viernes, 24 de marzo de 2023

Fentanilo: guerra mediática

 Desde hace algunas semanas, legisladores estadounidenses, republicanos y demócratas, arreciaron sus campañas mediáticas contra México, tomando como referentes su interés por declarar a los carteles del narcotráfico mexicanos como organizaciones terroristas y la crisis de opioides que azota a Estados Unidos. En ambos casos, resalta el uso electoral de asuntos que atañen a ese país, pero de lo poco que hacen para impedir o paliar el grave problema de las adicciones y las muertes que causa el fentanilo, además de no combatir las redes delincuenciales que introducen y distribuyen en la Unión Americana la mortal droga. Históricamente, en esa nación cualquier conflicto interno se busca resolverlo por medio de la injerencia, intervencionismo, golpes de estado y minando de gobiernos democráticos opuestos a sus políticas violatorias de la soberanía nacional.

Esta semana, el Departamento de Estado y las declaraciones de Anthony Blinken, titular de esa área, enrarecieron más el clima bilateral. Como cada año, el supuesto informe sobre derechos humanos en otros países, pero no en el propio, donde las violaciones a los derechos humanos son cotidianas, condena a México por temas que caen en la especulación, a partir de comentarios y entrevistas a informantes, intelectuales, académicos, internacionalistas derechistas, tanto mexicanos como de Estados Unidos. Sin documentar los cambios que el gobierno federal ha impulsado, en particular con la intención de combatir la corrupción, la tortura, las ejecuciones, la participación de las fuerzas armadas en violaciones a los derechos humanos, el citado documento fue potenciado por los medios corporativos golpistas mexicanos. Así como los legisladores estadounidenses usan electoralmente asuntos de su país para atacar a México, la prensa y sus amanuenses mexicanos afilan sus intenciones golpistas.

Sin duda, las elecciones en Estados Unidos y México, las intenciones golpistas de partidos políticos, empresarios, elites políticas y económicas, son el contexto de la guerra mediática basada en el fentanilo y un deforme informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado. Recién el 18 de marzo, más de 500 mil mexicanos acudieron al zócalo de la #CDMX para respaldar la política energética de #AMLO, demostrando a políticos y gobierno estadounidenses, así como a la derecha y ultraderecha mexicana, la capacidad de convocatoria del líder mexicano, a pesar de las mentiras cotidianas que los medios corporativos golpistas, las redes sociales y los partidos políticos y empresarios golpistas difunden. La asistencia de Lorenzo Córdova a rendir cuentas de su intento golpista ante la OEA, el Atlantic Council, organismo ligado a la OTAN, y otras instancias derechistas, con la mentira de defender el #INE y la democracia, es claro ejemplo de la guerra mediática actual.

La mentira en la guerra contra el fentanilo queda al descubierto considerando datos de instancias de Estados Unidos (Center for Desease Control, DEA, Cato Institute, etc.): 70% del fentanilo ingresa a la Unión Americana vía Canadá y sus propios puertos, y 86% de los detenidos por tráfico de fentanilo son estadounidenses. En México se han realizado diversas acciones, no solo para detener el tráfico de fentanilo y otros estupefacientes, sino también para revertir la situación que prevalece por la guerra contra las drogas que el espurio Felipe Calderón lanzó para supuestamente resolver el problema interno de adicciones y drogas en la Unión Americana, con armas de ese país, pero con muertos mexicanos. La histérica agresión de legisladores republicanos y demócratas, y el titular del Departamento de Estado, Anthony Blinken, no solo tiene implicaciones para la campaña electoral estadounidense, también para las elecciones en nuestro país de 2024. Las sucesiones presidenciales en ambas naciones son fundamentales para la derecha y ultraderecha que añoran el retorno del régimen de corrupción y saqueo. Del capitalismo de cuates, del capitalismo salvaje y depredador.

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