lunes, 30 de diciembre de 2024

El coming out de la derecha mexicana

 

En el ambiente LGBT+ se suele usar la metáfora del closet para indicar que una persona “oculta” su condición sexual a los demás, pero también se dice, cuando finalmente sale del closet, “coming out”, es decir, declara abiertamente su orientación sexual. Es interesante aplicar ambos términos a la derecha mexicana, pues durante el sexenio de AMLO y los tres meses que lleva la presidenta Claudia Sheinbaum, la derecha mexicana dejó el closet y declaró, sin ambages, que odia y desprecia a los mexicanos. Cuando algunos derechistas y fachos, en redes sociales, hablan sobre el supuesto 40% que los apoya, se siguen hundiendo. En los hechos, solo el 26% del padrón electoral votó por el PRIANRD, y un 6% por la derecha naranja, Movimiento Ciudadano, lo que implica suponer que un 31% apoya a la derecha, pero no ese 40% que alegan.

Lo importante de el golpeteo de la derecha mexicana, es que sigue derrapando ante la opinión pública. Las últimas encuestas de aprobación de la presidenta Claudia Sheinbaum, la ubican favorablemente arriba del 70%. Es decir, por la presidenta votó 60% del padrón electoral, pero en los primeros tres meses un 10% o más de los mexicanos aprueban su gobierno. En tanto, la derecha sigue cayendo en las preferencias ciudadanas o al menos conservando ese 20% por ciento de seguidores. Y la derecha, en voz de sus principales voceros –Marko Cortés, Alito Moreno, Lilly Téllez, Kenia López Rabadán, Pedro Ferriz de Con y su hijo, Beatriz Pagés, Alazraki, entre otros- no tiene un discurso alternativo. Solo odio y desprecio. La misoginia exaltada.

El coming out de la derecha mexicana ha permitido conocer el odio y desprecio de los partidos políticos, la comentocracia de los medios corporativos y de redes sociales. Así como durante la campaña electoral de Xóchitl Gálvez, la fallida y fracasada “indígena” candidata de la derecha, no hubo discurso alternativo, menos proyecto más allá de regresar los privilegios a la oligarquía y a los políticos derechistas, ahora ni siquiera intentan articular una narrativa que de sentido a su odio. No hay el menor interés en construir una alternativa. Por ejemplo, su defensa del corrupto Poder Judicial, no superó la reforma judicial que finalmente se convirtió en Constitución. Y en Morelia, un juez vuelve a lo mismo, amenazar al IEEM, porque no detiene lo que constitucionalmente está prescrito.

La derecha mexicana salió del closet, pero con tropezones. El coming out no resolvió la estupidez de una derecha que no cree en la democracia. El 2 de junio de 2024, los mexicanos jugaron con los términos de la democracia burguesa. Fueron a las urnas para votar por la opción que les importaba, no lo que la propaganda de odio y desprecio afirmaba. La derecha perdió con sus propias armas, el voto ciudadano. Cuando pretendió la “sobrerrepresentación”, fue de risa. El PRIAN decidió previamente esa “sobrerrepresentación”, pero como no le favorecía buscó terminarla, incluso con la complicidad de la SCJN. No sucedió. Lo importante es que los ciudadanos estén alertas sobre las mentiras y bajezas de la derecha. No va a regresar al poder vía la democracia, sino por sus trampas e ilegalidades.

Quizás lo peor para la derecha mexicana, son las alianzas que está haciendo con la extrema derecha, los fascistas. La derecha mexicana sale del closet mostrando sus peores caras y discursos. Alianzas con el empresariado golpista, financiamiento extranjero, corrupción y saqueo en los gobiernos que ha encabezado, son algunas de las señales de esa derecha cavernaria. Los ciudadanos mexicanos no dejarán de ser conservadores solo porque Morena gobierne, pero si votaron masivamente por Claudia Sheinbaum y Morena, es porque saben que el odio y el desprecio de la derecha es corrosivo. A los mexicanos no les interesa que la derecha regrese al poder porque sería un retroceso que a todos golpearía. A los conservadores que votaron por la presidenta de México, no les convence el aborto, la igualdad sustantiva, el castigo a los feminicidas, el respeto a la diversidad sexual. Pero tampoco les interesa que el PRIAN gobierne.

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