Con excepción de la quema de una piñata con la imagen de la presidenta de la SCJN –reflejo radical del hartazgo de algunos sectores con el Poder Judicial, no solo con sus recientes resoluciones, sino décadas de fallos que favorecen a políticos y oligarcas, y contra la población general- la celebración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, transcurrió sin problemas y reunió a más de 500 mil personas en el zócalo de la #CDMX. Como en otras ocasiones, fue una fiesta de la democracia, con muestras de afecto al mandatario mexicano, con consignas, sin gritos de odio y desprecio. La concentración refrendó la cercanía de miles de ciudadanos con #AMLO y la capacidad organizativa de los mexicanos. Miles llegaron con recursos propios, otros solicitaron apoyo a sus representantes partidistas para el viaje y la estancia, lo que también consigna que los obradoristas y morenistas conocen a sus diputados, senadores y dirigentes.
La convocatoria presidencial para conmemorar el 85 aniversario de la
Expropiación Petrolera, fue marco también para ratificar la postura del
gobierno mexicano ante la injerencia e intervencionismo de Estados Unidos, por
medio de republicanos y demócratas vociferantes por las desafortunadas muertes
de miles de estadounidenses, pero nada hacen para detener el tráfico de
fentanilo y otras drogas en su territorio y prevenir las adicciones. Asimismo,
puntualizó una de las motivaciones del movimiento obradorista y su partido
político Morena: continuidad con cambio de la transformación que encabeza #AMLO
y millones de mexicanos que esperan que lo hasta ahora hecho prevalezca, además
de impedir que la oligarquía y sus partidos políticos derechistas regresen al
poder, lo que resultaría en vuelta al saqueo, corrupción, impunidad y
complicidades.
El día después de la concentración por el 85 aniversario de la
Expropiación Petrolera, los medios corporativos, redes sociales, escribanos,
lectores de noticias y demás columneros de la prensa tradicional, lo único que
resaltaron fue la quema de la piñata. Incluso el corrupto Poder Judicial
publicó un desplegado condenando el hecho, equiparándolo a violencia de género.
Es decir, un lamentable y focalizado suceso es convertido en la narrativa
mediática de grupúsculos de la derecha y ultraderecha con el afán de golpear,
desacreditar y minar la autoridad moral y política del presidente de la
República y sus seguidores. En este contexto, ante la corta y ridícula vida de
un evento inflado, la prensa conservadora da cabida al informe del Departamento
de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos, periodistas y otros
temas, documento que refleja bien la hipocresía, doble rasero, injerencia e
intervencionismo de ese país.
Ahora bien, el impacto mediático de la quema de la piñata alusiva a la
ministra Norma Piña, presidenta de la SCJN, es un intento de inflar un hecho
similar que en las #MarchasFifi, redes sociales, columnas de la derecha, es
cotidiano: llamados a asesinar al presidente de México de conocidos periodistas
y tuiteros; quema de la figura presidencial; solicitud de quemar vivos en el
zócalo de la #CDMX a militantes de Morena; insultos a la esposa del presidente
y su hijo menor; narrativa insultante y mentirosa en los medios corporativos
que raya en el golpismo fascistoide. Discurso a tono los oradores, convocantes
y grupos intolerantes de la última #MarchaFifi, en la que se quemó una piñata
con la figura de #AMLO, y quienes leyeron un par de documentos promovieron la
polarización, el sesgo, el ataque y el insulto a base de mentiras. El contraste
ciudadano entre una y otra concentración va de la fiesta y alegría, al odio,
desprecio, gente defendiendo privilegios, saqueo, corrupción, fraude electoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario