Con menos problemas técnicos, el INE celebró el segundo “debate”,
escenario que no se presta a debatir, aunque el formato tuvo algunas
correcciones. La candidata de la derecha llevó su huipil cargado de mentiras, ataques
personales, basura mediática sin pruebas y hashtags sin ton ni son. Xóchitl
Gálvez demostró su falta de capacidad, ignorancia, desconocimiento, tanto del
país como de la gente. Sin proyecto de nación, sin propuestas sólidas, la
derecha perdió otra oportunidad para que su representante remontara o, por lo
menos, los ciudadanos le creyeran, ya no a la candidata, sino a los partidos
políticos que la acompañan. El segundo debate así, se convirtió en otro
artilugio electorero de la derecha.
Sin embargo, el resultado, a pesar de la agresividad, misoginia y
mentiras, no fue positivo. Acorde con Polls.mx, de ocho encuestas realizadas
después del debate, seis muestran que Claudia Sheinbaum continuó con su ventaja
previa. Solamente dos encuestas, la conocida encuestadora del PAN, Massive
Caller, y la recién comprada por el PRIANRD, Trending, favorecen a la candidata
derechista de esa coalición. Incluso, la encuesta de Parametría, cuyo ejercicio
se basó en un panel, a diferencia de todas las encuestas que fueron
telefónicas, mantiene la delantera de la contendiente por Morena-PT-PVEM. Este
hecho quizás explica la desesperada petición de los dirigentes del PAN y el
PRI, a Jorge Álvarez Máynez, para que renuncie y apoye a la derechista.
El posdebate en los medios corporativos, tampoco es de extrañar. Primeras
planas, mesas en televisión y columnetas en la prensa, afirman que la
derechista ganó el debate. Incluso, la encuestadora del PAN, Massive Caller,
con un nivel de rechazo del 95%, contratos con el PAN mediante, afirma que la
corrupta Xóchitl Gálvez ya rebasó a Claudia Sheinbaum. Dan pena ajena quienes
creen que esa basura telefónica es una encuesta. La encuestadora del PAN, jamás
ha hecho entrevistas cara a cara, que son las que realmente importan. Los
robots telefónicos son totalmente manipulables. La pretensión de la derecha es
hacer, del segundo debate, un artilugio electorero para manipular las
percepciones y opiniones de la población. Lo que no les está resulta bien.
Ahora bien, al revisar las “propuestas” de la derechista, tanto en el
debate como en su gira posdebate, se puede concluir que Xóchitl Gálvez es
pésima en matemáticas. Por ejemplo, dice que a quienes ganen menos de 15 mil
pesos, no les va cobrar impuestos. Asimismo, exige que, si se reducen las horas
labores a 40 horas semanales, hay que quitarles cargas fiscales a los
empresarios. El solo hecho de condonar impuestos –lo que es ilegal, porque lo
prohíbe la Constitución- y otorgar privilegios fiscales a los empresarios,
implicaría desplomar los ingresos del gobierno mexicano. ¿Cómo va a financiar
tantas ocurrencias que anda promoviendo? La tarjeta azul, la tarjeta la
mexicana, entre otras gracejadas, requieren miles de millones de pesos de
dinero público.
En este contexto, es interesante observar que, a pesar de la guerra
sucia, los ataques orquestados por los medios corporativos golpistas y en redes
sociales, la aprobación del presidente de México sigue intacta. Una encuesta
telefónica del periódico El Financiero, muestra que en cuatro meses el apoyo a
AMLO creció cinco puntos, mientras la encuesta de El Heraldo, con entrevistas
cara a cara, registra casi 10 puntos a favor. Asimismo, las encuestas
postdebate que miden la intención del voto –excepto la pagada por el PAN, Massive
Caller-, la mayoría en hogares, continúan dando la ventaja –de 20 a 30 puntos-
a Claudia Sheinbaum. La candidata derechista, haciendo sorna del presidente y
Morena, porque dice que su única encuesta la pone en primer lugar, es una
bofetada a la misma derecha.
Lo lamentable esta semana, fue el uso de una causa justa y trágica que
convirtió a México en una gran fosa durante el narcogobierno de Felipe Calderón
y Genaro García Luna: los desaparecidos y las madres buscadoras. Al pretender
que un basurero con restos de animales fuera un crematorio clandestino, la derecha
dio una bofetada a los colectivos de madres buscadoras, revictimizándolas y
usando a sus desaparecidos como los votos que le urgen a los golpistas.
Indignante.