No cabe ninguna duda que la derecha mexicana e internacional, están
operando una mega campaña, no solo para golpear y herir políticamente al
presidente de México sino también descarrilar a la candidata de Morena, cuyas
proyecciones electorales para el 1 de junio de 2024 es que ganará la
presidencia, convirtiéndose así en la primera mujer progresista por dirigir
México. Pero la operación contra AMLO y Claudia Sheinbaum, cada vez más se le
complica a la derecha en el país. Los últimos golpes, el nado sincronizado DEA-ProPublica-TimGolden-InSightCrime-DeustcheWelle-AnabelHernández,
el montaje Latinus-CarlosLoretdeMola, el hashtag operado con miles de bots del
extranjero, con millonaria inversión, y el reciente affaire que involucra a la
corresponsal del New York Times, Natalie Kitroeff, el propio periódico y la DEA
de nuevo, perdieron pronto efectividad, en parte porque fueron construidos con
calumnias, falsedades, montajes de agencias de Estados Unidos y periodistas de
México y la Unión Americana, y también por la pericia política de AMLO, al
deconstruir cada golpe.
El más reciente montaje, firmado por Kitroeff a nombre del New York
Times, la DEA y la derechista Xóchitl Gálvez -¿o qué hacía tomándose fotos en
la entrada del periódico estadounidense?-, y la corresponsal de Univisión,
Jessica Zermeño, enviada por Jorge Ramos, locutor de Univisión, para minimizar
la calumnia, mentira y ofensas del New York Times, porque AMLO reveló el número
telefónico de la sicaria del New York Times, muestra con contundencia hasta
dónde la derecha puede actuar para intentar recuperar lo que perdió en 2018. Revela
también, el hartazgo y desesperación de la derecha mexicana, cuyos partidos
políticos, PRIANRD, dirigentes, financiadores como Claudio X. González y su
candidata, Xóchitl Gálvez, no repuntan. Una millonaria inversión que al parecer
para nada ha servido. Igualmente, exhiben el temor de que la mayoría de los
mexicanos, no solo voten por Claudia Sheinbaum, sino que otorguen la mayoría
absoluta en alguna de las cámaras del Congreso, a Morena, lo que favorecería el
plan C.
Los periodistas y el periodismo, en México y Estados Unidos, muestran
también que el dinero es su fin, no informar. Como Noam Chomsky plantea, al
buscar moldear la opinión pública imponen la agenda de los medios corporativos
y, en este caso, de la derecha y el fascismo. En México, la prensa impresa y
sus columneros, la televisión y sus locutores y analistas, la radio y sus
lectores de noticias y opinadores, a pesar del insulto, la mentira, el acoso,
la calumnia, en contra de AMLO, el gobierno federal, la 4T, Morena, Claudia
Sheinbaum, se han estancado en un duelo entre los mismos medios corporativos
por publicar la nota más escandalosa contra el presidente de México y su
gobierno. Es tal el desprestigio, que la derecha ha decidido pagar generosamente
a medios estadounidenses para generar noticias falsas y calumnias en contra de
AMLO. El affaire Kitroeff, pretendió ser la cereza en el pastel de notas
insidiosas y mentirosas, pero se olvidaron que AMLO ejerce su derecho a la réplica
sin ambages.
Con la finalidad de controlar los daños, el New York Times decidió
involucrar a la corresponsal en México de Univisión, poniendo el acento en la
revelación de un número telefónico y la amenaza de la prensa sicaria de Estados
Unidos al presidente de México. La idea era confirmarle en la conferencia matutina
que era un lacayo y que la verdad no importa, como han pregonado en nuestro
país Sergio Sarmiento –Reforma y TvAzteca- y Raymundo Rivapalacio –El Financiero
y La Razón. Elevar el tono del golpismo de los medios corporativos, como si no conociéramos
su desprestigio y servicio al poder (el New York Times ha sido duramente
cuestionado por defender sin ambages el genocidio contra los Palestinos), era
el objetivo de NewYorkTimes-Univisión, pero AMLO es un astuto animal político y
confirmó que la calumnia, el desprecio, el odio de la derecha, la mentira, no
son la mejor vía del periodismo y sus sicarios para cuestionarlo.
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