jueves, 22 de diciembre de 2022

La degradación del periodismo mexicano

 En cuatro años hemos observado, a veces con asombro e incredulidad, cómo el periodismo mexicano se degrada. No es que la historia reciente deba narrarse con un antes, durante o después del gobierno de #AMLO, pero es necesario revisar cómo el autollamado cuarto poder que gozó de prebendas y privilegios, marcado por la censura, con contados cuestionamientos a los gobiernos neoliberales, y asesinatos de periodistas de a pie, fue cayendo a las pocas horas del triunfo de #AMLO, cuyo duro discurso de posesión como presidente constitucional de México, les mostró lo que vendría después. A la fecha no hay columna de supuesta opinión, 8 columnas, cabezas y balazos de notas periodísticas, editoriales, cartones, que no pretendan reducir a #AMLO, la 4T, #Morena, los ciudadanos que apoyan al mandatario, las acciones del gobierno federal, a simples ocurrencias y la nulidad. El periodismo actual no informa ni respeta el derecho a la información.

Como en el caso de quienes añoran el supuesto paraíso neoliberal, con sus prebendas, privilegios, saqueo y corrupción, la élite periodística en México reclama lo que no tuvo: libertad de expresión, nula censura, pero sí amenazas, asesinatos y ninguneo gubernamental de los gobiernos del #PRIAN a los periodistas. A quienes afirman que el gobierno de #AMLO es el más peligroso y letal para ejercer el periodismo, les recordamos que, en el sexenio de Felipe Calderón, fueron asesinados más de 100 periodistas, ninguneados y encarcelados varios otros. De ningún modo es un alivio que durante el presente gobierno no se rebase esa cifra, pero los medios corporativos tienen una agenda política e ideológica que pretende, en connivencia con empresarios, la llamada clase política y sus partidos políticos, derrocar a #AMLO. Para estos grupos, la democracia solo es tal si los favorece. Que los ciudadanos decidan no cuenta.

El lamentable atentado contra Ciro Gómez Leyva, conocido presentador y lector de noticias de los medios tradicionales corporativos, resume de muchas maneras la degradación del periodismo en México. Un video con un guion, política e ideológicamente adverso, en defensa del locutor, hashtags demandando censurar las mañaneras y culpando al presidente de México, supuestos periodistas e influencers pidiendo que #AMLO sea asesinado, 8 columnas en los medios corporativos intentando vincular el discurso presidencial con la agresión, columnas que en sospechosas coincidencias escupen libelos sin fundamentos, el nado sincronizado en redes sociales de conocidos derechistas y ultraderechistas, influencers, trolls, bots, exhiben cómo el periodismo, periodistas, presentadores y lectores de noticias, se deslizan en un interminable túnel de odio, desprecio, mentiras, #Fakenews, ataques y una narrativa que se conecta sin cortapisas con el Lawfare, el golpe blando e híbrido en marcha en América Latina.

Según los columneros de los medios corporativos, no hay una campaña para censurar al presidente de México, pero tanto en la prensa, radio y televisión, como en redes sociales y desplegados de los abajofirmantes más representativos de la derecha golpista mexicana, se busca vincular las respuestas que #AMLO da a las mentiras, #Fakenews y odio que diariamente tejen sus adversarios y enemigos, con el atentado contra Ciro Gómez Leyva y los asesinatos de periodistas, los que al supuesto cuarto poder jamás les han importado, pero los usan para revictimizarlos e intentar golpear. Así es como llegó la campaña a la prensa derechista extranjera como #TheNewYorTimes y #WashingtonPost, con libelos que falsean los dichos y señalamientos presidenciales. Si esto no es una campaña orquestada por la oligarquía, los políticos y sus partidos golpistas, entonces es un simple nado sincronizado.

Los medios corporativos, tanto mexicanos como extranjeros, tienen una agenda ideológica y política que busca reproducir, aunque sea parcialmente, el golpe de estado en Perú. En todos los casos, culpan al exmandatorio de lo que la oligarquía peruana y Estados Unidos perpetraron.

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