sábado, 13 de septiembre de 2025

Pedofilia: cristianos y católicos

 

El caso de Marcial Maciel es ejemplar en la Iglesia católica. Lo peor es que fue protegido por el papa Juan Pablo II, un derechista que, si hubiese vivido más, justificaría el genocidio en Gaza. Pero protegió, no solo a Maciel, el gran depredador, sino también a cientos de jerarcas y sacerdotes de distintos orígenes. No diré más, porque podrían acusarme de vengativo, pero este escribano fue abusado por gente de la Iglesia católica. Ya es un asunto resuelto en mi vida, pero me sigue asombrando el uso de la fe para justificar el abuso en contra de mujeres y hombres. Sacerdotes, grandes jerarcas católicos y pastores de las iglesias protestantes, son parte de la pedofilia y pederastia institucionalizadas. En la iglesia católica, hombres y mujeres viven con culpa, hasta que denuncian y enfrentan a sus monstruos, como es el caso de Marcial Maciel, aunque su congregación, creada para acumular dinero privado y evadir el abuso de su líder, siga en pie sin poder justificar sus abusos.

Cuando se habla de las diferentes denominaciones del protestantismo estadounidense, es parte de la negación, aunque en Estados Unidos, donde emergieron diversas denominaciones depredadoras de recursos privados y de mujeres y hombres, sea parte de extensos litigios en contra de pastores abusivos, quienes se enriquecieron y abusaron sexualmente de mujeres y hombres, muchos menores de edad. En México, un sector de los protestantes llegó a México con el famoso Instituto Lingüístico de Verano, instancia que colonizó a grupos indígenas, en diversas regiones indígenas mexicanas, con el apoyo del gobierno mexicano. El protestantismo en México se ha extendido en nuestro país con la idea gubernamental de socavar la influencia de la iglesia católica, pero ha entronizado otra influencia religiosa e ideológica con ese protestantismo abusivo y que se ha enriquecido extrayendo recursos de sus seguidores, lo que, en algunas situaciones, justifica el abuso y perversión de los pastores evangélicos. La Iglesia del Mundo es solo un ejemplo.

La Iglesia del Mundo, resume las sangrías de la Iglesia católica. El protestantismo, en general, es parte de un cisma en el seno de la Iglesia católica, en la que las veleidades de los jerarcas de la época, incluyendo Papas, cardenales, obispos y otros miembros, se imponían. Recordemos el caso del Papa Borgia, quien hasta embarazó a su hija Lucrecia Borgia, los casos de la poderosa familia Medici, que incluyó diversas atrocidades. Los protestantes, encabezados por Lutero y Calvino, vislumbraron la fe cristiana desde otra perspectiva, pero en Estados Unidos, múltiples denominaciones se convirtieron en transnacionales de una fe basada en los negocios, la expoliación y el abuso. El famoso espíritu del capitalismo protestante, tan celebrado por el excelso sociólogo alemán Max Weber, cayó en tierra fértil.

No hay duda de que la Iglesia del Mundo, parte de ese protestantismo fragmentado y reelaborado –los mormones y su Iglesia de los Santos de los Últimos Días y una serie de sectas que proliferan por Estados Unidos, y han tenido entre sus fines suicidios colectivos- es el exceso de un cristianismo que asume una fe tergiversada y perversa. Además de arrebatarle a sus miembros sus recursos pecuniarios –diezmos obligatorios, herencias, etc.-, les mienten en su fe. Reclutan mujeres, muchas niñas, o niños- para abusar de ellos. Todo en nombre de un Dios que es usado para justificar abusos y expoliación. En México, la Luz del Mundo tiene crecientes miembros –conozco varios-, así como los pentecostales, que usan el Pentecostés como un gran acontecimiento para afianzar sus abusos y expoliaciones.

Con todo, la fe parece ser un enigma y un gran resorte para que muchos se acerquen a esas denominaciones y sectas. Por supuesto, el catolicismo es una fe que ha sucumbido ante sus propios fieles. La fe católica, no solo es rebasada, también es cuestionada para que cientos, si no es que miles, vean en los protestantismos una supuesta respuesta a sus carencias ideológicas humanas.

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