La candidata de la derecha, Xóchitl Gálvez, convirtió su arsenal
tarjetero en hashtag tras hashtag, logrando que su participación se hundiera en
una sarta de mentiras, golpes, falsedades y ataques sin ton ni son. Al parecer,
sus propagandistas intentaron reducir el primer debate por la presidencia de
México a un multimillonario hashtag, evitando lo evidente: la falta total de
ideas, coherencia, congruencia y de proyecto de nación. Sin teleprompter no hay
presidencia, parafraseando aquella telenovela colombiana muy vista en su
momento. Aunque con excepciones, la mayor parte de los medios corporativos y
sus amanuenses coincide –incluso los más acérrimos golpeadores de AMLO, Claudia
Sheinbaum, la 4T- en que los arañazos que lanzó la derechista, quizás quebraron
una uña, no hicieron mella. Escuchando a los derechistas Lorenzo Córdova y Denise
Dresser en el posdebate, era notable su incomodidad para aceptar que Claudia
Sheinbaum ganó. La encuesta de la panista, Massive Caller, a pesar de la
cantidad de entrevistas robotizadas, con una tasa de rechazo de 95%, que
afirmaron que la derechista había triunfado, pocos le creyeron.
Según el “war room” de la candidata del PRIANRD, la “dama de hielo” que
intentó convertir en la marca del primer debate, no logró desinflar “la
candidata del PRIAN es corrupta y mentirosa”. Incluso, inventar que los
progenitores de Claudia Sheinbaum tenían cuentas en paraísos fiscales o repetir
el supuesto papel de los hijos y parientes del presidente de México en las
megaobras de la 4T, fracasaron estrepitosamente. La infamia derechista no
compra votos. Algunos medios corporativos coinciden en que las propuestas de la
candidata de Morena-PT-PVEM fueron limitadas, pero cómo presentar
planteamientos si dedicó parte del debate a responder las mentiras y falsedades
de la derechista. También, hay que señalar el papel del conductor de TVAzteca:
amañar las preguntas con falsos contextos para apoyar los ataques de la derechista,
mientras la conductora de Televisa, tuvo aguantaba la carcajada cuando Claudia
Sheinbaum reveló que la derechista se estaba “robando” los tiempos, lo que en
realidad llamó la atención a la pésima producción del INE o el contubernio del
árbitro electoral para favorecer a Xóchitl Gálvez.
En este contexto, es importante mencionar que de 10 encuestas realizadas
entre el 7 y 8 de abril, solo en una –Massive Caller, encuestadora propiedad de
un integrante del PAN- aparece la derechista Xóchitl Gálvez como “ganadora”. Entre
las 9 restantes, en la que gana el primer debate Claudia Sheinbaum, los
porcentajes a favor van de 46 a 69%. De las Heras, Demoscopia Digital, Enkoll, Meba,
destacan, tanto por su reputación como por sus metodologías. Para la candidata
del PRIANRD, el primer debate fue una extensión de su incoherente y mentirosa
vida política. Desde su llegada a la sede del INE, simulando que había arribado
en su bicicleta, dio cuenta que pretendía hacer del primer debate un show
mediático, no un espacio para presentar propuestas coherentes, serias y
fundamentadas. Su tarjeta “MiSalud”, que anuncia dar dinero a las cadenas de
farmacias con “consultorios médicos alternos”, hospitales privados y médicos
privados, no busca resolver la salud pública, sino tomar otro camino para
privatizar el sistema público de salud. Reducir la edad de la pensión de
adultos mayores, es una simulación. Reabrir las guarderías se contradice con la
“propuesta” de un sistema de cuidados, pues está documentada la corrupción y
peligrosidad de dar dinero público a entes privados. El caso de la Guardería
ABC es emblemático.
Asimismo, es fundamental, para los siguientes debates presidenciales,
que el INE revise el formato y la producción, para evitar suspicacias como el “robo”
advertido por Claudia Sheinbaum de su tiempo a favor de la derechista, además
de evitar que los conductores manipulen con falsos contextos las preguntas que
miles de ciudadanos enviaron para cuestionar a las candidatas y el candidato
presidencial. Este primer debate sirvió para dejar en claro que la derecha, su
candidata, cuyas bravatas e ignorancia son más que evidentes, y sus partidos
políticos, fracasaron en 2024.
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