El arribo del actual presidente de la República al Poder Ejecutivo en 2018, no solo implicó la movilización de millones de ciudadanos que han visto en AMLO al político y luchador social capaz de promover y llevar a cabo cambios profundos en los diversos ámbitos de la vida nacional, sino también rupturas con algunos sectores de la izquierda electoral, intelectual y extrema. La frase “primero los pobres” y la continua referencia al neoliberalismo, como una etapa en la que la sociedad mexicana entró en cruciales retrocesos, los cuales afectaron sobre todo a los sectores más vulnerables, marcan un parteaguas en la historia reciente. Pero es el proceso global que ha sido nombrado la 4ª transformación, lo que ha causado choques ideológicos y políticos con la derecha y la izquierda, hoy asumida como la supuesta “izquierda verdadera”. Lo menos que la “izquierda verdadera” ha dicho de AMLO, su partido Morena y el gobierno que encabeza, es que no es de izquierda. Incluso, fracciones de izquierda comunista y radical repelen con particular denostación al primer mandatario y sus seguidores.
Como quiera, la causa de los pobres, como elemento central de la
movilización social y política obradorista y morenista, deja en entredicho a la
“izquierda verdadera”, la que bajo el neoliberalismo perdió, por diversas
razones, causas que históricamente abanderó la izquierda y sus distintas
expresiones. Los derechos humanos, el feminismo, los derechos reproductivos de
las mujeres, la paz, la pobreza, entre otros, fueron capturados por algunas
organizaciones no gubernamentales (ONG) y organizaciones de la sociedad civil
(OSC) ligadas al neoliberalismo y la derecha. Los gobiernos neoliberales e
imperialistas, supieron organizar y regular a las ONG y OSC por medio de
generosas aportaciones gubernamentales, condonación de impuestos y
financiamiento de agencias de gobiernos extranjeros (Estados Unidos, la Unión
Europea) y empresarios. En México, la SEDESOL (Secretaría de Desarrollo
Social), cuyas primearas versiones fueron instituidas por Carlos Salinas de
Gortari, levantó un padrón de ONG y OSC que recibían recursos públicos,
prevaleciendo opacidad, enriquecimiento y desvío de dinero público.
La llamada “izquierda verdadera”, además de que se ha convertido en un
fantasma político, cuya narrativa está cada vez más cerca de la derecha, ya es
un referente academicista de temas y problemas de los que se alejan sin pudor,
mientras que, por un lado, critican y denostan al presidente de México y todas
las políticas que lleve a cabo, y por el otro, se apuran a celebrar
soterradamente a la derecha. Es el caso de la reciente #MarchaFifi, la que con
acarreados, amenazados y ciudadanos henchidos de odio y desprecio llenó el
zócalo de la Ciudad de México. Una hazaña realmente importante, pero que no
implica organicidad ni una movilización social. Las cúpulas partidistas y
empresariales son las que los convocan, por medio de mecanismos corporativos y
clientelares, pero no les interesa organizar más allá de la denostación que
puede ser constatada en diversos videos compartidos en redes sociales.
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