viernes, 22 de agosto de 2025

La “trama paranoica” de la derecha en el TEPJF

 

Con 3 votos en contra y 2 a favor, de los conocidos magistrados del PRIAN, la elección de los 9 ministros de la SCJN que entrará en funciones el 1 de septiembre de este año, fue validada. Se acabaron los oportunistas supuestos para revertir una elección judicial constitucional. Como la magistrada presidenta afirmó con toda razón: “Un tribunal no puede generar un caos, y menos por indicios donde no hay evidencias plenas”, porque es lo que pretendía el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, amigo cercano del asesino Felipe Calderón, priista y panista en diversos momentos de su vida política, artífice de la ponencia que recogió argumentos de organizaciones de la derecha, todas ligadas a Claudio X. González y al PRIAN.

Detrás del proyecto principal, suscrito por el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, y del expuesto por la magistrada Janine Otálora, había una cauda de especulaciones y supuestos, estadísticas manoseadas –las estadísticas pueden aportar datos esenciales, pero también son manipulables-, una caja de acordeones que parecían recién impresos, cero fundamentos jurídicos, los medios corporativos dando la razón al primer ponente a pesar de que se declaró la validez de la elección de la SCJN, y el odio exacerbado de la derecha, usando a sus magistrados afines para intentar derribar una elección popular y constitucional.

Según Reyes Rodríguez Mondragón, quienes obtuvieron la mayoría de los votos fueron parte de una “combinación”; es decir, los 9 ministros que pronto tomarán protesta para la nueva SCJN, tenían una especie de alianza o coalición. Entonces, los votos obtenidos individualmente por los candidatos debían ser anulados porque fueron obtenidos por una “combinación. Por su parte, Janine Otálora, argumenta un “dirigismo” en la elección: ninguno de los ciudadanos que fue a votar, ejerció su voto conscientemente; fueron “dirigidos” por una “fuerza superior” –los acordeones que, quizás, como el mismo Reyes Rodríguez Mondragón, dijo sobre el financiamiento: no importa, aunque hayan sido financiados por extraterrestres. Era previsible el fallo en contra, no solo porque ambos magistrados representan a grupúsculos de la derecha –por ejemplo, ese organismo financiado por la derecha llamado Litigio Estratégico, donde dicta sus admoniciones el ministro en retiro José Ramón Cossio, sino porque sus ponencias carecen de argumentos jurídicos.

Por ello, la idea lanzada por la ministra presidenta del TEPJF, sobre una “trama paranoica”, es interesante, pues usó la metáfora para evitar hablar de dos magistrados alineados a intereses de la derecha, no de los votantes. Como se planteó, no solo se pretendía anular la elección de los ministros de la SCJN, sino crear un caos constitucional. Es decir, no les importa la gobernabilidad, menos un proceso económico, social y político transformador en marcha. Se buscaba imponer lo que a los grupos de derecha y a la oligarquía importa: caos, golpismo, desestabilización. Por eso es entendible la diatriba grotesca e insultante de la supuesta senadora Lilly Téllez en el Senado de la República. Así como a su patrón, el multimillonario deudor fiscal, se le acaban los días para pagar lo que debe al fisco mexicano, sube el volumen de una mujer que no tiene ideas, propuestas, solo insultos, gritos y sombrerazos. Lo que es realmente vergonzoso.

Con todo, más allá de la “trama paranoica”, la derecha jugó su última carta con dos ponencias mal hechas, sin fundamentos jurídicos, con ocurrencias. El ministro Felipe de la Mata puntualizó que se pretendió hacer pasar unas estadísticas manipuladas, defectuosas, como la “prueba madre”, proveniente de un “amigo de la corte” (amicus curiae), para invalidar una elección nacional; es decir, desechar millones de votos ciudadanos por los caprichos de la derecha. Según los medios corporativos golpistas y sus “expertos”, fue un fraude electoral a partir del uso de unos acordeones, de los cuales el ministro Reyes Rodríguez Mondragón no presentó una sola prueba de lo que llamó una acción conjunta organizada a nivel nacional. De pena ajena.

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