miércoles, 17 de julio de 2013

Reforma migratoria, deportaciones y alertas de viaje

La iniciativa de reforma migratoria llegó a la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Acorde con algunos medios estadounidenses, podría quedarse en el limbo de cumplirse las amenazas de los republicanos, quienes a pesar de no conformar un grupo compacto, su oposición puede ser fiera y duradera.
Según un analista de The New York Times, entre los republicanos prevalecen, con sus matices, variadas posiciones: los que votarían sin mover un ápice la iniciativa propuesta por el Senado; los que jamás aprobarían una ley con los términos “comprehensiva” y “reforma”, dejando solamente “inmigración”.
Están los preocupados por la seguridad fronteriza y la E-Verify (sistema para verificar la estancia legal de un trabajador); los pro-empresariales a favor de un nuevo programa de trabajadores huéspedes; quienes ven la reforma como una causa humanitaria o creen que la única respuesta está en la política inmigratoria.
Hay republicanos preocupados por el impacto de la reforma en los salarios, la asimilación y la cohesión cultural; los que aceptan por propio interés la reforma como única vía para salvar su partido de la debacle, y los que creen que la reforma crearía una reserva de votos incalculable para los demócratas.
En este contexto de opiniones encontradas, el ex-presidente George W. Bush, llamó a su partido a votar por la reforma migratoria porque favorecería el control fronterizo; además, afirmó que no deberían temer a la base conservadora de su partido. Pero entre los mismos republicanos se plantea que nadie le hará caso.
Asimismo, el presidente Barack Obama hizo un nuevo llamado a aprobar la reforma, en un momento en que las críticas sobre su política inmigratoria crecen. Según diversas fuentes, este ha sido el peor año en deportaciones, además de que más de cien mil indocumentados sin antecedentes penales han sido expulsados.
Para algunos grupos defensores de los derechos de los inmigrantes, esta política busca compaginar su retórica criminalizadora con los reclamos de los conservadores para obtener la aprobación de la iniciativa. Se afirma que se ha inventado un fantasma “inmigrante criminal” para justificar las deportaciones.
Con todo, no resultan contradictorios los informes que afirman que la reforma tendría grandes beneficios económicos. Destaca el crecimiento del PIB, de 3.3 por ciento en 2023 a 5.4 en 2033; fomento a la innovación, pues los inmigrantes son grandes emprendedores, lo que favorecería el empleo y el crecimiento económico.
Asimismo, se afirma que incrementaría la productividad e implicaría nuevas protecciones a los trabajadores estadounidenses; reduciría el déficit público; balancearía el problema de la vejez de la población al integrar trabajadores jóvenes al mercado laboral, y reforzaría la seguridad social en términos financieros.
Las deportaciones y los beneficios de la reforma son sin duda parte de una misma retórica. Finalmente, el gobierno de Estados Unidos busca asegurar un stock de migrantes indocumentados para que a partir del mismo se pueda dirimir, de aprobarse la reforma migratoria, quien califica y quien se va del país.
Por supuesto que la reforma implicará beneficios económicos. Si la migración indocumentada es un negocio, con más razón la migración regulada es un gran negocio. No se trata nada más de reparar un sistema migratorio roto, sino aprovechar un stock de inmigrantes para la economía de un país en problemas.
En este contexto, tampoco la reciente alerta de viaje del Departamento de Estado, sobre México, es inexplicable. Como la inmigración, este tipo de mecanismos son una extensión de la política de seguridad doméstica de Estados Unidos. La extraterritorialidad es fundamental para ese país.
La renovación de la alerta de viaje afecta diversas regiones de México en particular. Es parte de una relación bilateral que incluye el espionaje, el apoyo financiero para combatir al narco, la implementación de controles por parte de nuestro país en nuestra frontera con Centroamérica, y la intervención de diverso modo.
Durante el calderonato se exacerbó el intervencionismo estadounidense en todos los niveles, por lo que no deben extrañar las tibias respuestas, a veces timoratas, ante estas situaciones del actual gobierno mexicano. Y la reacción de la IP michoacana es por demás exagerada e impertinente.
Suponer que los medios y las percepciones mediáticas van a resolver el problema de la inseguridad, llamando particularmente a censurar las líneas editoriales, resulta abusivo. La Constitución mexicana protege el derecho a la información y la libertad de expresión. Ocultar, censurar, omitir, es un abuso en el contexto actual.
Algunos analistas mexicanos señalan que las alertas de viaje poco han impactado la visita de estadounidenses a nuestro país, particularmente a las zonas que el Departamento de Estado señala como muy peligrosas. Que es el caso de Michoacán. Tal vez el reclamo debería dirigirse a otro ámbito.
En nuestro estado, si bien la gobernabilidad es cuestionada en algunas zonas, no es generalizable. Algunas situaciones en ciertos lugares, que parecen parte de la cotidianidad, como las ejecuciones, son las que causan gran impacto y temor, pero suceden. Los medios únicamente transmiten a los ciudadanos la información.
No se trata de justificar. Los gobiernos locales tienen que asumir su responsabilidad. Pero no es un problema de los medios. Estos sucesos muestran la fragilidad de la gobernabilidad, la necesidad de una estrategia conjunta y la importancia de la respuesta gubernamental ante una delincuencia envalentonada.
Obviedades. 1. Lamentables las declaraciones de los irresponsables dirigentes de la CNTE: amenazan con no comenzar el próximo ciclo escolar y reclaman como supuesto “derecho histórico” las plazas automáticas de las normales. 2. Ernst & Young, una consultora internacional, aplicó una encuesta a un mil 700 compañías a nivel mundial, revelando que México ocupa el primer lugar con mayor grado de corrupción y pago de sobornos a empresas y gobiernos en América Latina. 3. En relación con las recientes elecciones, un estudio del IFE admite que un 20 por ciento del total de las secciones electorales tenía problemáticas de alta inseguridad, lo que de seguro repercutió en los resultados electorales y el remedo de normalidad democrática que se impone en nuestro país. 4. El reciente reporte sobre la migración mexicana a Estados Unidos del Grupo BBVA, afirma que México cayó al cuarto lugar como país receptor de remesas; las remesas prácticamente se han estancado, mientras en Centroamérica crecen; unos 6.8 millones de mexicanos indocumentados podría aspirar (subrayado) a la regularización, y la historia migratoria mexicana está entrando a una nueva etapa histórica.

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