Quizás la euforia de la derecha y ultraderecha en México tiene que ver con
lo que comparten, pero niegan: la esquizofrenia de Milei, quien busca eliminar
el banco central, ministerios de cultura y salvaguarda de derechos, medios
públicos, educación y salud públicas. Es decir, arrasar con los derechos de las
personas y colapsar el Estado, pero llenar sus cuentas bancarias y las de las
elites con el dinero público y préstamos de la banca internacional. Después de
la caída de la dictadura, la democracia argentina ha oscilado entre el
peronismo, el kirchnerismo y la derecha, lo que ha implicado avances
fundamentales para los derechos de los argentinos y retrocesos y amenazas
cuando la derecha retorna al poder. Hoy la amenaza es quizás la peor que
enfrentaran millones de argentinos, donde la juventud y los neutrales deberían
de pensar a quiénes les entregaron o negaron un voto, porque son quienes han
condenado a los sobrevivientes de la dictadura y de las políticas derechistas a
situaciones extremistas.
Como quiera, cuatro años seguro serán tiempos de experiencias amargas
para millones de argentinos que verán aún más amenazada su vida cotidiana. Las
Madres de la Plaza de Mayo ya salieron a las calles a protestar ante el
negacionismo de la derecha y la ultraderecha, que como en Chile, intentan
culpar a los propios argentinos que lucharon por la democracia, por
supuestamente propiciar la dictadura. Si bien Milei no tiene mayorías en el
Congreso, dominado por los peronistas, apenas asuma la presidencia buscará
concretar las medidas que muchos argentinos aplaudieron, quizás sin percatarse
que los afectarán. Quizás los jóvenes que le dieron su voto supongan que barrer
con la burocracia estatal y los derechos que el Estado argentino garantiza a
todos los ciudadanos, sea un acto a su favor, pero en realidad es autoritarismo
y extremismo de derecha. Es no reconocer que la sociedad argentina actual surge
de una sangrienta dictadura que esos jóvenes parecen ignorar, creyendo que
fingir que no ocurrió, les salvará del anquilosado peronismo para que el
mercado domine hasta el último rincón de la vida argentina.
En este sentido, es lo que Xóchitl Gálvez aplaudió, lo que la derecha en
México desea, aunque en nuestro país también le urge a la oligarquía y la
derecha partidista el retorno del saqueo y la corrupción. El sueño neoliberal
de Milei es el sueño neoliberal de Xóchitl Gálvez. Es el anuncio del
autoritarismo, el extremismo de derecha y el garrote represivo. Los mexicanos
no pueden ignorar el ominoso saludo de la candidata derechista mexicana a la
extrema derecha argentina. Tampoco pueden omitir la memoria histórica y las
implicaciones de las políticas neoliberales en la vida mexicana. Crecimiento de
la desigualdad y concentración de la riqueza en pocas manos, y saqueo de las
arcas nacionales, por medio de contratos, fideicomisos, condonación de
impuestos, privilegios fiscales, tráfico de influencias. En México, la
oligarquía neoliberal no obtuvo sus riquezas por la inversión de sus recursos,
sino porque los diferentes gobiernos del PRIAN les cedieron ingentes recursos
públicos a través de diversos mecanismos, pretendidamente legales.
Sin duda, Argentina enfrenta el retroceso. Al asumir la presidencia,
Javier Milei anunció su plan de choque, que incluye deshacerse de nueve
ministerios, entre los que destacan educación, derechos humanos, género, fin de
subsidios al transporte público, la energía y, aunque lo omitió, represión,
porque el shock neoliberal solo puede ser impuesto con la violencia del Estado.
En el caso de la educación, por ejemplo, la instancia será sustituida por una
rimbombante de capital humano, es decir, reduce la educación a una simplista
herramienta para formar gente que acepte que la explotación capitalista es “natural”
si quiere “ser alguien”; se trata de reducir al ser humano, si derechos ni
prestaciones, a un presente y una realidad sometidas al mercado. Algunos afines
a las políticas neoliberales suponen que del desastre que sembrará Milei
surgirá una Argentina capitalista ejemplo libertario. Veremos.
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