lunes, 18 de marzo de 2024

Falsos debates, propaganda e ignorancia

 

En los últimos días, la candidata derechista Xóchitl Gálvez, abrió varios frentes discursivos que prefiguran un falso debate, destacando que la propaganda electorera solo muestra la ignorancia, desconocimiento y desesperación de la derecha mexicana y su abanderada. La más reciente encuesta de Mendoza Blanco y Asociados, levantada del 22 al 25 de febrero en vivienda, indica que, a pesar de la guerra sucia emprendida por la derecha, con claros tintes fascistas, en medios corporativos y redes sociales, la señora Gálvez no avanza. Los millones de pesos gastados –e irrecuperables- no tuvieron gran efecto en las preferencias electorales. Por ejemplo, la votación por partido a la presidencia de la República, reporta para Morena 51% de la intención de voto, mientras el PAN alcanza 20.7%, el PRI, 12.6% y el PRD, 2.3%. La alianza Morena, PT, PVEM, 57.8%, la del PAN, PRI, PRD, 35.6% y Movimiento Ciudadano, 6.6%. Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene 72% de aprobación, destacando que “por voto por partido”, en el PAN y el PRI, lo aprueban más del 40% de los ciudadanos, en Movimiento Ciudadano, 53%, en Morena 95%. Estos datos dan cuenta que el desempeño de AMLO, a casi 6 meses de que finalice su administración, sigue siendo reconocido por los mexicanos.

Respecto a la opinión de los ciudadanos, apenas 28% tiene “muy buena/buena” opinión sobre Xóchitl Gálvez, 10%, “regular”, 22%, “mala/muy mala”, y el 31% “no la conoce”. Los números de Sheinbaum, son notoriamente distintos. Por ello, entre risas, chicles en las sillas, bailes infantiloides, notables errores y montajes, Xóchitl Gálvez sigue abajo en las preferencias electorales. Por ejemplo, dijo que cerraría las refinerías de Cadereyta, Nuevo León, y Tampico, Tamaulipas. La primera tuvo una respuesta inmediata por parte del presidente municipal de esa ciudad, quien afirmó que la defendería porque es fuente de empleo, bienestar y riqueza. La segunda, no existe. Nunca ha existido. La pifia de la derechista, recordó a muchos lo que el narcopresidente Felipe Calderón hizo con Luz y Fuerza del Centro, compañía que dejó en la calle a más de 40 mil trabajadores y miles de familias. Es decir, la señora Gálvez busca repetir la misma historia del PRIAN en el gobierno: mayor pobreza, saqueo y corrupción. Asimismo, protagonizó dos montajes: declaraciones sobre supuesta criminalización de las mujeres en la marcha del 8 de marzo, y “clausura” de una sede de la FG de CDMX, aduciendo que las mujeres violentadas habían sido abandonadas.

Los falsos debates de la derecha, intentan prefigurar una elección acotada, supuestamente inequitativa, intervenida por el presidente de México y el gobierno y al Poder Judicial listo para fabricar la anulación o restricción de un eventual triunfo de Morena y sus aliados, no solo del Poder Ejecutivo, también del Congreso de la Unión. La candidata de la derecha navega electoralmente con ocurrencias, contradicciones e incongruencias. Lo que pregona, tanto en su gira como en la propaganda electoral, no es parte de un proyecto de nación, sino retazos de un programa de gobierno que prevé el retorno de la tecnocracia, el neoliberalismo, la derecha. La encuesta de Berumen y Asociados, publicada en el portal electrónico de la derecha, La Razón, levantada en los primeros días de la campaña electoral en hogares, muestra que la intención del voto ciudadano no la favorece. Los mexicanos enfrentan una elección presidencial y de miles de cargos públicos a un costo económico esquizofrénico, una oposición derechista que manipula y miente, y falsos debates que finalmente ven, los bienes públicos, el bienestar, los derechos sociales, los derechos humanos como objeto de saqueo, corrupción y mercancías. Cerrar, por ejemplo, dos refinerías, implicaría dejar en la calle a miles de trabajadores y sus familias. No olvidemos que el espurio Felipe Calderón echó a la calle a más de 40 mil trabajadores, sin importarles sus familias. Es la única manera que tiene la derecha para destruir un país, como Javier Milei lo hace en Argentina.

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