martes, 21 de marzo de 2023

Contrastes ciudadanos

 Con excepción de la quema de una piñata con la imagen de la presidenta de la SCJN –reflejo radical del hartazgo de algunos sectores con el Poder Judicial, no solo con sus recientes resoluciones, sino décadas de fallos que favorecen a políticos y oligarcas, y contra la población general- la celebración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, transcurrió sin problemas y reunió a más de 500 mil personas en el zócalo de la #CDMX. Como en otras ocasiones, fue una fiesta de la democracia, con muestras de afecto al mandatario mexicano, con consignas, sin gritos de odio y desprecio. La concentración refrendó la cercanía de miles de ciudadanos con #AMLO y la capacidad organizativa de los mexicanos. Miles llegaron con recursos propios, otros solicitaron apoyo a sus representantes partidistas para el viaje y la estancia, lo que también consigna que los obradoristas y morenistas conocen a sus diputados, senadores y dirigentes.

La convocatoria presidencial para conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, fue marco también para ratificar la postura del gobierno mexicano ante la injerencia e intervencionismo de Estados Unidos, por medio de republicanos y demócratas vociferantes por las desafortunadas muertes de miles de estadounidenses, pero nada hacen para detener el tráfico de fentanilo y otras drogas en su territorio y prevenir las adicciones. Asimismo, puntualizó una de las motivaciones del movimiento obradorista y su partido político Morena: continuidad con cambio de la transformación que encabeza #AMLO y millones de mexicanos que esperan que lo hasta ahora hecho prevalezca, además de impedir que la oligarquía y sus partidos políticos derechistas regresen al poder, lo que resultaría en vuelta al saqueo, corrupción, impunidad y complicidades.

El día después de la concentración por el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, los medios corporativos, redes sociales, escribanos, lectores de noticias y demás columneros de la prensa tradicional, lo único que resaltaron fue la quema de la piñata. Incluso el corrupto Poder Judicial publicó un desplegado condenando el hecho, equiparándolo a violencia de género. Es decir, un lamentable y focalizado suceso es convertido en la narrativa mediática de grupúsculos de la derecha y ultraderecha con el afán de golpear, desacreditar y minar la autoridad moral y política del presidente de la República y sus seguidores. En este contexto, ante la corta y ridícula vida de un evento inflado, la prensa conservadora da cabida al informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos, periodistas y otros temas, documento que refleja bien la hipocresía, doble rasero, injerencia e intervencionismo de ese país.

Ahora bien, el impacto mediático de la quema de la piñata alusiva a la ministra Norma Piña, presidenta de la SCJN, es un intento de inflar un hecho similar que en las #MarchasFifi, redes sociales, columnas de la derecha, es cotidiano: llamados a asesinar al presidente de México de conocidos periodistas y tuiteros; quema de la figura presidencial; solicitud de quemar vivos en el zócalo de la #CDMX a militantes de Morena; insultos a la esposa del presidente y su hijo menor; narrativa insultante y mentirosa en los medios corporativos que raya en el golpismo fascistoide. Discurso a tono los oradores, convocantes y grupos intolerantes de la última #MarchaFifi, en la que se quemó una piñata con la figura de #AMLO, y quienes leyeron un par de documentos promovieron la polarización, el sesgo, el ataque y el insulto a base de mentiras. El contraste ciudadano entre una y otra concentración va de la fiesta y alegría, al odio, desprecio, gente defendiendo privilegios, saqueo, corrupción, fraude electoral.

Igualmente, la oligarquía política y económica convocante no suscita afecto, cercanía. A sus oradores nadie los abrazaba, nadie los respetaba. Los escucharon y se fueron. Unos a sus mansiones, otros, los engañados con mentiras, a sus departamentos y casas rentadas a seguir rumiando sus odios y desprecio. La derecha y ultraderecha y su cotidianeidad.

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