La "sociedad civil" que tanto defienden personajes como Sergio Aguayo Quesada, quien cobra sueldo de oro en El
Colegio de México, además de ser financiado por la USAID, Claudio X. González, farsante activista social, millonario por condonaciones de impuestos y dinero de USAID, Jorge Castañeda, exfuncionario del amigo del Chapo Guzmán,
el presidente derechista VicenteFox, Leonardo Curzio, locutorcillo de 5a con sueldos dorados de la UNAM y medios corporativos golpistas, entre otros, no representa a los mexicanos. La "sociedad civil" de la derecha, es una entelequia, una fantasía financiada con dinero de las agencias estadounidensesy europeas golpistas, y sectores empresariales mexicanos golpistas.
Asimismo, la “sociedad civil” de la derecha, es totalmente ajena a
organizaciones sociales que realmente luchan por causas reales y justas, no
defendiendo a las elites, a corruptos y saqueadores, como María
Amparo Casar. Alegan que se revelaron sus datos, pero nada dicen de la evidente corrupción en la que la señora ha incurrido durante 20 años. Dice la supuesta "investigadora" anticorrupción que no sabía que su esposo se había suicidado. ¿Tampoco sabía que sus abogados, cómplices y corruptos, y el intelectual salinista Héctor Aguilar Camín, solicitaron se cambiara
el dictamen de suicidio a accidente? La corrupción y el saqueo de una empresa
pública, está más allá de sus supuestos datos exhibidos. Más allá de la basura
que el INAI va a "investigar".
Pero lo de los datos privados revelados, es la ominosa cortina de humo
de la derecha política, intelectual, de la sociedad civil y empresarial, para
ocultar los actos de corrupción y saqueo en los que han participado, por medio
de diversas artimañas. En el caso de María Amparo Casar, se valió de tráfico de
influencias y falsificación de pruebas para obtener millonarios recursos
públicos a su favor y de sus hijos. Es decir, la señora se volvió millonaria,
no por las “investigaciones” y los libros que escribe, sino porque cobró una fraudulenta
pensión de viudez. Pero no es el único caso. Recordemos al historiador y
escritor de ficción Héctor Aguilar Camín, amigo del expresidente Carlos Salinas
de Gortari, a quien le pedía “apoyos solidarios” millonarios para sus empresas
y su bolsillo. O el caso de Enrique Krauze para financiar sus empresas,
enriquecerse y vender sus vetustas revistas y publicaciones derechistas y
fascistoides.
Es el caso de algunos de los notorios intelectuales de la derecha en
México. Con el PRI, se consolidó una pequeña elite de intelectuales que
pululaban en torno a dos revistas político-literarias: Nexos y Vuelta –posteriormente,
a la muerte del premio Nobel de Literatura, Octavio Paz, Enrique Krauze
rebautiza su revista como Letras Libres, pero con igual contenido y pretensiones
ensayísticas literarias, académicas y políticas. En ambos casos, la
administración del expresidente Carlos Salinas de Gortari, catapultó a sus
cabezas visibles, Héctor Aguilar Camín y Octavio Paz, como intelectuales
orgánicos de su administración, no solo para justificar las atrocidades neoliberales,
sino también para generar un ambiente intelectual favorable al fraudulento
gobierno del PRI, los contubernios con el PAN y el desmantelamiento del estado
de bienestar. Se trató de construir el panegírico del neoliberalismo mexicano.
Desde esta perspectiva, el alegato de la derecha defendiendo a María
Amparo Casar, no es por la revelación de sus datos personales, sino por
justificar la corrupción y privilegios de un personaje parte de esa elite
intelectual. La señora, titular de una organización fundada por el saqueador
Claudio X. González, fue funcionaria pública con Vicente Fox, coordinadora de
asesores de Santiago Creel Miranda, y durante ese momento, se pergeño el fraude
a PEMEX. Es obvio que la señora, como sus abogados, incluyendo a Héctor Aguilar
Camín, sabían que el esposo de la primera había cometido un suicidio. Como lo
explicó el maestro Bernardo Bátiz, exprocurador del momento en el gobierno de
AMLO en la ciudad de México. El fraude a las instituciones.
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