sábado, 9 de marzo de 2024

Ayotzinapa ¿dónde está el pueblo?

 

Sin duda, las investigaciones sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, están en un momento crítico, pero la radicalización estalinista de un ala de los familiares y acompañantes no ayuda a resolver un problema que fue una operación del Estado mexicano que el PRIAN llevó a cabo cuando tenía en sus manos el Poder Ejecutivo, el poder político y la venía de la oligarquía. La coyuntura actual pone en entredicho a los radicales encapuchados que derribaron parcialmente la puerta de Palacio Nacional, lo que plantea dos escenarios: de un lado, el accionar de los buitres de la derecha mediática, partidista, política y empresarial anti AMLO, anti 4T y anti Morena, buscando votos, y del otro, la ausencia del pueblo, que apoya a AMLO, en la movilización de Ayotzinapa. El peligro para padres, madres y grupos que los apoyan, es que los mexicanos que hoy están de acuerdo con la continuidad de la transformación, los abandonen e ignoren.

Efectivamente, el Ejército mexicano estuvo involucrado en los hechos del 26 de septiembre de 2014, pero fue por órdenes del comandante supremo, Enrique Peña Nieto, quien ordenó a Tomás Zerón torturar a testigos y chivos expiatorios, y a Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República durante su gobierno, fabricar la llamada “verdad histórica”, para ocultar la responsabilidad de su gobierno y del Estado mexicano en el crimen contra 43 jóvenes estudiantes. El suceso, 4 años antes del arribo de AMLO al Poder Ejecutivo, quedó impune y fue cerrado por el gobierno del PRIAN. Cuando el actual presidente de México triunfó en las elecciones de 2018 y asumió la presidencia, reabrió las investigaciones para cumplir uno de sus compromisos de campaña, pero sobre todo para dar justicia a los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa. Durante cinco años, se intensificaron las indagaciones, los informes y se abrieron archivos antes negados y ocultos.

La consigna ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, se escuchó en todo México, pero ante los recientes acontecimientos, el pueblo se ausentó de las protestas radicales y las equivocaciones de los familiares de los 43 estudiantes. Y ante las amenazas de sus abogados y asesores, lo que se vislumbra es la derechización de un movimiento que grita justicia. Perseguir a AMLO, irrumpir en los mítines de la candidata de Morena, no le dará a los líderes, asesores y familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa, la razón o respaldo. Su pretensión es usar el proceso electoral para que la derechista Xóchitl Gálvez los use como parte de su reportorio anti AMLO, anti Claudia Sheinbaum, anti 4T, anti Morena. Lo que después del portazo al Palacio Nacional, que usa ya la derecha, los fascistas, y su corrupta candidata, no les producirá respuesta alguna. De regresar a la presidencia, la derechista Xóchitl Gálvez, sus partidos políticos y la oligarquía, reinstalarán la “verdad histórica” y la represión.

En este contexto, vale la pena cuestionar el camino que siguen los familiares de los 43 jóvenes de Ayotzinapa. Asimismo, es importante recapitular los apoyos de los que se han rodeado. Por un lado, organizaciones defensoras de derechos humanos con probada trayectoria e interés por esclarecer el hecho, y por el otro, asesores ligados a la derecha anti AMLO, cuya agenda parece estar copando la de los padres y madres de los jóvenes. Entre 2014 y 2018, marcharon y condenaron la “verdad histórica”, exigiendo justicia, pero jamás radicalizaron sus acciones porque bien sabían que podrían ser reprimidos. Actualmente, no reconocen los avances en las investigaciones, pretenden que el gobierno les entregue el Ejército, pero no chocan por los que actualmente están en la cárcel –soldados, el exprocurador- o reclamados por el gobierno mexicano –Tomás Zerón. Por supuesto que no es suficiente ¿pero a casi 10 años de la desaparición de los jóvenes, Vidulfo Rosales, la derecha que lo acompaña, los padres y madres, seguirán reclamando su retorno en vida?

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