sábado, 19 de octubre de 2024

Dialogo y respeto

 

El arribo de una mujer a la presidencia de México ha causado molestia, exacerbado el odio misógino y la desesperación del patriarcado político, conformado por los partidos políticos, políticos y elites empresariales opositoras. La presidenta Claudia Sheinbaum arribó al Poder Ejecutivo con el voto de más de 35 millones de mexicanos, situación que aborrece la derecha opositora. No solo porque es mujer la primera mandataria de México en 200 años, sino también porque no hay sombra de su triunfo. Es legal y legítimo. Igualmente, se le acusa de supuestamente ser alfil de AMLO, negándole inteligencia, capacidad, independencia y toma de decisiones, pues el solo hecho de no deslindarse del expresidente y la 4T, desilusiona al patriarcado político. También, explotan con rabia, porque esta mujer que desdeñan ha dejado muy en claro que gobierna, no solo administra. Haber fijado las bases de la interacción del embajador de Estados Unidos con el gobierno mexicano, restringir cualquier reunión con la derecha partidista, encargando a la secretaria de Gobernación tal menester, y dejarle en claro al Poder Judicial y sus ilegales paristas-huelguistas que ella fija la agenda de la reforma judicial, enfurece a la derecha.

Como plantee en una pasada reflexión, la misoginia de corte fascista está exacerbada. Mujeres y hombres de diversos sectores sociales, políticos, económicos, han escalado su odio contra la presidenta Claudia Sheinbaum, solo por el hecho de ser mujer y demostrar que gobierna, aunque no se deslinde del legado de AMLO. Durante el sexenio del expresidente, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, entraba y salía de Palacio Nacional y de las diferentes dependencias gubernamentales como cualquier procónsul, no como embajador. AMLO declaró una pausa en su relación con el enviado de Washington, cuando éste mostró, de manera impertinente y grosera, la postura de su gobierno y empresas estadounidenses, contra la reforma judicial. A los pocos días de la toma de posesión de la presidenta de México, fijo las nuevas reglas: cualquier asunto, el embajador deberá turnarlo a la secretaría de Relaciones Exteriores. Algo parecido sucede con la derecha opositora. Mujeres y hombres la insultan, muestran sin ambages su odio misógino y falta de respeto, mientras la presidenta adopta una actitud serena, paciente, pero firme: la secretaría de Gobernación se reunirá con esa oposición rabiosa y llena de odio.

El caso del Poder Judicial llega al patético paroxismo. Recién aprobada la reforma judicial por el Constituyente (Congreso de la Unión y Congresos estatales), comenzó un paro ilegal acompañado de amparos que violan la Constitución, el estado de derecho y buscan crear una crisis constitucional. AMLO fue muy preciso: respeto a las huelgas-paros ilegales, pero la Ley de Amparo y la Constitución son claras: las reformas constitucionales son inamovibles, ningún amparo puede revertirlas y, en caso de recurrir a instancias internacionales, como se pretende, la Constitución mexicana prevalece por sobre cualquier norma jurídica internacional. La presidenta Claudia Sheinbaum, también ha sido clara y contundente: ni 8 ministros de la SCJN, ni jueces y magistrados de distrito del Poder Judicial pueden declarar inconstitucional la Constitución. La reforma judicial va. Los que han votado por seguir su ilegal paro, viven su propia tragicomedia: lanzan amparos y diatribas por doquier, pero no ofrecen justicia a los mexicanos. Además de los cerca de 10 mil millones de pesos que ha costado su ilegal actuación, privan a millones de ciudadanos de seguir sus procesos jurídicos de toda índole. El descrédito es del Poder Judicial, porque la presidenta cuenta con la aprobación de la ciudadanía. Incluso arriba de los que votaron por ella el 2 de junio de 2024.

La derecha es pródiga en odios, misoginia y desprecio, no solo a los ciudadanos que no votan por sus corruptelas, privilegios y acuerdos con delincuentes de todo tipo, sino también en odiar y desdeñar a una mujer que la supera en inteligencia, prudencia y toma de decisiones.

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