jueves, 22 de junio de 2023

Continuidad con cambio, Segunda parte

 

Acorde con las directrices pactadas en el seno del consejo nacional de Morena, los participantes -4 morenistas, 1 del PT y 1 del PVEM- buscan que la ciudadanía –no esa difusa y bastarda sociedad civil de la derecha- conozca, compare y se informe de primera mano, más allá de una decisión presidencial y cupular, sobre cómo podrían dar continuidad a la 4ª transformación. La diferencia fundamental con la oposición y su larga fila de aspirantes, es que hay un movimiento social y político que conoce los grandes ejes del cambio impulsado por AMLO, mientras los opositores navegan en decisiones cupulares, propaganda que difama, pero nada propone, la imposición de una alianza derechista encabezada por un depredador económico que ha hecho fortuna con financiamiento de gobiernos extranjeros, condonaciones y sin pagar impuestos, facciones de la oligarquía que añoran saqueo y corrupción, la sociedad civil y académicos derechistas alineados a políticos y empresarios saqueadores y corruptos.

El primero de julio cumplirá cinco años el triunfo de AMLO y el amplio, complejo y, a veces, extraño movimiento social y político al que se integraron políticos, exfuncionarios, ciudadanos, izquierdistas –radicales y moderados-, empresarios medianos y pequeños, adultos, mujeres y hombres de diversas clases sociales y orígenes étnicos. La inclusión es el signo del obradorismo y el morenismo, aunque algunos sectores minoritarios –como la comunidad LGBT+, feministas radicales- se hicieron a un lado. Con todo, el camino está abierto para el tránsito de millones de ciudadanos. Según las encuestas más recientes, la aprobación de AMLO alcanza niveles nunca antes vistos: 60-70% de los mexicanos aprueban su mandato. Incluso, una encuesta reciente del periódico Reforma a personas que aseguran que jamás votarían por Morena, deja respuestas ambiguas como “habría que darle otra oportunidad a Morena” o “AMLO o Morena no han hecho un mal gobierno”.

La encuesta de Reforma (21/06/2023) es interesante, pues aún entre su muestra, específica y acotada, de personas que “jamás” votarían por Morena, surgen grietas. Asimismo, en encuestas a población abierta solamente entre el 25% y el 30% está inconforme contra AMLO, Morena y la 4ª transformación, pero la encuesta de Reforma muestra un comportamiento interesante de ciudadanos que, referidos al porcentaje que está en contra del gobierno actual, no son un bloque inamovible. La aprobación de AMLO no puede ser trasladada de modo automático y acrítico, tanto a Morena como a sus aspirantes. De ahí lo interesante del experimento que AMLO lanzó y que está siendo torpedeado por una derecha opositora que cada día suma más candidatos a sus deseos por la presidencia de la República. En su libro (La disputa por México: dos proyectos frente a frente para 2024, Harper Collins, 2022), Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, describen dos visiones de nación que se confrontarían en 2024. Pero no hay paralelo.

Es decir, los aspirantes a coordinar la 4ª transformación tienen un proyecto, ejes centrales, valores, principios y un camino pavimentado por AMLO, mientras la derecha opositora solo ofrece no acabar con los programas sociales, consagrados en la Constitución mexicana, pero sí regresar a saqueo y corrupción. La oposición derechista no tiene propuestas de nación. Para la derecha, lo fundamental es recuperar el país perdido en 2018 a manos del “autoritarismo” y el “chavismo-obradorista”. Según la derecha fascistoide, millones de mexicanos apoyamos a un “dictador” que, paradójicamente, no usa al ejército para reprimirlos, no cesa a la SCJN –Ernesto Zedillo- comprada y cooptada por las elites económicas y políticas, no censura a la prensa sicaria –pero señala sus mentiras y estupideces- y no ha confiscado la propiedad privada –lo del tramo del Ferrocarril Transínstimico fue recuperar parte de una concesión. No hay “dictadura” castro-chavista”. Es la imbecilidad de la derecha.

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