria, periodística,
ensayística, analítica, que justificara el neoliberalismo.
En libros de diverso corte, artículos, revistas, prensa, análisis, ensayos,
las camarillas, por ejemplo, de Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze,
revisaron el pasado y el presente del neoliberalismo y la globalización, siguiendo
implícitamente la perspectiva del fin de la historia de Francis Fukuyama y
otros diversos autores que apuntaron a un discurso único que apuntalara el
supuesto que, con la caída del socialismo realmente existente, el capitalismo
se alzó como el sistema económico que prevalecería por siempre.
Sin ambages, aceptaron y promovieron el discurso, epistemologías, conceptos
y marcos de referencia que los poderosos centros académicos, Think Tanks y
organismos financieros internacionales, asentados en Estados Unidos y Europa y
financiados por transnacionales y filántropos de la oligarquía, generaron e
impusieron como única mirada del mundo para justificar el capitalismo salvaje y
depredador. Durante al menos tres décadas, su irrupción socavó a todas las
sociedades.
Con el arribo de AMLO a la Presidencia de la República, cuya agenda
política ha implicado revelaciones de corruptelas, saqueos, privilegios,
distribución de recursos públicos a comentócratas, analistas, intelectuales,
camarillas de conocidos liderazgos intelectuales, revistas, prensa, se ha
orquestado una campaña desde lo que fue la comentocracia e intelectualidad
orgánica para socavar al nuevo gobierno y su proyecto de cambio, la 4T, como
anunciación del golpe blando.
Sin embargo, los conocidos abajofirmantes, usan el derecho de réplica del
presidente de la República como justificación de una supuesta amenaza a su
libertad de expresión. En dicho desplegado, publicado en la prensa mexicana y
extranjera, exigen que AMLO se calle, sobre todo por las revelaciones de sus
complicidades, saqueo y corruptelas, bien pagadas por los gobiernos de PRI y
PAN. Asimismo, porque en las conferencias mañaneras AMLO ha desmontado las
fakenews de la prensa capitalina.
El discurso delirante de la derecha intelectual, comentocracia y medios, intenta
confundir a los mexicanos: la derecha y sus adláteres tienen plenos derechos
para denostar, celebrar las faknews de la prensa impresa diaria, golpear y
mentir a ocho columnas, por lo que el presidente de México se debe callar. Su
desplegado no es más que una diatriba contra el mandatario, quien en cerca de
dos años ha impulsado políticas anticorrupción que, en muchos casos, implica
exhibir a corruptos y saqueadores.
Días después, algunos ciudadanos identificados con la izquierda, redactaron
una respuesta puntual a los supuestos temores de las derechas, precisando que
lo que comentócratas e intelectuales pretenden es amordazar al presidente de la
República y privatizar la libertad de expresión. Con todo, acorde al escenario
de las derechas y el supuesto amago a la libertad de expresión, quizás se
hubiese impedido publicar y darle difusión a su discurso, pero no fue así.
Muchos lo leyeron y comentaron.
Asimismo, es interesante precisar que la recepción del comunicado de la
derecha y de la respuesta ciudadana implicó contextos diferentes. La derecha
publicó como inserción pagada su desplegado en la prensa capitalina y, según
testimonios que han circulado en diversos contextos, fue enviado a firmar a
miles de personas tanto en México como en el extranjero, pero solo consiguió
650 abajofirmantes. Muchos rechazaron firmarlo porque su contenido parte de
premisas falsas.
En cambio, la respuesta redactada por un sector de la izquierda ciudadana,
que fue difundida en redes sociales, fue firmada por más de 40 mil ciudadanos
en pocos días. La misma desmenuza cada una de las supuestas razones (el
discurso presidencial, falta de atención a mujeres, medio ambiente, órganos autónomos,
ONG, etc.) que los 650 abajofirmantes esgrimen para privatizar la palabra, la
libertad de expresión. Este documento cierra con la idea de que la “verdad” de
una elite ya no regresará.
Sin duda, globalización y neoliberalismo durante el tiempo de su reinado,
aunque no han desaparecido pero la pandemia de Covid19 los ha disminuido y arrinconado,
por voz de académicos e intelectuales de los centros universitarios y
organismos financieros internacionales de Estados Unidos y Europa, seguidos por
sus pares y gobiernos en los países periféricos, impusieron un discurso único: el supuesto
triunfo del libre mercado, el fin de la historia y la eternidad del capitalismo.