lunes, 10 de abril de 2023

La intolerancia fascistoide del pensamiento único

 

La idea del fin de la historia, expuesta por Francis Fukuyama en su icónico libro El fin de la historia y el último hombre (The end of history and the last man, Free Press) en 1992, el cual partió del polémico ensayo del autor ¿El fin de la historia?, que apareció en 1989 en The National Interest, revista conservadora, pregonó la instauración del pensamiento único, la victoria del mercado, las democracias liberales, y el triunfo de Occidente, representado por Estados Unidos. A la caída del muro de Berlín y la disolución del llamado socialismo realmente existente (URSS), los neoliberales supusieron el fin de las ideologías, justificando la dominación de la economía de mercado y la oligarquía global rigiendo los destinos del capitalismo salvaje y depredador como único fin de la humanidad. No hay nada más allá del capitalismo.

El pensamiento único busca proscribir ideologías e ideas que no reconocen al neoliberalismo y el mercado como fundamento de un sistema económico que se pretende eterno. En las universidades públicas y privadas, la educación básica, la purga de todo pensamiento alternativo implicó educar a niños y jóvenes como consumidores y hacerlos competir por una posición –oportunidades le llamaron- escasa en la sociedad, exacerbando el individualismo y destruyendo la vida comunitaria, los lazos comunales, la colectividad. La uniformidad es la exigencia de una sociedad en la que el mercado rege. Conceptos como desarrollo sustentable o sostenible, agencia, resiliencia, sociedad civil, entre otros, buscaron justificar la acción individualista y grupal por medio de dinero público y “donaciones” privatizados, mientras se constreñía al Estado.

Al capitalismo salvaje y depredador molesta el estado de bienestar, los movimientos sociales, la vida comunitaria, la acción colectiva. Al constreñir al Estado a su mínima expresión, potencializa a organizaciones de la llamada sociedad civil para apropiarse, ideológica, políticamente, y en la práctica, de algunas obligaciones y funciones de gobiernos y Estados nacionales, por medio de la privatización y patrimonialización del dinero público, y el financiamiento de las oligarquías disfrazado de filantropía. En este contexto, la prepotencia de la derechista Denise Dresser, profesora del ITAM, nido neoliberal y conservador, y de los medios golpistas, como el periódico #Reforma y #AristeguiOnline, de exigir la desaparición de la conferencia del presidente de México y la censura de #AMLO, tiene sentido. La gente solo debe hacer caso de la agenda derechista.

En su columneta en el periódico #Reforma, la doctora Dresser abunda sobre los dictados de la derecha. De un lado, reconoce agravios sociales, pero afirma que el presidente de México los usa para polarizar, y por el otro, exige censurar y callar a #AMLO, aunque se asume como la gran demócrata que no es. En resumen, Denise Dresser demanda no hablar de los agravios sociales, de las complicidades, los privilegios, de la perversa concentración de la riqueza en pocas manos, y de la campaña de los medios corporativos golpistas para golpear e intentar derribar a un gobierno legítimo y democráticamente electo, como la oligarquía y las elites políticas vociferan. También, para la derecha, no es simple censurar y clausurar la conferencia mañanera, sino lo que les importa es que prevalezca la agenda de esa derecha cavernaria, fascista. Les urge capturar y desvanecer al presidente, sus políticas gubernamentales, su cercanía con la gente y sus respuestas a la derecha.

Ahora bien, la exigencia de Denise Dresser no es una postura personal, menos una ocurrencia. Es la voz de la derecha mexicana, a la que le preocupa que la agenda gubernamental tenga una plataforma de comunicación que llega a miles de mexicanos y no depende de los medios corporativos golpistas y sus escribanos. La agenda política e ideológica de la derecha languidece en el desprestigio, sin autoridad moral y ética. Pero debemos tener claro, que este aviso puede ser preludio del uso político y jurídico de instancias como el INE, TEPJF, INAI, amparos judiciales e incluso la SCJN, para callar al presidente de México y a millones de mexicanos. Estemos alerta.

No hay comentarios: