La clase media en México, como en otros países, no es monolítica. Generalizar
que, #AMLO y la #4T no la toma en cuenta, es otro garlito de la derecha. Peor
si la queja viene del feminismo, un sector acomodado de la clase media y la llamada
“izquierda verdadera”. Efectivamente, #AMLO planteó desde un principio “primero
los pobres” pues durante décadas millones de mexicanos han estado sobreviviendo
entre la pobreza y pobreza extrema, con graves carencias alimentarias, de
ingresos, salud, educación, y acceso a servicios de todo tipo. Pero a la frase
emblemática antecede “por el bien de todos”; argumenta que paliando las
condiciones de vida de millones de mexicanos repercute favorablemente en los
otros sectores de la sociedad: grandes, medianas y pequeñas empresas, elites
económicas y clases medias. No hay rechazo u olvido a priori.
Ahora bien, la clase media mexicana está conformada por diversos
sectores, los cuales tienen también heterogéneas posturas ideológicas y
políticas, además de ingresos y posiciones de clase distintas. Suponer que la
clase media es monolítica, es enrarecer, no solo el análisis, sino también la
realidad. Hay sectores clasemedieros que se identifican con la derecha, la
izquierda e incluso quienes no expresan sus afinidades, declarándose apolíticos
o neutrales. Asimismo, las clases medias en México están atravesadas por
diversos orígenes étnicos, tonos de piel, escolaridad y cultura. El aparente
rechazo a la clase media, cuando #AMLO tildó a ciertos sectores de
aspiracionistas, alentó un debate, atizado por la derecha desde la
polarización, mientras la izquierda acusa abandono. Pero no se debe confundir la
movilidad social con el aspiracionismo.
No cabe duda que la movilidad social es un mecanismo estructural que
promueve el ascenso de ciertos sectores de la sociedad hacia otras posiciones
de clase, por medio de factores como la educación, el emprendedurismo, entre
otros, mientras el aspiracionismo puede ser entendido como la exacerbación del
individualismo promovida por el neoliberalismo. Lo anterior no niega las
legítimas aspiraciones de la población que participan de la movilidad social,
pero el neoliberalismo las convirtió en el mecanismo mercantil único para
acceder al mercado. Muchos sectores medios depositaron sus aspiraciones en las
mercancías que supuestamente les develaban un anhelado estatus, el cual los
distinguía, desclasaba y ponía en ruta a parecerse, aunque el camino fuese
sinuoso y mentiroso, a las elites económicas. El neoliberalismo destruyó la
vida comunitaria, mientras valores como la solidaridad, la ayuda mutua, entre
otros, eran sustituidos por la competencia individualista a toda costa.
Con todo, no todos los sectores medios van en la misma ruta. Si
revisamos, en lo general, la política social, observamos que algunos estratos
de la clase media reciben uno o varios apoyos sociales. Adultos mayores,
estudiantes de preparatoria, población discapacitada, están entre los
beneficiarios. Los resultados de la ENIGH 2022 muestran los deciles en los que
esos grupos de las clases medias podrían ubicarse y las mejoras en ingresos de
los hogares, promovidas por la política social. La idea de “desatención”
planteada por feministas y la llamada “izquierda verdadera”, es una simple
mistificación de la clase media, y la mentira ideológico-político sobre el
supuesto “desprecio” a ese sector, mientras se “privilegia” a los pobres. En
términos numéricos y sociodemográficos, la clase media en México es menor,
aunque sin duda muy compleja ideológica y políticamente, respecto a los pobres
y pobres en extremo. Algunos académicos expertos, señalan que la cifra de pobreza
rebasa lo que la CONEVAL considera como pobreza y pobreza extrema.
Aunque la clase media no sea numéricamente amplia, su complejidad
sociodemográfica, ideológica, política, económica, valores, entre otros
aspectos, no la hace monolítica. Incluso, su ubicación espacial importa mucho
en sus conductas, aspiraciones y vínculos de clase y transclasistas. No hay una
clase media única.
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