jueves, 9 de marzo de 2023

Entre narcogobiernos y narcopartidos

 A tres años de su detención en Estados Unidos, finalmente Genero García Luna fue imputado con cinco cargos y llevado a juicio en enero de 2023, en el cual 12 jurados lo declararon culpable por unanimidad, esperando en junio que el juez dicte sentencia, la cual podría ir de 20 años a cadena perpetua. Durante su aprehensión, en México comenzó a pergeñarse una campaña mediática en su defensa, la que escaló a tonos histéricos y absurdos mientras se realizaba el juicio. El fallo causó estupor entre sus defensores en el país: periodistas, propietarios y directivos de medios corporativos, columnistas, dueños y dueñas de organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, políticos, exfuncionarios que compartieron posiciones en las administraciones del PAN en los 12 años que este partido ocupó el gobierno federal.

Sin duda, la unánime culpabilidad comenzó a causar estragos en los círculos en los que se defendía –se sigue defendiendo- a Genaro García Luna. De la narrativa de los testimonios de delincuentes y la ausencia de pruebas, videos, documentos, se pasó a la negación mediática, absurdos posicionamientos del PAN –no era militante-, seguir culpando al presidente de México –en la estupidez de varios columneros de los medios corporativos se llegó a afirmar que AMLO tenía algún trato o manipulaba al sistema judicial de Estados Unidos, al embajador estadounidense, a los fiscales, al propio presidente Joe Biden- y protagonizar maromas narrativas –como su exjefe Felipe Calderón- que insisten en que no supieron, no estaban enterados, y defender la esquizofrénica guerra contra el narco.

El PAN, sus políticos, exfuncionarios, los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón al insistir en que Genaro García Luna no era militante o que no sabían de sus andanzas delincuenciales, parecen haber entrado en una espiral de absurdos y negación que los exhibe en su hipocresía, cinismo, complicidad e impunidad. A pesar de la negación, hoy tenemos certeza que Genaro García Luna tejió una extensa red de complicidad, impunidad e intereses que incluyó a periodistas, propietarios y directivos de medios corporativos, columnistas, cabezas de organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, políticos, exfuncionarios de las dos administraciones del PAN en los 12 años que ¿gobernó? Si bien, el exsecretario de Seguridad de Felipe Calderón se formó en las catacumbas del PRI, es con el PAN y sus aliados que adquirió amplio poder, apoyado por su exjefe el expresidente panista.

La narrativa de los medios corporativos, intentando seguir defendiendo a Genaro García Luna y promover nueva campaña a favor de Felipe Calderón, solo parece mostrar cómo la espiral de corrupción, violencia, complicidad, saqueo y corrupción que ambos generaron y promovieron, los arrastra a ambos, incluyendo a su partido, el PAN. Aquel partido de la victoria cultural –Carlos Castillo Peraza dixit- hoy se ve atrapado por las prácticas delincuenciales de uno de sus funcionarios, celebradas por uno de sus expresidentes. Negarlo no favorece la cultura cristiana de los muy católicos panistas. El PAN que tranzó con el PRI para ocupar la presidencia de la República, no solo heredó las corruptelas priistas, sino que se sumó al saqueo y la corrupción poniéndole su propio sello. Cuando Vicente Fox arribó a la presidencia, era un político en bancarrota; Felipe Calderón era un clasemediero, de ingresos medios. Después de haber dejado la presidencia ambos han exhibido groseros comportamientos de nuevos ricos que por lo menos son sospechosos.

Genaro García Luna está arrastrando al PAN y sus políticos, incluidos los expresidentes Fox y Calderón, a su laberinto de corrupción y delincuencia institucionalizada. Su silencio e intentos de hacerse a un lado, no logrará que millones de mexicanos olviden que el narco fue su funcionario y que su jefe es panista. A los fraudes electorales se suman sus narcogobiernos.

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