En los últimos días, la candidata derechista Xóchitl Gálvez, abrió
varios frentes discursivos que prefiguran un falso debate, destacando que la
propaganda electorera solo muestra la ignorancia, desconocimiento y
desesperación de la derecha mexicana y su abanderada. La más reciente encuesta
de Mendoza Blanco y Asociados, levantada del 22 al 25 de febrero en vivienda,
indica que, a pesar de la guerra sucia emprendida por la derecha, con claros
tintes fascistas, en medios corporativos y redes sociales, la señora Gálvez no
avanza. Los millones de pesos gastados –e irrecuperables- no tuvieron gran
efecto en las preferencias electorales. Por ejemplo, la votación por partido a
la presidencia de la República, reporta para Morena 51% de la intención de
voto, mientras el PAN alcanza 20.7%, el PRI, 12.6% y el PRD, 2.3%. La alianza
Morena, PT, PVEM, 57.8%, la del PAN, PRI, PRD, 35.6% y Movimiento Ciudadano,
6.6%. Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene 72% de
aprobación, destacando que “por voto por partido”, en el PAN y el PRI, lo
aprueban más del 40% de los ciudadanos, en Movimiento Ciudadano, 53%, en Morena
95%. Estos datos dan cuenta que el desempeño de AMLO, a casi 6 meses de que
finalice su administración, sigue siendo reconocido por los mexicanos.
Respecto a la opinión de los ciudadanos, apenas 28% tiene “muy
buena/buena” opinión sobre Xóchitl Gálvez, 10%, “regular”, 22%, “mala/muy
mala”, y el 31% “no la conoce”. Los números de Sheinbaum, son notoriamente
distintos. Por ello, entre risas, chicles en las sillas, bailes infantiloides,
notables errores y montajes, Xóchitl Gálvez sigue abajo en las preferencias
electorales. Por ejemplo, dijo que cerraría las refinerías de Cadereyta, Nuevo
León, y Tampico, Tamaulipas. La primera tuvo una respuesta inmediata por parte
del presidente municipal de esa ciudad, quien afirmó que la defendería porque
es fuente de empleo, bienestar y riqueza. La segunda, no existe. Nunca ha
existido. La pifia de la derechista, recordó a muchos lo que el narcopresidente
Felipe Calderón hizo con Luz y Fuerza del Centro, compañía que dejó en la calle
a más de 40 mil trabajadores y miles de familias. Es decir, la señora Gálvez
busca repetir la misma historia del PRIAN en el gobierno: mayor pobreza, saqueo
y corrupción. Asimismo, protagonizó dos montajes: declaraciones sobre supuesta
criminalización de las mujeres en la marcha del 8 de marzo, y “clausura” de una
sede de la FG de CDMX, aduciendo que las mujeres violentadas habían sido
abandonadas.
Los falsos debates de la derecha, intentan prefigurar una elección
acotada, supuestamente inequitativa, intervenida por el presidente de México y
el gobierno y al Poder Judicial listo para fabricar la anulación o restricción
de un eventual triunfo de Morena y sus aliados, no solo del Poder Ejecutivo,
también del Congreso de la Unión. La candidata de la derecha navega electoralmente
con ocurrencias, contradicciones e incongruencias. Lo que pregona, tanto en su
gira como en la propaganda electoral, no es parte de un proyecto de nación,
sino retazos de un programa de gobierno que prevé el retorno de la tecnocracia,
el neoliberalismo, la derecha. La encuesta de Berumen y Asociados, publicada en
el portal electrónico de la derecha, La Razón, levantada en los primeros días de
la campaña electoral en hogares, muestra que la intención del voto ciudadano no
la favorece. Los mexicanos enfrentan una elección presidencial y de miles de
cargos públicos a un costo económico esquizofrénico, una oposición derechista
que manipula y miente, y falsos debates que finalmente ven, los bienes
públicos, el bienestar, los derechos sociales, los derechos humanos como objeto
de saqueo, corrupción y mercancías. Cerrar, por ejemplo, dos refinerías,
implicaría dejar en la calle a miles de trabajadores y sus familias. No olvidemos
que el espurio Felipe Calderón echó a la calle a más de 40 mil trabajadores,
sin importarles sus familias. Es la única manera que tiene la derecha para
destruir un país, como Javier Milei lo hace en Argentina.
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