jueves, 30 de marzo de 2023

Tragedias migrantes

La migración actualmente está más allá del hecho histórico de los grupos humanos saliendo de África, recorriendo grandes distancias, en parte siguiendo a los animales de la época para cazarlos y obtener la proteína necesaria para su sobrevivencia biológica, en parte para explorar y poblar regiones desconocidas para sobrevivir ante situaciones adversas donde la humanidad evolucionó primariamente. Emigrar no es una situación meramente biológica, sino un proceso social, en el entendido que los humanos y humanas históricos, jamás tuvieron consciencia de que perseguir una presa implicaba su propia evolución; en realidad, estaba en juego su sobrevivencia. Un instinto básico de cualquier ser vivo. Pero el fenómeno migratorio toma aristas distintas ante un mundo en el que existen fronteras administrativas, nacionales, políticas, sociales, económicas y culturales. La ignorancia de quienes vociferan que la migración es un hecho “biológico” es evidente.

Sin duda, a los Estados-nación actuales no les importa que los ignorantes afirmen que la migración es un “hecho biológico”, porque desde su perspectiva y la de sus poblaciones, las fronteras políticas y administrativas marcan líneas reconocidas de los límites de sus naciones y que deben “proteger” ante cualquier violación o internación no regulada. En la Unión Europea las tragedias migrantes son cotidianas. La prensa da cuenta de cientos y miles de ciudadanos de África, en barcazas precarias o saltando verjas, intentan alcanzar algún país europeo, mientras las autoridades los compelen y cientos mueren en el intento. Lo anterior da cuenta de que la migración no es un “simple hecho biológico”, porque el mundo está conformado por Estados-nación que, por xenofobia, razones ideológicas, políticas, culturales, económicas, impiden el arribo de “extranjeros” a sus países.

En los últimos años, México se ha convertido en país de tránsito, estancia permanente o temporal, refugio y asilo. Durante los dos últimos sexenios (2012-2018, 2018-2023) las caravanas migrantes provenientes de Centroamérica y el sur latinoamericano han impuesto un ritmo intenso al proceso migratorio. Por razones económicas, políticas, ideológicas, ambientales, económicas, miles de personas han emprendido un áspero camino hacia Estados Unidos, suponiendo que este país los dejaría entrar a su territorio sin restricciones, pero la Unión Americana, sobre todo durante el gobierno de Donald Trump, cambió de manera profunda su política inmigratoria, lo que resultó en la perversión del sistema inmigratorio estadounidense. Situación que a la fecha no se ha podido revertir. Entonces, la tragedia de Ciudad Juárez, no es solo producto de una política mexicana restrictiva, sino también de la política inmigratoria de Estados Unidos.

No hay duda que ambos países están implicados en la tragedia de Ciudad Juárez. Estados Unidos por negar el acceso a miles de migrantes y usar una política inmigratoria que incluso la Suprema Corte de esa nación ha sancionado, y México por su cuestionable papel como parte de esa política extraterritorial. En nuestro país, ningún migrante puede ser encarcelado o detenido, pues viola la ley migratoria actual y muestra que el Instituto Nacional de Migración no tiene ni la menor idea de lo que es la migración en la que, tanto la Unión Americana como México tienen responsabilidades. Los argumentos de la secretaria #EsRosaIsela son fundamentales. Una mujer fuerte, extraordinaria, y con tal claridad, hace de la tragedia en Ciudad Juárez, un hecho humano y criminal. Y urge respuesta contundente del presidente de México. Garduño debe renunciar.

En los próximos días, no solo debe culparse a un migrante o más por apilar colchones y prenderles fuego, sino también debemos ver renuncias de funcionarios que no han respetado las leyes migratorias mexicanas y que están bajo sospecha. El asunto no es de una sola persona, sino de una cadena de mandos y responsabilidades en la que están involucrados personajes públicos y privados.

lunes, 27 de marzo de 2023

El español mexicano en los libros de texto

La derecha y ultraderecha saben que poco o nada tienen como proyecto de nación. Lo que alaban es el montaje sobre temas que podrían pasar desapercibidos, no porque no sean importantes, sino porque sus corifeos los mediatizan con la finalidad de acusar y golpear al gobierno mexicano y a #AMLO. Es el caso del nuevo montaje de Carlos Loret de Mola sobre la inclusión de términos del español mexicano que muestran su riqueza y diversidad. El español mexicano, como en otros países de habla castellana, posee particularidades que recogen, en muchos casos, las interacciones entre las lenguas originarias y el castellano que las huestes españolas impusieron en México durante la conquista y colonización. Ahora resulta que #LordMontajes se “escandaliza” por palabras como “dijistes”, “hicistes”, entre otras; intenta iniciar una guerra cultural con la mentira de que a los niños y niñas les robará la #4T la “pureza” del español de la Real Academia de la Lengua Española, la que dicta una serie de normas que poco tienen que ver con el español real.

Además de mentir e inventar la supuesta obligatoriedad de la enseñanza del español mexicano y algunas de sus variantes locales y regionales, fabrica otro montaje al afirmar que a los y niñas se les enseñará a organizarse desde temprana edad con ideas “comunistas” como asambleas, debates, etc. Va de la supuesta pureza del español mexicano a pretender que la #4T “adoctrinará” a los infantes, señal, según #LordMontajes, de que México va camino al comunismo. Hasta Cuba y Venezuela se quedan cortos en la narrativa de la estupidez de Carlos Loret de Mola. El problema es el miedo que pretende generar un irresponsable “periodista” que vende sus servicios al empresariado golpista, entre mamás y papás de los educandos. En ninguna parte de los libros de texto se obliga o se adoctrina. En cambio, se busca recuperar la tarea formativa de la escuela mexicana, con la finalidad de promover la inclusión, la diversidad, la colectividad.

Para la derecha y ultraderecha, inclusión, diversidad, colectividad, son procesos que atentan en contra de su narrativa clasista y racista. Cuando insultan al presidente de México, los cambios que impulsa, la estabilidad económica general, las grandes obras de infraestructura energética y de comunicaciones en marcha, buscan polarizar a la sociedad. Les agrada la despolitización, porque de ese modo el pueblo no se da cuenta que tiene derechos que la Constitución tutela y que México ha ratificado por medio de la firma de tratados internacionales. Su obsesión anticomunista es perversa. No hay en el mundo ningún país comunista o socialista. La narrativa que alaban contra Cuba y Venezuela, no solo es un problema ideológico y político, sino muestra de su atraso y anquilosamiento. En México, ni siquiera la llamada “izquierda verdadera” le apuesta a un cambio violento. Y el proyecto de nación que #AMLO lidera es un proceso pausado, alejado de los radicalismos de la izquierda.

El español mexicano y la enseñanza de formas organizativas en la escuela mexicana, no es un asunto ideológico y político. Representa la recuperación de la vida comunitaria, la inclusión, la diversidad y poner en la mesa de debates la importancia de temas y problemas que son reales. El español mexicano no está sujeto a normas anquilosadas ancladas en la supuesta pureza del español. La lengua representa la diversidad del habla mexicana a nivel local y regional. Los diccionarios solo muestran una parte de la riqueza del lenguaje. No hay –jamás lo ha habido- lenguas puras. Y en México la interacción del español con las lenguas originarias ha creado formas del habla que reflejan la riqueza de los pueblos, las sociedades y culturas mexicanas. La asamblea, el debate, entre otras maneras que las personas se organizan, es también recuperar la colectividad. A la larga, puede implicar la superación del hiper individualismo promovido e impuesto por el neoliberalismo. La educación sin duda es fundamental para soñar con un país que vaya más allá de la fragmentación, balcanización, polarización, marginación, elitismo, del neoliberalismo.

viernes, 24 de marzo de 2023

Fentanilo: guerra mediática

 Desde hace algunas semanas, legisladores estadounidenses, republicanos y demócratas, arreciaron sus campañas mediáticas contra México, tomando como referentes su interés por declarar a los carteles del narcotráfico mexicanos como organizaciones terroristas y la crisis de opioides que azota a Estados Unidos. En ambos casos, resalta el uso electoral de asuntos que atañen a ese país, pero de lo poco que hacen para impedir o paliar el grave problema de las adicciones y las muertes que causa el fentanilo, además de no combatir las redes delincuenciales que introducen y distribuyen en la Unión Americana la mortal droga. Históricamente, en esa nación cualquier conflicto interno se busca resolverlo por medio de la injerencia, intervencionismo, golpes de estado y minando de gobiernos democráticos opuestos a sus políticas violatorias de la soberanía nacional.

Esta semana, el Departamento de Estado y las declaraciones de Anthony Blinken, titular de esa área, enrarecieron más el clima bilateral. Como cada año, el supuesto informe sobre derechos humanos en otros países, pero no en el propio, donde las violaciones a los derechos humanos son cotidianas, condena a México por temas que caen en la especulación, a partir de comentarios y entrevistas a informantes, intelectuales, académicos, internacionalistas derechistas, tanto mexicanos como de Estados Unidos. Sin documentar los cambios que el gobierno federal ha impulsado, en particular con la intención de combatir la corrupción, la tortura, las ejecuciones, la participación de las fuerzas armadas en violaciones a los derechos humanos, el citado documento fue potenciado por los medios corporativos golpistas mexicanos. Así como los legisladores estadounidenses usan electoralmente asuntos de su país para atacar a México, la prensa y sus amanuenses mexicanos afilan sus intenciones golpistas.

Sin duda, las elecciones en Estados Unidos y México, las intenciones golpistas de partidos políticos, empresarios, elites políticas y económicas, son el contexto de la guerra mediática basada en el fentanilo y un deforme informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado. Recién el 18 de marzo, más de 500 mil mexicanos acudieron al zócalo de la #CDMX para respaldar la política energética de #AMLO, demostrando a políticos y gobierno estadounidenses, así como a la derecha y ultraderecha mexicana, la capacidad de convocatoria del líder mexicano, a pesar de las mentiras cotidianas que los medios corporativos golpistas, las redes sociales y los partidos políticos y empresarios golpistas difunden. La asistencia de Lorenzo Córdova a rendir cuentas de su intento golpista ante la OEA, el Atlantic Council, organismo ligado a la OTAN, y otras instancias derechistas, con la mentira de defender el #INE y la democracia, es claro ejemplo de la guerra mediática actual.

La mentira en la guerra contra el fentanilo queda al descubierto considerando datos de instancias de Estados Unidos (Center for Desease Control, DEA, Cato Institute, etc.): 70% del fentanilo ingresa a la Unión Americana vía Canadá y sus propios puertos, y 86% de los detenidos por tráfico de fentanilo son estadounidenses. En México se han realizado diversas acciones, no solo para detener el tráfico de fentanilo y otros estupefacientes, sino también para revertir la situación que prevalece por la guerra contra las drogas que el espurio Felipe Calderón lanzó para supuestamente resolver el problema interno de adicciones y drogas en la Unión Americana, con armas de ese país, pero con muertos mexicanos. La histérica agresión de legisladores republicanos y demócratas, y el titular del Departamento de Estado, Anthony Blinken, no solo tiene implicaciones para la campaña electoral estadounidense, también para las elecciones en nuestro país de 2024. Las sucesiones presidenciales en ambas naciones son fundamentales para la derecha y ultraderecha que añoran el retorno del régimen de corrupción y saqueo. Del capitalismo de cuates, del capitalismo salvaje y depredador.

martes, 21 de marzo de 2023

Contrastes ciudadanos

 Con excepción de la quema de una piñata con la imagen de la presidenta de la SCJN –reflejo radical del hartazgo de algunos sectores con el Poder Judicial, no solo con sus recientes resoluciones, sino décadas de fallos que favorecen a políticos y oligarcas, y contra la población general- la celebración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, transcurrió sin problemas y reunió a más de 500 mil personas en el zócalo de la #CDMX. Como en otras ocasiones, fue una fiesta de la democracia, con muestras de afecto al mandatario mexicano, con consignas, sin gritos de odio y desprecio. La concentración refrendó la cercanía de miles de ciudadanos con #AMLO y la capacidad organizativa de los mexicanos. Miles llegaron con recursos propios, otros solicitaron apoyo a sus representantes partidistas para el viaje y la estancia, lo que también consigna que los obradoristas y morenistas conocen a sus diputados, senadores y dirigentes.

La convocatoria presidencial para conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, fue marco también para ratificar la postura del gobierno mexicano ante la injerencia e intervencionismo de Estados Unidos, por medio de republicanos y demócratas vociferantes por las desafortunadas muertes de miles de estadounidenses, pero nada hacen para detener el tráfico de fentanilo y otras drogas en su territorio y prevenir las adicciones. Asimismo, puntualizó una de las motivaciones del movimiento obradorista y su partido político Morena: continuidad con cambio de la transformación que encabeza #AMLO y millones de mexicanos que esperan que lo hasta ahora hecho prevalezca, además de impedir que la oligarquía y sus partidos políticos derechistas regresen al poder, lo que resultaría en vuelta al saqueo, corrupción, impunidad y complicidades.

El día después de la concentración por el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, los medios corporativos, redes sociales, escribanos, lectores de noticias y demás columneros de la prensa tradicional, lo único que resaltaron fue la quema de la piñata. Incluso el corrupto Poder Judicial publicó un desplegado condenando el hecho, equiparándolo a violencia de género. Es decir, un lamentable y focalizado suceso es convertido en la narrativa mediática de grupúsculos de la derecha y ultraderecha con el afán de golpear, desacreditar y minar la autoridad moral y política del presidente de la República y sus seguidores. En este contexto, ante la corta y ridícula vida de un evento inflado, la prensa conservadora da cabida al informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos, periodistas y otros temas, documento que refleja bien la hipocresía, doble rasero, injerencia e intervencionismo de ese país.

Ahora bien, el impacto mediático de la quema de la piñata alusiva a la ministra Norma Piña, presidenta de la SCJN, es un intento de inflar un hecho similar que en las #MarchasFifi, redes sociales, columnas de la derecha, es cotidiano: llamados a asesinar al presidente de México de conocidos periodistas y tuiteros; quema de la figura presidencial; solicitud de quemar vivos en el zócalo de la #CDMX a militantes de Morena; insultos a la esposa del presidente y su hijo menor; narrativa insultante y mentirosa en los medios corporativos que raya en el golpismo fascistoide. Discurso a tono los oradores, convocantes y grupos intolerantes de la última #MarchaFifi, en la que se quemó una piñata con la figura de #AMLO, y quienes leyeron un par de documentos promovieron la polarización, el sesgo, el ataque y el insulto a base de mentiras. El contraste ciudadano entre una y otra concentración va de la fiesta y alegría, al odio, desprecio, gente defendiendo privilegios, saqueo, corrupción, fraude electoral.

Igualmente, la oligarquía política y económica convocante no suscita afecto, cercanía. A sus oradores nadie los abrazaba, nadie los respetaba. Los escucharon y se fueron. Unos a sus mansiones, otros, los engañados con mentiras, a sus departamentos y casas rentadas a seguir rumiando sus odios y desprecio. La derecha y ultraderecha y su cotidianeidad.

domingo, 19 de marzo de 2023

La derecha, el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza y el tren maya

 La derecha mexicana, a través de sus organizaciones pseudoambientalistas, financiadas por gobiernos extranjeros y empresarios golpistas, continúan sus ataques al gobierno mexicano, el presidente de México y la #4T. En evidente actitud intervencionista, el autollamado Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza orquestó una supuesta consulta entre algunas comunidades mayas por cuyos territorios atraviesa el Tren Maya, para “ordenar” el cese inmediato del megaproyecto. Los medios corporativos mexicanos retomaron el resultado de dicha reunión con la finalidad de atacar la emblemática obra, sin cuestionar que esa organización solo congregó a “líderes” opositores de las poblaciones convocadas, sin documentar argumentos a favor del Tren Maya, además de que ese organismo carece de representatividad y sus cónclaves no son vinculantes.

El autonombrado Tribunal fue creado en 2014, tiene su sede en Ecuador, y está conformado por “jueces y juezas” que al parecer se autoeligieron, dicen defender los “derechos de la tierra” y su financiamiento es opaco. Sin duda este tipo de organismos surgen del activismo y preocupación por la problemática ambiental, el cambio climático y el impacto de la explotación irracional de los recursos, pero también son parte del abandono promovido por el neoliberalismo y los gobiernos neoliberales, y del nuevo corporativismo y clientelismo neoliberal. Son organizaciones financiadas por la derecha, Estados Unidos, la Unión Europea y una serie de organizaciones por medio de las cuales las empresas transnacionales, la oligarquía, algunos multimillonarios supuestamente filántropos, diluyen parte de sus ostentosas ganancias para “atender” una problemática que las mismas multinacionales han generado.

Sin embargo, los buenos deseos del autollamado Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza no llegan al fondo de la problemática que dicen combatir: la devastación y depredación capitalista. Recordemos que solo durante la pandemia de COVID 19, las farmacéuticas estadounidenses, europeas y chinas incrementaron sus ganancias de manera perversa y morbosa. Y muchas de estas empresas financian a las organizaciones que dicen defender la naturaleza, los pueblos originarios y los derechos de la gente. Mientras estas organizaciones no se deslinden del financiamiento empresarial, sus vínculos con la derecha, la oligarquía y el Lawfare que busca derrocar gobiernos democráticos, sus acciones se verán limitadas a la narrativa golpista derechista.

Asimismo, no vemos en México que este tipo de grupúsculos se deslinde y combata evidentes desastres ambientales que afectan la salud de múltiples pueblos, como ha sido el caso de las mineras, las empresas de supuestas energías limpias que manipulan los precios de la energía, además de que se han apropiado de territorios de los pueblos originarios sin otorgarles el bienestar que dicen promover con sus energías alternas. Tampoco hemos conocido sobre su posicionamiento contra la devastación de la empresa Calica, asentada en Quintana Roo, y que ha provocado tremendo desastre ambiental extrayendo materiales para exportar a Estados Unidos para la construcción de carreteras en ese país. Permiso que fue concedido durante el gobierno neoliberal de Ernesto Zedillo.

El autollamado Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza tiene una narrativa clara, cercana a la derecha golpista. El Tren Maya, según amparos promovidos por la derecha empresarial mexicana es un desperdicio de dinero y afecta el ambiente, la flora y la fauna a su paso. Como la megaobra avanza y no hay impedimento legal para su consecución, entonces los pseudoambientalistas financiados por la oligarquía golpista mexicana recurren a un organiasmo que solo se autorrepresenta, y cuyos fallos no recogen la realidad de una zona abandonada por décadas. Le apuesta a la balcanización y fragmentación de México. Otra ONG derechista.

viernes, 17 de marzo de 2023

La “izquierda verdadera” y sus “causas”

 En los alegatos de la “izquierda verdadera” y la derecha sobresale un objetivo común: golpear a AMLO, la 4T y la izquierda electoral representada por Morena. Pero este fin diverge en las dos tendencias políticas e ideológicas. Con el neoliberalismo, una buena parte de la izquierda mexicana y mundial, en general, se quedó sin causas. Múltiples ONG y OSC fueron capturando las diversas causas sociales que regularmente movían a distintos grupos izquierdistas –de los moderados a los extremistas. Las ONG y OSC han estado ligadas, la mayoría, a la derecha; algunas a la izquierda. Y en conjunto, fueron cooptadas también por el Estado, los gobiernos neoliberales y los gobiernos extranjeros. Durante el neoliberalismo en México, a través de la SEDESOL se construyó un padrón para financiar a ONG y OSC con dinero público, además de regularlas, incidir en las causas que lideraban, corporativizarlas y convertirlas en clientelas políticas.

La izquierda en general, en el contexto del colapso del Muro de Berlín, la Unión Soviética y el rechazo al marxismo, se convirtió en paria sin causas, mientras el neoliberalismo asaltaba el poder económico y político enarbolando la globalización como su mayor triunfo. El Consenso de Washington, no solo buscó replantear las bases del capitalismo en crisis, sino también imponer el neoliberalismo como el pensamiento único. Francis Fukuyama fue enfático cuando afirmó que la historia se había terminado y la acumulación de capital reinaría por siempre. La humanidad ya no podía esperar otro sistema económico y social. El neoliberalismo había llegado para socavar todos los ideales de cambio y transformación, radical o moderada, con el mercado como único principio de las relaciones sociales y económicas. En este marco, la izquierda se fragmentó, agazapó y algunos miembros antes prominentes en las luchas sociales, se entregaron al neoliberalismo.

El movimiento encabezado por AMLO, se abrió a múltiples grupos y tendencias, pero lo fundamental fue su enraizamiento en las movilizaciones y luchas de los pueblos, recuperando causas y reorientando la contienda y sus objetivos. En el camino, parte de la izquierda abrazó el neoliberalismo; otro sector, encontró en la academia y los medios corporativos, su lugar. El problema es que esa izquierda se quedó sin causas sociales, mientras construía torres de marfil en las universidades públicas y escribía para revistas académicas o de divulgación política. Detrás de su narrativa academicista y análisis sustentados en los paradigmas vigentes, estaba la necesidad de prestigio, el gozo de privilegios, la competencia exacerbada por la tecnocracia neoliberal por medio de organismos que fomentaban la investigación científica y tecnológica, y los sistemas de premios a investigadores noveles y consolidados.

Y el neoliberalismo se impuso. No solo respecto a las torres de marfil en las universidades públicas, las que a través de sindicatos que presionaban por demandas justas que se convirtieron en privilegios de académicos, sino por medio de la constitución de un sistema nacional que obligaba a competir por premios económicos, prestigio por publicaciones arbitradas, asistencia a congresos, posiciones en la estructura académica, y disolución de ideologías y posturas políticas “radicales”. El proceso implicó, para muchos académicos, asumir el neoliberalismo sin crítica. Incluso, algunos académicos que durante el periodo neoliberal se seguían asumiendo de izquierda, radicalizaron sus posiciones en contra de la lucha de los pueblos. Muy pocos denunciaron o se movilizaron por los crímenes de lesa humanidad del gobierno de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto. Algunos, para vergüenza de la izquierda radical y moderada, dudaron de las evidencias no oficiales sobre el caso Ayotzinapa.

Actualmente, la “izquierda verdadera” es un remedo de derecha e izquierdismo sin causas sociales y políticas. En los medios corporativos y marchas de la derecha, se suman a la narrativa y las complicidades de la derecha golpista. Su objetivo es AMLO, no las causas sociales.

jueves, 9 de marzo de 2023

Entre narcogobiernos y narcopartidos

 A tres años de su detención en Estados Unidos, finalmente Genero García Luna fue imputado con cinco cargos y llevado a juicio en enero de 2023, en el cual 12 jurados lo declararon culpable por unanimidad, esperando en junio que el juez dicte sentencia, la cual podría ir de 20 años a cadena perpetua. Durante su aprehensión, en México comenzó a pergeñarse una campaña mediática en su defensa, la que escaló a tonos histéricos y absurdos mientras se realizaba el juicio. El fallo causó estupor entre sus defensores en el país: periodistas, propietarios y directivos de medios corporativos, columnistas, dueños y dueñas de organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, políticos, exfuncionarios que compartieron posiciones en las administraciones del PAN en los 12 años que este partido ocupó el gobierno federal.

Sin duda, la unánime culpabilidad comenzó a causar estragos en los círculos en los que se defendía –se sigue defendiendo- a Genaro García Luna. De la narrativa de los testimonios de delincuentes y la ausencia de pruebas, videos, documentos, se pasó a la negación mediática, absurdos posicionamientos del PAN –no era militante-, seguir culpando al presidente de México –en la estupidez de varios columneros de los medios corporativos se llegó a afirmar que AMLO tenía algún trato o manipulaba al sistema judicial de Estados Unidos, al embajador estadounidense, a los fiscales, al propio presidente Joe Biden- y protagonizar maromas narrativas –como su exjefe Felipe Calderón- que insisten en que no supieron, no estaban enterados, y defender la esquizofrénica guerra contra el narco.

El PAN, sus políticos, exfuncionarios, los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón al insistir en que Genaro García Luna no era militante o que no sabían de sus andanzas delincuenciales, parecen haber entrado en una espiral de absurdos y negación que los exhibe en su hipocresía, cinismo, complicidad e impunidad. A pesar de la negación, hoy tenemos certeza que Genaro García Luna tejió una extensa red de complicidad, impunidad e intereses que incluyó a periodistas, propietarios y directivos de medios corporativos, columnistas, cabezas de organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, políticos, exfuncionarios de las dos administraciones del PAN en los 12 años que ¿gobernó? Si bien, el exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón se formó en las catacumbas del PRI, es con el PAN y sus aliados que adquirió amplio poder, apoyado por su exjefe el expresidente panista.

La narrativa de los medios corporativos, intentando seguir defendiendo a Genaro García Luna y promover nueva campaña a favor de Felipe Calderón, solo parece mostrar cómo la espiral de corrupción, violencia, complicidad, saqueo y corrupción que ambos generaron y promovieron, los arrastra a ambos, incluyendo a su partido, el PAN. Aquel partido de la victoria cultural –Carlos Castillo Peraza dixit- hoy se ve atrapado por las prácticas delincuenciales de uno de sus funcionarios, celebradas por uno de sus expresidentes. Negarlo no favorece la cultura cristiana de los muy católicos panistas. El PAN que tranzó con el PRI para ocupar la presidencia de la República, no solo heredó las corruptelas priistas, sino que se sumó al saqueo y la corrupción poniéndole su propio sello. Cuando Vicente Fox arribó a la presidencia, era un político en bancarrota; Felipe Calderón era un clasemediero, de ingresos medios. Después de haber dejado la presidencia ambos han exhibido groseros comportamientos de nuevos ricos que por lo menos son sospechosos.

Genaro García Luna está arrastrando al PAN y sus políticos, incluidos los expresidentes Fox y Calderón, a su laberinto de corrupción y delincuencia institucionalizada. Su silencio e intentos de hacerse a un lado, no logrará que millones de mexicanos olviden que el narco fue su funcionario y que su jefe es panista. A los fraudes electorales se suman sus narcogobiernos.

domingo, 5 de marzo de 2023

La “izquierda verdadera” y la derecha

El arribo del actual presidente de la República al Poder Ejecutivo en 2018, no solo implicó la movilización de millones de ciudadanos que han visto en AMLO al político y luchador social capaz de promover y llevar a cabo cambios profundos en los diversos ámbitos de la vida nacional, sino también rupturas con algunos sectores de la izquierda electoral, intelectual y extrema. La frase “primero los pobres” y la continua referencia al neoliberalismo, como una etapa en la que la sociedad mexicana entró en cruciales retrocesos, los cuales afectaron sobre todo a los sectores más vulnerables, marcan un parteaguas en la historia reciente. Pero es el proceso global que ha sido nombrado la 4ª transformación, lo que ha causado choques ideológicos y políticos con la derecha y la izquierda, hoy asumida como la supuesta “izquierda verdadera”. Lo menos que la “izquierda verdadera” ha dicho de AMLO, su partido Morena y el gobierno que encabeza, es que no es de izquierda. Incluso, fracciones de izquierda comunista y radical repelen con particular denostación al primer mandatario y sus seguidores.

Como quiera, la causa de los pobres, como elemento central de la movilización social y política obradorista y morenista, deja en entredicho a la “izquierda verdadera”, la que bajo el neoliberalismo perdió, por diversas razones, causas que históricamente abanderó la izquierda y sus distintas expresiones. Los derechos humanos, el feminismo, los derechos reproductivos de las mujeres, la paz, la pobreza, entre otros, fueron capturados por algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) y organizaciones de la sociedad civil (OSC) ligadas al neoliberalismo y la derecha. Los gobiernos neoliberales e imperialistas, supieron organizar y regular a las ONG y OSC por medio de generosas aportaciones gubernamentales, condonación de impuestos y financiamiento de agencias de gobiernos extranjeros (Estados Unidos, la Unión Europea) y empresarios. En México, la SEDESOL (Secretaría de Desarrollo Social), cuyas primearas versiones fueron instituidas por Carlos Salinas de Gortari, levantó un padrón de ONG y OSC que recibían recursos públicos, prevaleciendo opacidad, enriquecimiento y desvío de dinero público.

La llamada “izquierda verdadera”, además de que se ha convertido en un fantasma político, cuya narrativa está cada vez más cerca de la derecha, ya es un referente academicista de temas y problemas de los que se alejan sin pudor, mientras que, por un lado, critican y denostan al presidente de México y todas las políticas que lleve a cabo, y por el otro, se apuran a celebrar soterradamente a la derecha. Es el caso de la reciente #MarchaFifi, la que con acarreados, amenazados y ciudadanos henchidos de odio y desprecio llenó el zócalo de la Ciudad de México. Una hazaña realmente importante, pero que no implica organicidad ni una movilización social. Las cúpulas partidistas y empresariales son las que los convocan, por medio de mecanismos corporativos y clientelares, pero no les interesa organizar más allá de la denostación que puede ser constatada en diversos videos compartidos en redes sociales.

Sin embargo, apenas terminada la #MarchaFifi, cuya concentración en el zócalo de la Ciudad de México duró apenas 45 minutos y durante los discursos se fueron retirando cientos de marchistas, la “izquierda verdadera” se apuró a decir que, si AMLO no aquilataba el peso de dicha marcha, era miope. El problema de la “izquierda verdadera”, como se puede constatar en la prensa escrita, es la sobrevaloración sin contexto de quienes asistieron a la marcha, a pesar de los abundantes testimonios sobre los diversos asistentes y la estulticia de los oradores. Los ciudadanos que se reunieron en el simbólico corazón capitalino, hicieron un gran esfuerzo para acudir a una reunión en la que muchos no tenían la menor idea de lo que fueron a defender. Para los convocantes el “INE no se toca”, pero para varios de los miles que asistieron sus motivos divergieron de lo que los oradores y los que pagaron, lo que la “izquierda verdadera” no vio ni verá jamás.

miércoles, 1 de marzo de 2023

Leguleyos y Lawfare

 A juzgar por los recientes acontecimientos (juez deja sin efecto orden de aprehensión contra el exnarcogoberladrón Francisco García Cabeza de Vaca, liberan y retiran cargos a Rosario Robles por la Estafa Maestra, desbloquean cuentas de la esposa del exnarcofuncionario Genaro García Luna y uno de sus narcoamigos Luis Cárdenas Palomino, entre otros), las argucias leguleyas de distintos jueces del Poder Judicial van caminando. Al parecer, la orden de la ministra presidenta Norma Piña declarando la “autonomía” de los juzgadores, está siendo bien aplicada por las mafias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Consejo de la Judicatura y el Poder Judicial. El Lawfare y el golpe blando avanzan liberando a acusados por narcos, torturadores, corruptos, saqueadores y desbloqueando dinero saqueado del erario público procedente del narco. ¿Sumando “líderes” a la oposición derechista y ultraderechista? ¿Es cool ser amigo, cómplice y de corruptos y saqueadores?

Uno de los aspectos centrales del Lawfare, es el uso faccioso, partidista y oligárquico de la normatividad jurídica contra los gobiernos progresistas y de izquierda, electos democráticamente, pero en estos casos la oligarquía está usando al Poder Judicial para reconformar la estructura de las elites políticas con sus viejas piezas que hoy se llaman “perseguidos políticos”. Se está reforzando e integrando también un cartel de jueces que abusa de las leyes para limpiar delitos y mafiosos políticos, quizás en ensayo de lo que podría venir ante las elecciones en 2023 y 2024. La “defensa” del INE, la congregación de ciudadanos del 26 de febrero, la desaparición de cargos a delincuentes, son parte del escenario de una vía del Lawfare. El Estado de leyes construido en la globalización. Sabemos que muchas regulaciones –comerciales, derechos, finanzas, etc.- fueron impuestas por organismos multilaterales promovidos y financiados por los estados imperiales, las multinacionales y la oligarquía globalizadora.

La serie de amparos concedidos y reversiones de procesos jurídicos, muestran a un Poder Judicial corrupto y preparado para golpear la democracia, sin importar la justicia ni los derechos de millones de ciudadanos. Parece obvio que el discurso de la ministra Piña al asumir la presidencia de la SCJN, fue simple retórica respecto a la equidad de género y la protección de los derechos de las mujeres. Nada extraño sería que la SCJN, la Judicatura, los jueces, actúen para revertir derechos ganados por años de lucha ciudadana. La SCJN y los órganos autónomos persisten en la violación de la Constitución, que establece que ningún funcionario público puede tener un salario mayor al del presidente de la República. Asimismo, los organismos encargados de regular la industria energética, violentan la Constitución al amparar y dictar normas que favorecen los monopolios privados. El libre mercado tan defendido por las leyes, solo funciona cuando la empresa privada es favorecida.

El 26 de febrero pasado, la #MarchaFifi exigió a la SCJN revertir, sin argumentos, sin un estudio técnico-jurídico, el Plan B de la reforma electoral. Tanto el exministro Cossio y la priista Beatriz Pagés, oradores de la congregación de las cúpulas de la derecha y ultraderecha mexicanas, mienten al descalificar las reformas a las leyes electorales. Sus discursos se movieron entre la diatriba, la mentira, la manipulación, la complicidad y la arenga a favor del saqueo y la corrupción, además de la narrativa del odio y el desprecio clasista, político e ideológico contra un presidente mexicano y el proyecto de transformación en marcha. No cabe duda que el neocorporativismo y neoclientelismo encabezado por las cúpulas empresariales nacionales y extranjeras, las mafias políticas partidistas y ciudadanos engañados, muchos de los cuales consintieron en ceder sus derechos ciudadanos y libre albedrío para proteger a delincuentes, no solo electorales, sino también de cuello blanco y narcos. Es lo que le espera a este país: un Poder Judicial golpista.