lunes, 23 de noviembre de 2009

Confusiones mexicanas y frutos estadounidenses

1. Las sinrazones del actual “gobierno” azul se agolpan en los medios, en los discursos, las actitudes. Hasta los levantacejas oficiosos y oficialistas, tan abundantes en los medios electrónicos, impresos y radiofónicos, en su férrea y psicótica defensa, se enredan ante tanta ineficacia, verbalismo insano y podredumbre.
El fracaso y la confusión blanquiazul afectan ya a su supuesto guía. Como su anterior “amigocho”, el señor de Los Pinos, cada que pisa suelo extranjero, lanza bravatas que devienen en disculpas y llamados a la “unidad y el dialogo”. En reciente viaje, acusó a la iniciativa privada de torpedear su paquete fiscal, para finalmente disculparse.
Sin duda, la mediocridad vende más en el extranjero. Lo mismo pasó con su “contundente crítica”, según los medios y jilgueros oficialistas, contra el proteccionismo estadounidense, el que siempre ha estado ahí, y el TLCAN, el cual fue diseñado para operar desfavorablemente y acentuar las asimetrías entre México y sus socios desarrollados.
2. El grotesco espectáculo antiabortista, celebrado, apoyado y promovido por la jerarquía eclesiástica católica y sus socios PRI-PAN, cuyo único fin es criminalizar a la mujer, apuntalar la violencia de género, socavar el derecho a decidir de millones de mujeres, recibe del Congreso de BCS un mensaje sin mucho escándalo mediático.
Aunque una golondrina no hace verano, la iniciativa presentada por una diputada perredista, con significativo respaldo, contraria el autoritarismo y exacerbado conservadurismo de los grupos que pretenden decidir lo que es moralmente aceptable para su propaganda ideológica, poder y dominio.
Mientras esa jerarquía eclesiástica clasista y progobiernista acusa a los electricistas por usar un estandarte de la Virgen de Guadalupe, como si los azules y sus acompañantes fuesen dueños de la fe de los mexicanos, un pequeño grupo de obispos católicos, conocidos por sus posturas progresistas, defiende el uso de la imagen y apoya al SME.
3. La homofobia azul también hace campaña. Un asambleísta del Distrito Federal convierte en “Jaula de las Locas” una iniciativa a favor del matrimonio de parejas del mismo sexo. Si mujeres, niños y niñas son violentados cotidianamente en la guerrita contra el narco, no se puede esperar otro trato a quienes ejercen su derecho a ser diferentes al fascismo andante.
Esta actitud, que alienta los crímenes de odio, refleja la ignorancia y el oscurantismo azul en asuntos como la educación pública también. Mientras una supuesta “representante popular” se enreda en vulgaridades (“grasientos”) contra las universidades públicas, la mediocridad clasista del titular de la SEP aplaude la “pasión” de quien vive de privilegios.
4. En Estados Unidos, la Cámara de Representantes dio su visto bueno a la reforma de salud del presidente Barack Obama. Ahora sigue la discusión, y de seguro las modificaciones, en el Senado de ese país. Una victoria a pesar de las recientes derrotas demócratas en dos entidades donde los votantes rechazaron al Partido Demócrata.
Asimismo, la comunidad latina se apuntó un triunfo al lograr la renuncia de Lou Dobbs, conocido locutor antiinmigrante de la cadena CNN. Una coalición de grupos de origen hispano, donde destaca el National Council of La Raza, promovieron una campaña para insertar un mensaje pagado en contra del personaje, pero fue rechazado por CNN.
Con todo, la presión fue in crescendo hasta que Lou Dobbs anunció al aire su retirada. Varios de sus comentarios de odio antiinmigrante pueden ser vistos en Youtube. A pesar de los llamados a la moderación y el derecho de réplica, armó una campaña de mentiras y abusos verbales contra los indocumentados, particularmente mexicanos.
5. La renuncia del locutor pareció enmarcar el anuncio de Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, quien afirmó que el gobierno de Obama espera que el Congreso de su país impulse una reforma inmigratoria integral a principios del 2010. Es una buena noticia, pero deposita en los congresistas la responsabilidad.
Así, el presidente Obama se libera de su compromiso de campaña y se prepara para otras batallas. Janet Napolitano afirmó que la reforma tendrá tres ejes: control serio y eficaz de la inmigración; una solución favorable para las familias y los trabajadores, y firmeza, pero con justicia, en el trato a los 12 millones de indocumentados que están en ese país.
6. Un ejemplo de control serio y eficaz para algunos estadounidenses, lo ofrece la celebrada Secure Communities Initiative que viene aplicando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), del Departamento de Seguridad Interna (DHS, en inglés) de Estados Unidos, la cual ha identificado a más de 110 mil extranjeros criminales.
Es un programa acordado con autoridades locales que desde octubre de 2008 ha apresado a extranjeros de acuerdo con tres niveles: Nivel 1, asesinato, violación y secuestro (1,900 individuos ya deportados), y Nivel 2 y 3, con más de cien mil convictos por robo y serios crímenes contra la propiedad. Muchos, inmigrantes indocumentados.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Para exorcizar el horror de todos los días

¿Te atreves ahora, oh alma a caminar
conmigo hacia la región desconocida,
donde no hay piso para los pies
ni sendero que seguir?
Walt Whitman, Hojas de hierba

A la inseguridad de todos los días, la violencia insana, sumemos las mezquindades del “gobierno” azul y los “legisladores” de PRI-PAN que golpean nuevamente a la mayoría de los mexicanos, mientras protegen a los privilegiados y salvaguardan sus propios intereses y prerrogativas. Nada les importa el bienestar de la colectividad.

Pero amable lector, hoy haré a un lado lo que parece un desdén insano de la mafia política, la oligarquía y sus medios de comunicación, para pensar la inseguridad cotidiana que violenta la vida de la gente. La violencia verbal, el acoso, el abuso de género, las ejecuciones, masacres y asesinatos, tienen permiso diario.

Nuestra seguridad, confianza en los días por venir, se ha ido cubriendo de horror, desengaño y preocupación cotidiana. Salir a la calle, transitar por las conflictivas avenidas, termina de colmar la cotidianeidad que comenzó con la disposición de enfrentar el horror de todos los días. Ese susto que produce cierto poder recorriendo las calles.

No falta hora y día que la soldadesca, los policías, se impongan en nuestro cotidiano andar. Sirenas, rostros adustos, armamento, blindados. Todo acaba de nublar el día, la tarde, la noche antes de dormir. Uno se pregunta dónde fue el levantón, el secuestro exprés, la balacera. A quién se llevaron, a quién acribillaron.

Los medios impresos, tan profusos en nimiedades y frivolidades, exponen fotografías, notas mal redactadas y pesquisas imprecisas sobre los últimos ejecutados, descuartizados, secuestrados, desaparecidos. También hacen del espectáculo mediático de la guerrita contra el narco página roja de primer impacto.

Como quiera, la sonrisa afable, el saludo amistoso, nuestros ejes de todos los días, nos esperan y contactan. Miradas, sonrisas, cotidianos menesteres. Relajarse, enfrentar con la mirada en alto, los brazos abiertos, el deseo diario de avanzar, cambiar cosas, descubrir realidades. Eso es lo que nos mueve.

Decía mi querida madre, que en paz descansa, cuando no hacía con premura una tarea, un encargo que se nos dejaba, nada más “se te pasea el alma por el cuerpo”. Metáfora hermosa que parece desmentir que la psique (el alma) reside en el cerebro o que, si así fuera, se da permiso de recorrer nuestro cuerpo, buscando dar paz, armonía.

Sí, cuando el alma avanza por nuestro cuerpo, esa entelequia que dinamiza nuestro andar, armoniza nuestros fluidos, articulaciones, latidos, amores y desamores, encontramos algo de paz. El destino no está hecho, lo vamos haciendo cotidianamente, y el alma deslizándose por nuestro organismo va cubriendo desencantos y encantos.

Como antropólogo, fui entrenado para observar, buscar regularidades, pensar en patrones, a partir de las interacciones de las personas, de las relaciones sociales, en contextos afables y hostiles, pero el paseo del alma por el cuerpo lleva también al asombro, el descubrimiento, lo que tanto apreciaba uno de mis entrañables profesores.

Por eso, al pensar, observar, recopilar información de la cotidianeidad del horror, recapitulo en la saña, la amoralidad e inmoralidad del monstruo que enfrentamos diariamente. El descubrimiento de la alteridad, del otro, se convierte en desconocimiento como personas, homínidos, de quienes comenten tales atrocidades.

Un ex funcionario decapitado; varios hombres descuartizados; ejecuciones atroces. Quizás la insensibilidad crece porque el alma no se pasea tanto por el cuerpo. En defensa; negamos, en el mejor de los sentidos de Freud; quizás es lo que nos despierta todos los días. Los otros son personajes mediáticos, no los conozco. No quiero saber nada.

Pero lo mediático no quita las ganas de adelantarse, ni lo mediatizado lo jodido. Nuestro horror cotidiano se desvanece con las sonrisas de los cercanos, no de quienes conducen sus poderosos vehículos, quienes suponen que exorcizan su jodidez tras imponentes automóviles y las cotidianas violaciones a la civilidad y los reglamentos de tránsito.

El sentido de civilidad y de comunidad están hoy rotos. No nos reconocemos en los otros; los otros nos ven como adversarios; los desconocemos, a pesar de habitar espacios comunes. La cotidianidad es una maraña de intereses, individualismos, confrontaciones, ganas de sobrevivir al otro, a los otros. Marca de la violencia diaria.

La violencia no es una entelequia como nuestro cuerpo; nuestra alma que se pasea por nuestros recónditos e inhóspitos adentros, deposita en nosotros paz y mucha paciencia. Por ello, diariamente despertamos y acometemos tareas, obligaciones y derechos, mientras los otros, el Estado, la delincuencia, buscan amedrentarnos.

Estas líneas son para exorcizar la cotidianidad, no para eludir responsabilidades ciudadanas, tampoco porque el miedo gane e inmovilice. Sobresale la preocupación, la inseguridad. Pero hay que salir para regresar todos los días, ver la cara amable de quienes nos esperan. Porque, afortunadamente, vemos y nos ven.