En la madrugada del 1 de marzo, la derecha mexicana inició su campaña
electoral rumbo al 1 de junio de 2024 por la presidencia de la República en
Fresnillo, Zacatecas. Xóchitl Gálvez marchó en la oscuridad de un día precedido
por peticiones de cadenas de oración y rezos, en redes sociales. Si bien
Zacatecas no fue el centro de la Cristiada en 1926, el conflicto religioso que
se desató en Jalisco, Guanajuato, Colima, Nayarit y Michoacán, tuvo impacto
importante en esa entidad. No podría ser más simbólico este arranque de
campaña: a oscuras, con veladoras, gritando consignas y un discurso de extrema
derecha que se coordina con la política de Nayib Bukele en El Salvador, sobre
su intención de acabar con la violencia con la construcción de una cárcel de
máxima seguridad. Un guiño a los empresarios que por miles de millones de pesos
tienen cárceles construidas por el gobierno, que se las obsequió por décadas, y
a ese 25% de quienes apoyan las políticas oscurantistas, de odio, clasistas,
discriminadoras, racistas, de los mexicanos que dicen votarán por la
derechista. Sectores de las clases medias y la oligarquía que añoran la
abyección a Estados Unidos, la intervención del imperio, el dominio de las
corporaciones y financieros globalistas, los medios corporativos golpistas, y
los odiadores de AMLO, la 4T y Morena.
Sin embargo, el simbolismo oscurantista de la derecha en Zacatecas, no
solo hace referencia a la Cristiada, también a las marchas nazifascistas en
Europa, al Kukuxklán en Estados Unidos. Por ejemplo, el 10 de septiembre de
2014 una marcha con antorchas en Barcelona, España, recordó a los ciudadanos la
celebración del partido nazi en la década de los 30 del siglo XX. En 1922,
Benito Mussolini realizó una marcha sobre Roma que finalizó en un golpe de
Estado, mientras Adolf Hitler en 1933 utilizó la “marcha de las antorchas”, con
impacto casi religioso, para enfatizar la falacia de la pureza racial. En 2002,
los fascistas pretendieron tomar el Palacio de Miraflores en Venezuela con una “marcha
de las antorchas” convocada por los medios golpistas contra las instituciones
gubernamentales. En 2009 se intentó revivir esa movilización. Y en 2019, en Núremberg,
Alemania, marcharon los neonazis para recordar el congreso anual nazi encabezado
por Hitler. ¿Ingenuidad o cinismo? ¿Mensaje simbólico? Sin duda, la derecha
mexicana y su candidata le hablan a ese 25% de los mexicanos, cuyo odio es
alimentado cotidianamente por la derecha y los fascistas mexicanos, que la
apoyan.
Sin embargo, lo importante del discurso de la derechista Xóchitl Gálvez
es, por un lado, regresar al neoliberalismo, al pensamiento único, a la
política autoritaria de la tecnocracia que supuso que el individualismo, el
mercado, la entrega sin ambages de la nación a las corporaciones y financieros
globalistas, era arribar a la “modernidad”, mientras millones se hundían en la pobreza,
y por el otro, anclarse en el oscurantismo de la Cristiada y el neofascismo. La
violencia que la derechista hace de su campaña elemento central, rechaza que
sus amigos del PRIAN, con el narco Felipe Calderón a la cabeza, tengan algo que
ver con las masacres que desde 2006, con el fraude electoral consolidado. La
violencia de hoy es la violencia de ayer. Es obvio que la historia y las causas
y consecuencias a la derecha no importan, pues con antorchas intentan borrar un
país, para que esté al servicio de la derecha y el fascismo internacional. La
oscuricidad de la derecha y fascista cristera, tiene que ver con la ingenuidad
e ignorancia. Los católicos y cristianos evangélicos deben saber que la
candidata derechista no los representa. Tampoco creo que una mujer judía los
represente. Claudia Sheimbaun representa a México, no por ser mujer, sino porque
es mujer y porque representa a millones de mexicanos.
La derecha oscurantista reflejó muy bien la violencia, la ignorancia, la
estupidez de algunos que de seguro fueron pagados para estar detrás de su
marcha fascista. Es de pena ajena que algunos crean que la fascista
#XochitlGalvez le dará una vida distinta al narco #FelipeCalderon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario