miércoles, 21 de junio de 2023

PAN: delincuencia y corrupción

 

Si con el juicio a Genaro García Luna, declarado culpable de cinco cargos que incluyen tráfico de cocaína a Estados Unidos, el PAN ha pretendido deslindarse, el último escándalo de la regidora Denise Ahumada de Reynosa, Tamaulipas, dibuja una práctica sistemática de integrantes, adherentes, amigos y funcionarios de ese partido político: involucramiento activo con la delincuencia organizada. Aunque la regidora llegó al cabildo de Reynosa con la bandera del PVEM, pronto declaró su amor por el PAN. En videos en redes sociales se escucha su entusiasta chapulineo y al representante partidista recibirla con similar exaltación. El ex secretario de Seguridad del espurio Felipe Calderón, nunca militó en el PAN, pero fue funcionario de esa organización cuando llegó a la presidencia de la República Vicente Fox. Durante dos sexenios (2000-2006 y 2006-2012) fue cobijado y promovido, tanto por el PAN como por los gobiernos panistas. Negarlo solo acrecienta la desconfianza de la ciudadanía.

Pero la gente del PAN no solo promovió un narcogobierno a nivel nacional, también ha prohijado corruptelas de todo tipo. Los hijos de Martha Sahagún, esposa de Vicente Fox, se volvieron multimillonarios al amparo del gobierno panista. En la ciudad de México, de los rumores se ha pasado a documentar y sustentar una red de corrupción encabezada por funcionarios de alcaldías gobernadas por el PAN: el cartel inmobiliario. Diversas denuncias ciudadanas, algunos detenidos y hechos en los que edificios y otras mega construcciones proliferaron sin la debida autorización, describen situaciones que, no solo son negadas por el PAN, sino que a los delincuentes de cuello blanco se les ha vestido de “perseguidos políticos”. La delincuencia y la corrupción panista hoy son importantes lastres de una derecha que hace interesantes sinergias con las elites políticas y económicas, delincuentes y corruptos, pero no con la ciudadanía. La negación ya no le funciona al PAN para limpiar sus prácticas criminales.

No hay duda que en el PAN hay gente honesta y honorable, pero desde las concertaciones con Carlos Salinas de Gortari, destaca más los deshonestos, corruptos y saqueadores. En esa época, el expresidente priista pactó aceptar triunfos legítimos del PAN en el norte del país a cambio de su apoyo a una presidencia de la República espuria, ilegítima, producto de un gigantesco fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas y millones de ciudadanos que lo respaldaron. El PAN así se fue mimetizando con el PRI y viceversa. En el 2000, con el arribó de Vicente Fox, un mediocre empresario en ruina económica, el PRIAN se consolidó. Sobre todo, en la simulación, corrupción, saqueo e incorporación de políticos, militantes y funcionarios de ambos partidos políticos a los gobiernos, tanto de Fox como de Calderón, que se distinguieron por maquinar negocios, saqueo, corruptelas, impunidad y vínculos con delincuentes organizados. Genaro García Luna es la cumbre de un proceso en el que el lavado de dinero (gubernamental y del narco), una guerra esquizofrénica entre carteles del narcotráfico, promovida por el gobierno panista, y la formación de un narcogobierno.

El PAN ha pasado de opositor real al nacionalismo revolucionario del PRI, en particular en sus posturas anticardenistas, a una perversa integración con la clase política que decía combatir. No solo se mimetizó con el PRI, sino que potenció las habilidades delincuenciales, corruptelas, saqueo e impunidad de todo tipo prohijadas por el PRI. Genaro García Luna, Denise Ahumada, el cartel inmobiliario de la ciudad de México, son ejemplos emblemáticos de la corrupción y el saqueo panista, pero también de sus vínculos, intrigas y asociación formal e informal con la delincuencia organizada. En las pasadas elecciones, el PAN pretendió asociar a Morena, AMLO y los candidatos guindas con el narco, más las evidencias son innegables en el caso del PRIAN. Políticos, empresarios y funcionarios públicos del PAN son delincuentes y corruptos.

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