sábado, 8 de abril de 2023

Periodismo ¿sin adjetivos?

 

Sin duda, la Conferencia Presidencial de lunes a viernes, cuenta una historia diaria sobre la comunicación, el periodismo y el oficio reporteril más allá del ejercicio periodístico impuesto durante décadas por los medios corporativos. Acostumbrados a la simulación de la supuesta neutralidad, mientras los consorcios privados y sus columnistas recibían millones de pesos del erario público, pergeñaban una agenda pública acorde con los gobiernos del PRIAN. Este proceso se exacerbó en los tres últimos sexenios en los que el PAN y el PRI cogobernaron, haciendo que la agenda neoliberal prevaleciera. En lo económico, ensalzaban las políticas que buscaban privatizar todo lo público; en lo político, con filtraciones y elogios en portadas y columnas posicionaban a los presidentes, políticos y funcionarios del PRIAN, y en lo bélico, pasaron de celebrar capturas de capos y las atrocidades de la guerra de Felipe Calderón a ocultar los vínculos gubernamentales con la delincuencia y sus crímenes de lesa humanidad.

El periodismo sin adjetivos no existe. Quizás en las mentes ínfimas de algunos profesores de comunicación y periodismo, de seguro recipientes de algún tipo de chayote, subsista la idea positivista de que la nota periodística o los diferentes géneros periodísticos son neutrales, pero la falsedad ideológica y política siempre se impone. Por ello no extraña que la columnera del periódico Reforma, Denise Dresser –porque periodista no es, pues no se le conoce ninguna obra de investigación periodística, aunque se le ha señalado por plagiar, junto con una de sus exparejas, un libro de un autor estadounidense y, acorde con cables de #WikiLeaks, de ser informante del gobierno de Estados Unidos-, bajo el manto protector de la derechista Carmen Aristegui, afirme que hay que censurar a #AMLO si se quiere, como ella vocifera, la reconciliación del país. Para la profesora del ITAM, feminista de ocasión, activista derechista, marchista a favor de privilegios y golpismo antiAMLO y #4T, el problema es la conferencia matutina.

Acorde con sus alegatos, hay que cerrar, censurar y proscribir la #Mañanera, pues el presidente de México “polariza”. Y la itamita quiere algo que la derecha llama “reconciliación”, término que hemos escuchado del traidor senador por Morena, Ricardo Monreal, y la coalición derechista y ultraderechista conformada por PAN, PRI, PRD y, simulando, Movimiento Ciudadano. Bajo las órdenes del junior Claudio X. González, la derecha pretende callar a #AMLO, pero no por “polarizar”, sino porque exhibe diariamente a la derecha, sus medios corporativos golpistas, columneros sicarios del empresariado golpista, a las elites políticas y la oligarquía. Es la razón detrás de la supuesta reconciliación y la censura a la conferencia presidencial. A la fecha, el escarnio, odio y desprecio en redes sociales ha sido poco eficaz; lo mismo las 8 columnas y las mentiras de los opinólogos, tanto de los conservadores como de la autollamada “verdadera izquierda”. Las campañas del #Lawfare, golpean, pero no han logrado derrotar la transformación.

En este sentido, Denise Dresser no es nada más que la portavoz y franelera de la derecha al vociferar que la #Mañanera debe ser censurada y proscrita. Es lo que la alianza derechista, las elites políticas y la oligarquía desean con ahínco. Incluso, en Twitter algunos derechistas van más allá: no solo debe censurarse la conferencia presidencial, también el presidente de México debe irse. Es decir, el paraíso neoliberal solo le será devuelto a la derecha si #AMLO, la #4T y #Morena renuncian a la transformación del país, a la politización y concientización de millones de mexicanos, a redistribuir el ingreso, a aumentar los salarios mínimos por arriba de la inflación, a construir grandes obras con dinero público, sin cederlas a la oligarquía, a promover el bienestar del México del sur y el sureste. A la derecha la democracia le importa un bledo. Y la itamita lo único que hace es expresar, por medio de Carmen Aristegui, las intenciones de la derecha golpista. La democracia es una anomalía a la que solo ellos tienen derecho. El pueblo, es lo de menos.

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