jueves, 16 de octubre de 2025

Amparo

 

La Ley de Amparo, es una de las grandes aportaciones mexicanas a las leyes mundiales. Protege al ciudadano de los actos de autoridad que lo afecten. Surge con la Constitución yucateca de 1841, impulsado por Manuel Crescencio Rejón; alcanzó rango federal con la Constitución de 1857, impulsada por Mariano Otero, aunque su marco legal actual se consolidó con la Constitución de 1917, y en 2013 tomó la forma que tuvo hasta la reciente reforma de 2025. El debate sobre el amparo en la Cámara de Senadores, donde se le agregó un transitorio espurio, y las modificaciones que en la Cámara de Diputados se le hicieron a la iniciativa presidencial, hasta su retorno al Senado y posterior aprobación hoy 15 de octubre de 2025, dan cuenta de la falta de argumentos de la oposición derechista partidista en el Congreso de la Unión. La misma cantaleta, sin cuestionamientos reales, sin propuestas. Solo gritos y sombrerazos.

Al parecer, la oposición partidista no tiene nada qué decir ante los cambios que está implementando la 4T. El nuevo marco legal del amparo prevé que realmente se sirva al pueblo y no siga siendo un instrumento de abuso de quienes han estado torciendo la ley. Es el caso de algunos empresarios que, en promedio, durante más de 15 años han estado promoviendo juicios y demoras para no pagar impuestos. Acorde con la minuta final, no hay retroactividad. Según los expertos, excepto sus dudas sobre la protección ambiental a la que muchas comunidades recurren y que, dicen parece haberse omitido, se incluyó la jurisprudencia de la SCJN en cuanto a una ley procesal, como la del amparo. De este modo, se corrige lo que en 2013 instituyó el PRIAN, haciendo del amparo un costoso procedimiento y un mecanismo de abusos, en lo que muchos jueces han tenido un papel fundamental. Por ejemplo, hoy la SCJN dictó una jurisprudencia que prohíbe expresamente a los jueces y tribunales de alzada que modifiquen las sentencias dictadas a los feminicidas.

Durante un proceso realmente oprobioso, un horroroso caso que cimbró a Morelia en los últimos años, en la que un joven asesinó a su novia de la forma más espantosa que alguien se pueda imaginar, sus abogados y familiares, intentaron por todos los medios –intimidación, amparos, revictimización de la víctima y sus familiares, dinero, etc.- evitar su condena, a pesar de las evidencias. Al final, el joven fue condenado por feminicidio, pero un tribunal, al poco tiempo de la sentencia, rebajó la pena a partir del criterio de la “reinserción social”. Es decir, el feminicida cumpliría parte de su condena, pero si se portaba bien podría disfrutar de un “descuento” en su sentencia. La familia de la mujer asesinada, finalmente consiguió que la SCJN revisara el caso. En una disposición ejemplar, la SCJN revocó la decisión de un tribunal michoacano, dictó una jurisprudencia en la que afirma que, en los casos de feminicidio, ningún juez puede reducir las condenas, y ordenó una nueva resolución.

Este caso, da cuenta cómo el amparo era usado para encubrir, en este caso, feminicidas, pero hay otros casos (deudores fiscales, personas presas durante décadas sin sentencia, inocentes acusados sin pruebas, etc.) en los que la manipulación y el uso del amparo era atroz. El ciudadano común se quedaba desamparado, mientras los acusados, con evidencias irrefutables, compran jueces para ser favorecidos, ellos o sus familiares. Realmente, se espera que los cambios recientes en la Ley de Amparo ayuden a que la justicia llegué a los mexicanos, y que los privilegios se acaben. Por ejemplo, ahora por ley –en cuanto se publique en el Diario Oficial de la Federación y entre en vigencia- los casos tendrán el plazo máximo de seis meses para ser concluidos. En el caso de bloqueos a cuentas bancarias, la suspensión no será automática, pues el dueño tendrá que probar, a pesar de la suspensión provisional, que es dinero lícito. Estas son dos modificaciones importantes al amparo. No pierde, como grita la derecha, su vigencia, no desaparece. Sigue siendo un instrumento que el ciudadano común seguirá teniendo a su favor.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Ruindad mediática

 

No haré una defensa de los gobernadores, independientemente de su color partidista, pues es hasta ocioso cuestionar si respondieron a tiempo ante la reciente catástrofe pluvial o si su defensa, lo es de la clase política. El hecho es que, en realidad, todo se resume, como lo plantee en una opinión previa, a una nueva campaña propagandística de los medios corporativos golpistas y sus escribanos en contra de la presidenta de México. Prácticamente, toda la prensa, la radio y la televisión, en nado sincronizado, han inventado una nueva narrativa autoritaria y electorera. El fin es, por un lado, posicionar al derechista Ricardo Salinas Pliego, quien con la fuerza de su televisora pretende que los mexicanos lo consideren como parte de un entramado político alternativo, a pesar de sus insultos a esos mexicanos, y por el otro, la derecha partidista pretende articularse, aunque su postura carroñera no parece darle muchos frutos.

Sin duda, los medios corporativos golpistas no se salen de su ruta previamente establecida a partir de 2018. Estos medios no solo perdieron el financiamiento público que, en épocas del PRIAN, con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ascendió a miles de millones de pesos, incluyendo reparto de prebendas a sus escribanos y locutores. Durante todo el sexenio de AMLO, los medios construyeron varias narrativas para destruir su credibilidad y apoyo ciudadano. No lo lograron. Hoy, tienen a la presidenta de México como objetivo central de su campaña propagandística. La aprobación de 80% no les agrada a los medios, sus dueños y amanuenses. Lo que muestra esta nueva campaña es la ruindad mediática y de lo que son capaces con tal de intentar arruinar un gobierno democráticamente electo. En su mira está 2027: revocación de mandato y elecciones de medio término. No es que a la derecha le interese la gente.

La mezquindad de la derecha es esperable. Que los medios corporativos se embarquen en una nueva campaña golpista, también. De lo que se trata es cercar al gobierno que está impulsando, como algunos lo han llamado, un cambio de régimen. El gran problema para la derecha es ese cambio, pues no es nada más una operación para maquillar, sino que se trata de construir, por un lado, una arquitectura institucional diferente –reforma al Poder Judicial, con una nueva SCJN, entre otros-, y por el otro, nuevas leyes y normas que buscan transformar el andamiaje legal mexicano. El uso de las tragedias, son parte de la batería propagandística derechista. Un uso reprobable, pero esperable. La derecha en México y en el mundo tiene un comportamiento previsible. Si observamos, por ejemplo, el llamado “acuerdo de paz” sobre Gaza, vemos bien ese proceder. Mientras Donald Trump firmaba su montaje, sin la presencia de Netanyahu y líderes de Hamas, el ejército israelí asesinaba a más palestinos.

En México, la mezquindad de los medios corporativos golpistas no solo aparece impresa en sus portadas y ocho columnas, sino particularmente en sus escribanos. Con alguna excepción, los escribanos derechistas parece que copian sus columnas a partir de algunas líneas que “alguien” les dictó. Lo único que le imprimen son sus odios y fantasías personales. Como es el caso de Raymundo Rivapalacio, Héctor de Mauleón, entre otros. No solo construyen narraciones fantasiosas, sino vomitan el odio que no pueden contener en contra del gobierno actual, su partido y sus líderes. Lo hicieron cuando AMLO gobernaba, lo hacen ahora cuando gobierna Claudia Sheinbaum. El problema es que su aderezo es su profunda misoginia, lo que está escrito en las columnas de hombres y mujeres de la derecha que fabrican sus artículos tanto desde su misoginia personal como de su odio político e ideológico.

Ruindad y mezquindad mediática. En otro momento abordaré el tema, pero observando lo que la izquierda buenaondita plantea. Es decir, el golpeteo, aunque más acabado el de la derecha y sus propios medios golpistas, también la izquierda buenaondita tiene su parte.