miércoles, 15 de octubre de 2025

Ruindad mediática

 

No haré una defensa de los gobernadores, independientemente de su color partidista, pues es hasta ocioso cuestionar si respondieron a tiempo ante la reciente catástrofe pluvial o si su defensa, lo es de la clase política. El hecho es que, en realidad, todo se resume, como lo plantee en una opinión previa, a una nueva campaña propagandística de los medios corporativos golpistas y sus escribanos en contra de la presidenta de México. Prácticamente, toda la prensa, la radio y la televisión, en nado sincronizado, han inventado una nueva narrativa autoritaria y electorera. El fin es, por un lado, posicionar al derechista Ricardo Salinas Pliego, quien con la fuerza de su televisora pretende que los mexicanos lo consideren como parte de un entramado político alternativo, a pesar de sus insultos a esos mexicanos, y por el otro, la derecha partidista pretende articularse, aunque su postura carroñera no parece darle muchos frutos.

Sin duda, los medios corporativos golpistas no se salen de su ruta previamente establecida a partir de 2018. Estos medios no solo perdieron el financiamiento público que, en épocas del PRIAN, con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ascendió a miles de millones de pesos, incluyendo reparto de prebendas a sus escribanos y locutores. Durante todo el sexenio de AMLO, los medios construyeron varias narrativas para destruir su credibilidad y apoyo ciudadano. No lo lograron. Hoy, tienen a la presidenta de México como objetivo central de su campaña propagandística. La aprobación de 80% no les agrada a los medios, sus dueños y amanuenses. Lo que muestra esta nueva campaña es la ruindad mediática y de lo que son capaces con tal de intentar arruinar un gobierno democráticamente electo. En su mira está 2027: revocación de mandato y elecciones de medio término. No es que a la derecha le interese la gente.

La mezquindad de la derecha es esperable. Que los medios corporativos se embarquen en una nueva campaña golpista, también. De lo que se trata es cercar al gobierno que está impulsando, como algunos lo han llamado, un cambio de régimen. El gran problema para la derecha es ese cambio, pues no es nada más una operación para maquillar, sino que se trata de construir, por un lado, una arquitectura institucional diferente –reforma al Poder Judicial, con una nueva SCJN, entre otros-, y por el otro, nuevas leyes y normas que buscan transformar el andamiaje legal mexicano. El uso de las tragedias, son parte de la batería propagandística derechista. Un uso reprobable, pero esperable. La derecha en México y en el mundo tiene un comportamiento previsible. Si observamos, por ejemplo, el llamado “acuerdo de paz” sobre Gaza, vemos bien ese proceder. Mientras Donald Trump firmaba su montaje, sin la presencia de Netanyahu y líderes de Hamas, el ejército israelí asesinaba a más palestinos.

En México, la mezquindad de los medios corporativos golpistas no solo aparece impresa en sus portadas y ocho columnas, sino particularmente en sus escribanos. Con alguna excepción, los escribanos derechistas parece que copian sus columnas a partir de algunas líneas que “alguien” les dictó. Lo único que le imprimen son sus odios y fantasías personales. Como es el caso de Raymundo Rivapalacio, Héctor de Mauleón, entre otros. No solo construyen narraciones fantasiosas, sino vomitan el odio que no pueden contener en contra del gobierno actual, su partido y sus líderes. Lo hicieron cuando AMLO gobernaba, lo hacen ahora cuando gobierna Claudia Sheinbaum. El problema es que su aderezo es su profunda misoginia, lo que está escrito en las columnas de hombres y mujeres de la derecha que fabrican sus artículos tanto desde su misoginia personal como de su odio político e ideológico.

Ruindad y mezquindad mediática. En otro momento abordaré el tema, pero observando lo que la izquierda buenaondita plantea. Es decir, el golpeteo, aunque más acabado el de la derecha y sus propios medios golpistas, también la izquierda buenaondita tiene su parte.

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