miércoles, 9 de noviembre de 2016

La elección del miedo

Tanto Hillary Clinton, candidata demócrata, como Donald J. Trump, republicano, encabezaron campañas tradicionales en su país, aunque discursivamente apelaron a cuestiones distintas y grupos poblacionales diferentes. La primera se diferenció por su intento de atraer y llegar a más diversos pobladores.
En tanto, Trump centró sus alegatos en la población blanca anglosajona protestante, sobre todo aquella que supone que los cambios por los que actualmente transita Estados Unidos los están relegando. En el camino, el KKK, neonazis, racistas, los extremistas del Tea Party, se vieron reflejados en su autoritarismo, racismo, xenofobia, discriminación.
Sin duda, ambos representan a los blancos anglosajones protestantes, pero sus caminos políticos jamás han convergido, excepto en fiestas de multimillonarios y de la farándula. El primitivismo político de Trump no es excepcional de ciertos WASP, pero Clinton tiene una sólida formación política y al establishment de su parte.
El candidato republicano pretendió darle un vuelco a las campañas electorales agrediendo a diversos grupos poblacionales, generando miedo, en el que racismo, xenofobia, autoritarismo, abuso contra las mujeres e intransigencia rampante fueron el centro de su discurso, actitudes y parte de su pretendida agenda de gobierno.
Para Donald J. Trump el retorno de la grandeza americana, pasa por expulsar inmigrantes, mexicanos, musulmanes, construir muros fronterizos, subyugar naciones que supuestamente obstaculizan esa gloria, poner a los WASP, racistas, extremistas, en la punta de la estructura social y económica, pues solo así se recuperaría el esplendor perdido.
La candidata demócrata, cuyo triunfo no hará gran diferencia respecto a la relación bilateral México-Estados Unidos, cumple una agenda en la que las corporaciones, Wall-Street, las elites económicas y políticas, la industria militar, las políticas antiterroristas, entre otros, mandan. Supo combinar los intereses del establishment con preocupaciones internas.
El gran logro de Donald J. Trump fue imponer y generalizar su agenda de miedo, no solo internamente, alimentando las entrañas de una sociedad blanca anglosajona protestante resentida, racista, discriminatoria, extremista, sino también en otras sociedades y naciones, algunas agredidas directamente, como México, que experimentaron ese miedo y desprecio.
Casi medio día en el centro-occidente mexicano, mientras en las costas este y oeste de Estados Unidos, debido a las diferencias de usos horarios, la gente comenzó a votar temprano. Los medios han reportado que el republicano y la demócrata votaron en diferentes sitios. El primero fue abucheado, la segunda, acompañada con sonrisas.
Los medios y algunos analistas estadounidenses afirman que, a pesar de lo cerrado de los últimos sondeos, Hillary Clinton habría conseguido ya el número suficiente de delegados para convertirse en la primera mujer que preside Estados Unidos, mientras Donald Trump se estaría atrás pero con un buen número de votos en lugares tradicionalmente republicanos.
Sin embargo, es de destacarse que la demócrata está logrando una votación diversa: demócratas fieles, republicanos que rechazan a Trump, afroamericanos, hispanos, asiáticos, la esencia de lo que hoy es Estados Unidos: una sociedad política, social y culturalmente diversa. Es uno de los aspectos que el miedo permitió que aflorara.
Igualmente, el miedo permitió percatarnos de las profundas divisiones de la sociedad estadounidense. No es solo que la multiculturalidad y una sociedad basada en los derechos individuales y colectivos se imponga, sino también observar las complejas y amplias desigualdades económicas, sociales, raciales, ideológicas, políticas, que prevalecen.
Son las 5:31 pm en el centro-occidente de México. Hace unos minutos cerraron las primeras casillas de votantes, comenzando por la costa este de Estados Unidos. Los primeros resultados, apenas el uno por ciento del total en estados como Kentucky, Indiana, New Hampshire, preludian una fuerte competencia.
Los resultados vendrán después de las 11 pm. En los medios estadounidenses, además de recalcar la histórica jornada, tanto porque una mujer sería la primera presidenta como por un candidato que hasta el final convocó al odio, se aprecian contingentes importantes de votantes, largas filas. Al cerrar esta colaboración, la batalla seguía.
Obviedades. 1. Con premio patito que el ITAM entregó a Calderón, de manos de Enrique Peña Nieto, se perfila otro pacto de los depredadores y corruptos PRI-PAN, confirmando que la señora Zavala es la favorita de Los Pinos-PAN, con Televisa, como en tiempos de la campaña de EPN, que lanza su churro “La candidata” para construir otro/a candidato/o de la mediocridad. 2. 9 mil 650 michoacanos arribaron a Tijuana entre mayo y octubre, desplazados por la violencia en Michoacán y en busca de asilo político en Estados Unidos. 3. En Morelia se cometieron casi la mitad de los más de 32 mil delitos que entre octubre de 2015 y septiembre de 2016 sucedieron en Michoacán. También, en los primeros 9 meses de 2016, se registraron 947 homicidios dolosos, arriba de los de 2015 (777) y más que en 2014 (904). 4. Una funcionaria de Chihuahua, con doble nacionalidad (México-Estados Unidos), aportó a la campaña de Donald Trump entre 2012 y 2016, más de 20 millones de pesos. Muy su dinero, claro, pero muestra el poder de las elites económicas que en este país les tiene sin cuidado el desprecio del republicano contra México. 5. De acuerdo al New York Times, detrás de las recientes elecciones sobresale una severa crisis de identidad de los blancos anglosajones y protestantes.

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