¿Quién se beneficia de las caravanas de migrantes? Médicos Sin Fronteras
ha identificado a más de 950 mil personas en situación irregular en tránsito a
Estados Unidos. Los traficantes de personas y la delincuencia organizada y de
cuello blanco, son los que ganan, mientras Donald Trump continúa amenazando con
deportaciones masivas. ¿Tendrá la fuerza total dictatorial para cumplir sus
amenazas? De acuerdo con Manuel Orozco de Inter-American Dialogue, no habrá
deportaciones masivas. Podría deportar a 150 mil, incluyendo mexicanos y
centroamericanos, porque no será fácil, además de que económicamente podría
tener implicaciones que no está calculando. A partir del 20 de enero, veremos
las Acciones Ejecutivas que podría dictar para darle la vuelta al sistema jurídico
estadounidense, lo que podría llevar al colapso de la normativa jurídica que
sustenta la inmigración y el asilo. Migration Policy Institute (MPI) discute el legado de Joe
Biden en cuanto a inmigración y asilo.
Según el MPI, el legado de Biden implicó rehacer el anquilosado sistema
migratorio estadounidense torpedeado por Donald Trump. Tuvo algunos éxitos,
pero no deshizo los golpes Trumpianos. Los académicos estadounidenses y
latinos, suelen simular que su postura nada tiene que ver con ideologías y políticas,
pero los panelistas del MPI, no resuelven el dilema migración-asilo político en
la era Biden, porque confunden los hechos –por ejemplo, la desgarradora
separación de niños y niñas de sus madres y padres, uno de los sellos
antiinmigrantes del Trumpismo- con las deficiencias de Biden. En el último año
fiscal (septiembre 2023-octubre 2024), más de 250 mil migrantes fueron
expulsados de Estados Unidos y muchos de los niños y niñas separados de sus
padres, siguen en el limbo.
Entre fines de los ochenta y los noventa del siglo pasado, la IRCA
(Immigration Reform and Control Act, 1986) ofreció a los indocumentados
mexicanos un camino a la regularización, pero Bill Clinton, el demócrata, al
endurecer las leyes migratorias de Estados Unidos, normalizó las deportaciones
de inmigrantes de distintas nacionalidades. Barack Obama, el otro demócrata,
deportó a más de dos millones de inmigrantes. Donald Trump, en su primer
mandato, continuó el proceso, sobre todo cambiando profundamente el sistema
legal que sustentaba la inmigración y el asilo. Joe Biden trató de reparar la
normativa, pero las deportaciones no se detuvieron. La amenaza de Trump no debe
tomar por sorpresa a nadie. Quizás aspectos como intentar reinterpretar la 14ª
enmienda sobre la ciudadanía a los nacidos en territorio estadounidense,
impresionen mucho, más el entramado legal e institucional de Estados Unidos,
podría impedirlo.
La amenaza no es solo a México, sino para miles de inmigrantes que
ingresaron a Estados Unidos de manera irregular o están a la espera de la cita
que el gobierno de Biden les proporcionó, pero que quizás a partir del 20 de
enero se esfume. Ahora bien, en el caso de nuestro país, es probable que la
amenaza de considerar a los carteles de la droga como terroristas, sea la
moneda de cambio para confrontar a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien
tendrá que decidir entre la ominosa intervención Trumpista, el reforzamiento de
la barrera antiinmigrante y el arribo de migrantes deportados, los que tendrían
que ser enviados a sus países por el propio gobierno estadounidense. El
gobierno mexicano no tiene la infraestructura necesaria para recibir a miles de
inmigrantes. Menos para regular las deportaciones de migrantes actualmente encarcelados
o con orden de deportación, contingentes que quizás sean los primeros en ser
expulsados.
Hay personas, entre académicos, miembros de ONG, el propio gobierno
mexicano y personas comunes, que no creen que la amenaza Trumpista se cumpla,
pero más nos vale estar preparados. Si las caravanas migrantes han roto la
relativa calma en el país, particularmente en los estados de tránsito, estancia
temporal o permanente y, muchas veces, destino final, urge un plan. Primero,
quizás sea importante que algunas ONG, comentócratas de derecha y de la
izquierda buenaondita, guarden sus adversos y golpistas vaticinios y hagan un
frente que converja con los esfuerzos del gobierno para enfrentar las amenazas
de Donald Trump. Segundo, la firmeza de la presidenta de México, debe
prevalecer y contar con el apoyo de todos los mexicanos.
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