jueves, 30 de marzo de 2023

Tragedias migrantes

La migración actualmente está más allá del hecho histórico de los grupos humanos saliendo de África, recorriendo grandes distancias, en parte siguiendo a los animales de la época para cazarlos y obtener la proteína necesaria para su sobrevivencia biológica, en parte para explorar y poblar regiones desconocidas para sobrevivir ante situaciones adversas donde la humanidad evolucionó primariamente. Emigrar no es una situación meramente biológica, sino un proceso social, en el entendido que los humanos y humanas históricos, jamás tuvieron consciencia de que perseguir una presa implicaba su propia evolución; en realidad, estaba en juego su sobrevivencia. Un instinto básico de cualquier ser vivo. Pero el fenómeno migratorio toma aristas distintas ante un mundo en el que existen fronteras administrativas, nacionales, políticas, sociales, económicas y culturales. La ignorancia de quienes vociferan que la migración es un hecho “biológico” es evidente.

Sin duda, a los Estados-nación actuales no les importa que los ignorantes afirmen que la migración es un “hecho biológico”, porque desde su perspectiva y la de sus poblaciones, las fronteras políticas y administrativas marcan líneas reconocidas de los límites de sus naciones y que deben “proteger” ante cualquier violación o internación no regulada. En la Unión Europea las tragedias migrantes son cotidianas. La prensa da cuenta de cientos y miles de ciudadanos de África, en barcazas precarias o saltando verjas, intentan alcanzar algún país europeo, mientras las autoridades los compelen y cientos mueren en el intento. Lo anterior da cuenta de que la migración no es un “simple hecho biológico”, porque el mundo está conformado por Estados-nación que, por xenofobia, razones ideológicas, políticas, culturales, económicas, impiden el arribo de “extranjeros” a sus países.

En los últimos años, México se ha convertido en país de tránsito, estancia permanente o temporal, refugio y asilo. Durante los dos últimos sexenios (2012-2018, 2018-2023) las caravanas migrantes provenientes de Centroamérica y el sur latinoamericano han impuesto un ritmo intenso al proceso migratorio. Por razones económicas, políticas, ideológicas, ambientales, económicas, miles de personas han emprendido un áspero camino hacia Estados Unidos, suponiendo que este país los dejaría entrar a su territorio sin restricciones, pero la Unión Americana, sobre todo durante el gobierno de Donald Trump, cambió de manera profunda su política inmigratoria, lo que resultó en la perversión del sistema inmigratorio estadounidense. Situación que a la fecha no se ha podido revertir. Entonces, la tragedia de Ciudad Juárez, no es solo producto de una política mexicana restrictiva, sino también de la política inmigratoria de Estados Unidos.

No hay duda que ambos países están implicados en la tragedia de Ciudad Juárez. Estados Unidos por negar el acceso a miles de migrantes y usar una política inmigratoria que incluso la Suprema Corte de esa nación ha sancionado, y México por su cuestionable papel como parte de esa política extraterritorial. En nuestro país, ningún migrante puede ser encarcelado o detenido, pues viola la ley migratoria actual y muestra que el Instituto Nacional de Migración no tiene ni la menor idea de lo que es la migración en la que, tanto la Unión Americana como México tienen responsabilidades. Los argumentos de la secretaria #EsRosaIsela son fundamentales. Una mujer fuerte, extraordinaria, y con tal claridad, hace de la tragedia en Ciudad Juárez, un hecho humano y criminal. Y urge respuesta contundente del presidente de México. Garduño debe renunciar.

En los próximos días, no solo debe culparse a un migrante o más por apilar colchones y prenderles fuego, sino también debemos ver renuncias de funcionarios que no han respetado las leyes migratorias mexicanas y que están bajo sospecha. El asunto no es de una sola persona, sino de una cadena de mandos y responsabilidades en la que están involucrados personajes públicos y privados.

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