domingo, 7 de septiembre de 2025

¿El fin del neoliberalismo en México?

 

Durante el gobierno de AMLO, el primer presidente de la 4a transformación, se declaró muerto, o la menos agonizante, al neoliberalismo. Con sus oprobiosas políticas económicas, pretendiendo hacer de una ideología política decimonónica un programa económico para renovar la acumulación capitalista, favoreciendo la tasa de ganancia, la acumulación en pocas manos y la superexplotación de la mano de obra, se irguió en México, durante al menos tres décadas, como el pensamiento único e irrefutable. A los del PRIAN jamás les importó que la pobreza creciera inconmensurablemente, se trataba de hacer de México ejemplo de un proyecto que superara, de algún modo, al Chile dictatorial, con una “democracia” sitiada y fraudulenta. Si la simulación democrática podía tener éxito, era en un país de pobres y desinformados, abyectos, involuntariamente, a su propio destino católico y guadalupano. En ese periodo también hay que documentar el crecimiento del cristianismo estadounidense, sobre todo en su variante pentecostal, que igual celebraba el “don de lenguas” como el México injusto y pobre, al que le expoliaban 10% de sus ingresos, prometiéndoles que su dios así lo establecía.

Sin embargo, el neoliberalismo no llegó a su fin como AMLO previó. En sus años gubernamentales, tuvo que lidiar con funcionarios públicos –secretarios de Hacienda en particular- que elaboraban las políticas públicas con el sello neoliberal. Todo para unos pocos, nada para millones de mexicanos. Pero AMLO demostró, con sus aumentos al salario mínimo y los programas sociales, que era posible cuestionar al neoliberalismo que anidaba en el gobierno federal y en el Banco de México, cuyos exgobernadores recientemente se reunieron en el ITAM, la institución “educativa” de la oligarquía que forma estudiantes sin la menor capacidad de crítica del neoliberalismo, para celebrar que en el Banco de México se instauró una “política” de grandes vuelos. Lo que no dijeron es que la política del Banxico, que convirtió la lucha contra la inflación y el salario mínimo en sus principales armas para que la pobreza prevaleciera, jamás consideró a la gente. Se basó en supuestos político-ideológicos que ni siquiera pueden ser catalogados de técnicos.

El aumento de la inflación debe estar férreamente protegido, ergo el salario mínimo tiene que estar restringido. Por lo tanto, si la gente se muere de hambre, no puede ni pagar la renta, tiene que tener dos o tres empleos adicionales, es su problema. Es lo que esos neoliberales que en el ITAM aplauden matar de hambre al pueblo mexicano dominó durante tres décadas. Que el ITAM siga enseñando la misma parafernalia ideológico-política, es porque sus profesores y sus estudiantes de las elites mexicanas, creen que hay que regresar al despojo, saqueo y corrupción neoliberal. Esta es una lección que los señores del ITAM no enseñan: para que el neoliberalismo en México se impusiera, los grandes técnicos de Yale, Harvard y otras universidades estadounidenses, se impusieron con corrupción y saqueo indescriptibles. Por ejemplo, ¿endeudar a PEMEX hasta la locura, pero saqueando esa deuda, cuál fuel fin? Y lo mismo en general. Los gobiernos del PRIAN obtuvieron recursos asombrosos durante el alza de los precios petroleros. Más de 400 mil millones de dólares con Vicente Fox y Felipe Calderón.

No cabe la menor duda que el PRIAN saqueó al país sin recato, sin importarles los mexicanos que, durante el periodo presidencial de AMLO, 13.4 millones, salieron de la pobreza. Es lo que la oposición reclama. Ese dinero público debió llenar sus bolsillos. Nunca al PRIAN le ha importado la democracia, las elecciones, los pobres o la población mexicana en general. Si sus bolsillos se llenan con dinero público, es lo único que les importa. Recordemos que durante los gobiernos del PRIAN, el Congreso de la Unión les otorgaba millones de pesos supuestamente para gestorías, pero sabemos bien que se quedaron en los bolsillos del PRIAN. Todo es neoliberal por acabar.

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