Tanto Hillary Clinton, candidata
demócrata, como Donald J. Trump, republicano, encabezaron campañas
tradicionales en su país, aunque discursivamente apelaron a cuestiones
distintas y grupos poblacionales diferentes. La primera se diferenció por su
intento de atraer y llegar a más diversos pobladores.
En tanto, Trump centró sus
alegatos en la población blanca anglosajona protestante, sobre todo aquella que
supone que los cambios por los que actualmente transita Estados Unidos los
están relegando. En el camino, el KKK, neonazis, racistas, los extremistas del
Tea Party, se vieron reflejados en su autoritarismo, racismo, xenofobia,
discriminación.
Sin duda, ambos representan a los
blancos anglosajones protestantes, pero sus caminos políticos jamás han
convergido, excepto en fiestas de multimillonarios y de la farándula. El
primitivismo político de Trump no es excepcional de ciertos WASP, pero Clinton
tiene una sólida formación política y al establishment de su parte.
El candidato republicano
pretendió darle un vuelco a las campañas electorales agrediendo a diversos
grupos poblacionales, generando miedo, en el que racismo, xenofobia,
autoritarismo, abuso contra las mujeres e intransigencia rampante fueron el
centro de su discurso, actitudes y parte de su pretendida agenda de gobierno.
Para Donald J. Trump el retorno
de la grandeza americana, pasa por expulsar inmigrantes, mexicanos, musulmanes,
construir muros fronterizos, subyugar naciones que supuestamente obstaculizan
esa gloria, poner a los WASP, racistas, extremistas, en la punta de la
estructura social y económica, pues solo así se recuperaría el esplendor
perdido.
La candidata demócrata, cuyo
triunfo no hará gran diferencia respecto a la relación bilateral México-Estados
Unidos, cumple una agenda en la que las corporaciones, Wall-Street, las elites
económicas y políticas, la industria militar, las políticas antiterroristas,
entre otros, mandan. Supo combinar los intereses del establishment con preocupaciones
internas.
El gran logro de Donald J. Trump
fue imponer y generalizar su agenda de miedo, no solo internamente, alimentando
las entrañas de una sociedad blanca anglosajona protestante resentida, racista,
discriminatoria, extremista, sino también en otras sociedades y naciones,
algunas agredidas directamente, como México, que experimentaron ese miedo y
desprecio.
Casi medio día en el
centro-occidente mexicano, mientras en las costas este y oeste de Estados
Unidos, debido a las diferencias de usos horarios, la gente comenzó a votar
temprano. Los medios han reportado que el republicano y la demócrata votaron en
diferentes sitios. El primero fue abucheado, la segunda, acompañada con
sonrisas.
Los medios y algunos analistas
estadounidenses afirman que, a pesar de lo cerrado de los últimos sondeos,
Hillary Clinton habría conseguido ya el número suficiente de delegados para
convertirse en la primera mujer que preside Estados Unidos, mientras Donald
Trump se estaría atrás pero con un buen número de votos en lugares
tradicionalmente republicanos.
Sin embargo, es de destacarse que
la demócrata está logrando una votación diversa: demócratas fieles,
republicanos que rechazan a Trump, afroamericanos, hispanos, asiáticos, la
esencia de lo que hoy es Estados Unidos: una sociedad política, social y
culturalmente diversa. Es uno de los aspectos que el miedo permitió que
aflorara.
Igualmente, el miedo permitió
percatarnos de las profundas divisiones de la sociedad estadounidense. No es
solo que la multiculturalidad y una sociedad basada en los derechos
individuales y colectivos se imponga, sino también observar las complejas y
amplias desigualdades económicas, sociales, raciales, ideológicas, políticas,
que prevalecen.
Son las 5:31 pm en el
centro-occidente de México. Hace unos minutos cerraron las primeras casillas de
votantes, comenzando por la costa este de Estados Unidos. Los primeros
resultados, apenas el uno por ciento del total en estados como Kentucky,
Indiana, New Hampshire, preludian una fuerte competencia.
Los resultados vendrán después de
las 11 pm. En los medios estadounidenses, además de recalcar la histórica
jornada, tanto porque una mujer sería la primera presidenta como por un
candidato que hasta el final convocó al odio, se aprecian contingentes importantes
de votantes, largas filas. Al cerrar esta colaboración, la batalla seguía.
Obviedades. 1. Con premio patito que el ITAM entregó a
Calderón, de manos de Enrique Peña Nieto, se perfila otro pacto de los
depredadores y corruptos PRI-PAN, confirmando que la señora Zavala es la
favorita de Los Pinos-PAN, con Televisa, como en tiempos de la campaña de EPN, que
lanza su churro “La candidata” para construir otro/a candidato/o de la
mediocridad. 2. 9 mil 650 michoacanos arribaron a Tijuana entre mayo y octubre,
desplazados por la violencia en Michoacán y en busca de asilo político en
Estados Unidos. 3. En Morelia se cometieron casi la mitad de los más de 32 mil
delitos que entre octubre de 2015 y septiembre de 2016 sucedieron en Michoacán.
También, en los primeros 9 meses de 2016, se registraron 947 homicidios
dolosos, arriba de los de 2015 (777) y más que en 2014 (904). 4. Una
funcionaria de Chihuahua, con doble nacionalidad (México-Estados Unidos),
aportó a la campaña de Donald Trump entre 2012 y 2016, más de 20 millones de
pesos. Muy su dinero, claro, pero muestra el poder de las elites económicas que
en este país les tiene sin cuidado el desprecio del republicano contra México.
5. De acuerdo al New York Times, detrás de las recientes elecciones sobresale
una severa crisis de identidad de los blancos anglosajones y protestantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario