viernes, 20 de marzo de 2020

Coronavirus: contradicciones de clase

La pandemia de coronavirus, Covid19, no solo está infectando a los humanos en lo individual, colectivo, local, nacional, global, también tiende a redefinir las relaciones sociales y las fuerzas productivas. En México, en el contexto de la campaña golpista de la oligarquía, la fractura social no es ya solo política, sino de clase.
Después del 1 de julio de 2018, las fuerzas políticas tradicionales recibieron un severo revés con el ascenso de un movimiento social, hoy con serios problemas, que, por un lado, llevó al poder a un presidente de izquierda moderada, un tanto conservador en términos ideológicos, pero sin dinamitar totalmente a la oligarquía.
Los partidos políticos tradicionales vieron reducidos, no solo sus votos, sino también militancia, clientelas y simpatías. PAN, PRI, PRD, se hundieron por sus convergencias derechistas y el rechazo de millones de mexicanos a su rol en la corrupción y el saqueo del país, en tanto Morena se alzaba, no sin contradicciones como mayoría.
Del 1 de julio de 2018 a la actualidad, la oligarquía, en parte con los partidos políticos en la debacle y personajes como Felipe Calderón, quien sueña con regresar al poder para dar continuidad a su masacre, han enfilado una campaña golpista que pretende derrocar al gobierno de la 4T, en particular a su líder AMLO, presidente de México.
La campaña no ha estado exenta de guerras legales, mediáticas e ideológico-políticas en redes sociales, nuevo campo de batalla, mostrando rupturas profundas. Hay cada vez más un distanciamiento profundo entre las elites económicas y el resto de la población, un México mayoritario hoy intransigente y nada dispuesto a volver atrás.
Hace más de un siglo, John Kenneth Turner (México bárbaro, 1910, y Lesley Byrd Simpson (Muchos Méxicos, 1941), delinearon las profundas contradicciones de clase en México. En 2020, el intento golpista de algunos empresarios, cometócratas antes privilegiados, ciertos políticos e intelectualidad derechista, nos regresan al pasado.
El Covid19 es el entretelón de una guerra político-ideológica que prefigura la lucha de clases. Las redes sociales son el escenario, pero en la vida real los amparos, el golpeteo de ciertos sectores empresariales, políticos, intelectuales de derecha, prensa y otros medios, el rechazo falaz a todo acto de gobierno, alimentan la lucha de clases.
Sin duda es una lucha desigual y un contexto en el que, por un lado, sectores de clase media y baja empujan la defensa del presidente AMLO y la 4T, y por el otro, sectores de clase media, intelectuales orgánicos proempresariales, y la oligarquía, sostienen un golpeteo político e ideológico contra todo acto de un gobierno legítimo.
En 2018, 30 millones de mexicanos, 53% del padrón electoral, votaron por un líder, proyecto y cambio profundo. La corrupción y saqueo de PAN, PRI, PRD y partidos satélite como Movimiento Ciudadano, PVEM, PANAL, impulsaron a los mexicanos de diversos sectores económicos, sociales, políticos e ideológicos, a rechazarlos.
Si bien fue una lucha política, el escenario actual es de lucha de clases. La intelectualidad progresista, ligada a la prensa golpista, espeta a AMLO que su libertad de expresión es errónea y divide, pero no le interesa percatarse del odio y perversidades que la derecha y ultraderechas esparcen por diversos medios. Vaya progresismo.
El Covid19 es, momentáneamente, el escenario de las contradicciones de clase. Mientras Claudio X. González, acérrimo golpista antiAMLO promueve amparos (Lawfare) y el autoreelecto líder de la COPARPMEX lanzan campañas antigubernamentales, en redes sociales los proAMLO desmienten y organizan sus batallas.
Sin duda, en ambos lados convergen diversos sectores de clase. No el proletariado vs la burguesía, clases medias, clases no adjetivadas, ciertos sectores empresariales medios, pueblos sin nada, contra la oligarquía y segmentos: empresarios grandes, medianos y pequeños, clases medias, comentocracia, intelectuales de derecha, medios.

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