miércoles, 25 de diciembre de 2024

Trump y la amenaza de las deportaciones masivas

 

¿Quién se beneficia de las caravanas de migrantes? Médicos Sin Fronteras ha identificado a más de 950 mil personas en situación irregular en tránsito a Estados Unidos. Los traficantes de personas y la delincuencia organizada y de cuello blanco, son los que ganan, mientras Donald Trump continúa amenazando con deportaciones masivas. ¿Tendrá la fuerza total dictatorial para cumplir sus amenazas? De acuerdo con Manuel Orozco de Inter-American Dialogue, no habrá deportaciones masivas. Podría deportar a 150 mil, incluyendo mexicanos y centroamericanos, porque no será fácil, además de que económicamente podría tener implicaciones que no está calculando. A partir del 20 de enero, veremos las Acciones Ejecutivas que podría dictar para darle la vuelta al sistema jurídico estadounidense, lo que podría llevar al colapso de la normativa jurídica que sustenta la inmigración y el asilo. Migration Policy Institute (MPI) discute el legado de Joe Biden en cuanto a inmigración y asilo.

Según el MPI, el legado de Biden implicó rehacer el anquilosado sistema migratorio estadounidense torpedeado por Donald Trump. Tuvo algunos éxitos, pero no deshizo los golpes Trumpianos. Los académicos estadounidenses y latinos, suelen simular que su postura nada tiene que ver con ideologías y políticas, pero los panelistas del MPI, no resuelven el dilema migración-asilo político en la era Biden, porque confunden los hechos –por ejemplo, la desgarradora separación de niños y niñas de sus madres y padres, uno de los sellos antiinmigrantes del Trumpismo- con las deficiencias de Biden. En el último año fiscal (septiembre 2023-octubre 2024), más de 250 mil migrantes fueron expulsados de Estados Unidos y muchos de los niños y niñas separados de sus padres, siguen en el limbo.

Entre fines de los ochenta y los noventa del siglo pasado, la IRCA (Immigration Reform and Control Act, 1986) ofreció a los indocumentados mexicanos un camino a la regularización, pero Bill Clinton, el demócrata, al endurecer las leyes migratorias de Estados Unidos, normalizó las deportaciones de inmigrantes de distintas nacionalidades. Barack Obama, el otro demócrata, deportó a más de dos millones de inmigrantes. Donald Trump, en su primer mandato, continuó el proceso, sobre todo cambiando profundamente el sistema legal que sustentaba la inmigración y el asilo. Joe Biden trató de reparar la normativa, pero las deportaciones no se detuvieron. La amenaza de Trump no debe tomar por sorpresa a nadie. Quizás aspectos como intentar reinterpretar la 14ª enmienda sobre la ciudadanía a los nacidos en territorio estadounidense, impresionen mucho, más el entramado legal e institucional de Estados Unidos, podría impedirlo.

La amenaza no es solo a México, sino para miles de inmigrantes que ingresaron a Estados Unidos de manera irregular o están a la espera de la cita que el gobierno de Biden les proporcionó, pero que quizás a partir del 20 de enero se esfume. Ahora bien, en el caso de nuestro país, es probable que la amenaza de considerar a los carteles de la droga como terroristas, sea la moneda de cambio para confrontar a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tendrá que decidir entre la ominosa intervención Trumpista, el reforzamiento de la barrera antiinmigrante y el arribo de migrantes deportados, los que tendrían que ser enviados a sus países por el propio gobierno estadounidense. El gobierno mexicano no tiene la infraestructura necesaria para recibir a miles de inmigrantes. Menos para regular las deportaciones de migrantes actualmente encarcelados o con orden de deportación, contingentes que quizás sean los primeros en ser expulsados.

Hay personas, entre académicos, miembros de ONG, el propio gobierno mexicano y personas comunes, que no creen que la amenaza Trumpista se cumpla, pero más nos vale estar preparados. Si las caravanas migrantes han roto la relativa calma en el país, particularmente en los estados de tránsito, estancia temporal o permanente y, muchas veces, destino final, urge un plan. Primero, quizás sea importante que algunas ONG, comentócratas de derecha y de la izquierda buenaondita, guarden sus adversos y golpistas vaticinios y hagan un frente que converja con los esfuerzos del gobierno para enfrentar las amenazas de Donald Trump. Segundo, la firmeza de la presidenta de México, debe prevalecer y contar con el apoyo de todos los mexicanos.

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