viernes, 2 de septiembre de 2022

AMLO: 4to Informe

 A pesar de la estrategia fracasada, de vez en vez potenciada por los medios corporativos y sus escribanos golpistas, el odio cotidiano en redes sociales, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador avanza. Hay temas pendientes como la inseguridad y algunas áreas del sector salud, pero 30 años de neoliberalismo, en sentido estricto capitalismo salvaje y depredador, no pueden ser resueltos en cerca de 4 años. En los ochenta del siglo pasado, no solo fue colapsado a propósito el Estado mexicano hasta empequeñecerlo y desmantelarlo, también los gobiernos del #PRI hicieron pactos oscuros con la delincuencia organizada y el #PAN. Los dos sexenios del #PAN, no solo refrendaron la alianza política #PRIAN, otorgaron más privilegios a la oligarquía, igualmente refrendaron sus vínculos con los carteles del narcotráfico. En particular, Felipe Calderón se convirtió en lugarteniente de un solo cartel, colocando a quien lo llevó a su fraudulenta presidencia, en el pináculo del poder: Genaro García Luna.

El neoliberalismo también legó mayor pobreza, un tejido social deshecho, corrupción y saqueo de las arcas públicas. En paralelo al reconocimiento de derechos a ciudadanos, mujeres y minorías, creció una horda de grupos de la llamada sociedad civil que se apoderó de recursos públicos, además de convertirse en agencias clientelares, y se apropió de la defensa de los derechos de individuos y colectividades, mientras sus dirigentes se embolsaban ingentes cantidades de dinero público y se posicionaban como los únicos interlocutores ante el menguado Estado y personas, comunidades y la sociedad mexicana. AMLO y su movimiento social, hoy partido político Morena, arribaron a un México fragmentado, polarizado, ninguneando por los partidos políticos #PRIANRD, violentado por la delincuencia, organizada o no, y carcomido por la corrupción y el saqueo.

Cuatro años parecerían no ser nada, sobre todo en un contexto de crisis de salud pública y económica mundial. La #COVID19 ha sido un duro golpe, no solo a la salud de millones de personas, sino también a sus bolsillos y a los recursos públicos. A diferencia de países de la Unión Europea y diversos estados de Estados Unidos, en México no hubo confinamiento obligatorio y las medidas sanitarias fueron atendidas de manera voluntaria, pero amplia y eficaz, por los mexicanos. Asimismo, la temprana campaña de vacunación emergente, que finalmente enriqueció a las poderosas compañías farmacéuticas, dio resultados: más del 80% de la población total ha recibido alguna dosis de vacunas de diversas marcas y orígenes. Si bien fallecieron miles de mexicanos, sobre todo aquellos vulnerados por enfermedades evitables y condiciones alimentarias y da salud normalizadas por las huestes neoliberales, la catástrofe que la derecha anunció en los medios corporativos, aminoró.

La estúpida guerra en Ucrania, emprendida por una Rusia que no sucumbirá al intervencionismo de Estados Unidos y la Unión Europea, los que buscan socavar el papel de Rusia y China en el actual orden global, pues el declive de nuestro vecino del norte y las potencias europeas es impostergable, ha implicado múltiples impactos, sobre todo en los precios de los alimentos, los energéticos, el desplazamiento de personas, la inflación, entre otros. En México, la política, desgastante en muchos sentidos, no solo para las finanzas públicas y las familias, de subsidios a los combustibles ha surtido efectos, al mantener en ciertos niveles la inflación, aunque los precios de los alimentos siguen sujetos, no solo a los vaivenes del mercado, sino también a las ansias de ganancias de las grandes empresas y los grupos que dominan diversos sectores de la economía mexicana. En 2022 el empleo ha recuperado cierto dinamismo prepandemia, la inversión extranjera sigue creciendo, la inversión pública avanza, pero falta mucho por hacer.

El 4to Informe de gobierno de AMLO quizás peca de optimismo, pero es muestra de que ante la adversidad las políticas públicas avanzan, con sus errores y dificultades. En el tema de seguridad/inseguridad, los procesos son lentos, pues no dependen totalmente del Poder Ejecutivo. El Poder Judicial, un anquilosado, corrupto y saqueador, sector, no va a la par de las transformaciones. No es que ministros, magistrados, jueces y ministerios públicos defiendan la Constitución, sino que décadas de connivencia y complicidades con el poder político y la oligarquía, han mermado esa autonomía que le obsequiaron los políticos. Delincuentes de cuello blanco y criminales que son liberados por supuestas faltas en la integración de las carpetas de investigación, inocentes que por no tener acceso a la justicia permanecen encarcelados sin ser definidos sus procesos, muchos inventados. La delincuencia prohijada por las décadas de neoliberalismo depredador, saqueador, corrupto, cómplice, es difícil de erradicar.

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