La huelga del Poder Judicial, parece haber entrado a un callejón sin
salida. Lo único que defienden es la supuesta superioridad de un poder
corrupto, cooptado por la oligarquía, comprado por la delincuencia de cuello blanco
y los criminales. Se parapetan en la defensa de una autonomía perversa que no
reconoce a los otros poderes del Estado mexicano. Se van a la huelga por una
reforma que todavía no sucede. Cuestionan el contenido de la reforma judicial
que en ningún lado afirma que va a golpear a los empleados y sus derechos
laborales esenciales. La perversidad de un grupúsculo de ministros,
magistrados, jueces, se impuso al razonamiento básico, a quienes no les
importan los derechos de los trabajadores, sino solo sus privilegios. De los 55
mil trabajadores del Poder Judicial, una minoría se embolsa millones de pesos
anuales y cuenta con privilegios de todo tipo, incluidos una serie de
fideicomisos con miles de millones de pesos, mientras la mayoría de los
empleados gana, en promedio, unos 5 mil pesos mensuales.
Con el avance de la discusión de la reforma judicial en la Cámara de
Diputados, integrantes del Poder Judicial, una minoría y sus grupos de choque,
bloquearon el recinto camaral lo que obligó a los diputados a sesionar en una
sede alterna. En este contexto, jueces y juezas decidieron violar la Ley de
Amparo y la Constitución, autoamparándose. Asimismo, lanzaron a la calle a
estudiantes de universidades privadas, la UNAM y la UAM, cuyos liderazgos están
vinculados a personajes cercanos a Claudio X. González, además de que las
marchas han sido encabezadas por la derecha partidista y grupúsculos ligados a
la marea rosa. El rechazo a la reforma judicial es, en este momento, el
objetivo de la derecha, pero ignoran que los mexicanos están claros de la
necesidad de cambiar el Poder Judicial, pues no solo es un nido de corrupción,
nepotismo, saqueo, violaciones constitucionales, abusos de poder, casos sin
resolver, ausencia de justicia para los más vulnerables, también es un coto de
privilegios. Una isla dorada elitista.
Tanto el Poder Judicial como la derecha partidista y de la llamada
sociedad civil, han argüido durante décadas “la ley es la ley”, además de
esgrimir una de sus frases favoritas, estado de derecho, pero en las últimas
semanas vemos que la ley es la ley y el estado de derecho son a conveniencia de
sus intereses. Gritan cuando marchan y dicen que defienden al INE, la SCJN, el
Poder Judicial, pero en cuanto la ley y la Constitución les son adversas,
exigen violar cualquier normativa porque afecta sus privilegios. Durante la calificación
de las elecciones del 2 de junio de 2024, ante el masivo voto a favor de la
presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y la mayoría calificada de Morena y sus
aliados, inventaron cualquier artimaña para violar la ley electoral y la
Constitución. Hoy, con la reforma judicial a punto de ser aprobada, violentan
la Ley de Amparo y la propia Constitución emitiendo autoamparos y amenazas, sin
pudor.
El laberinto del Poder Judicial está llevando a este poder del Estado
mexicano a su debacle, pero no por la reforma judicial, sino por la
persistencia de las violaciones a las leyes y la Constitución perpetradas por
la SCJN, el CJF (Consejo de la Judicatura Federal), jueces, ministros y
magistrados. El Poder Judicial está creando las condiciones para una crisis
constitucional, la cual el Congreso de la Unión tiene las atribuciones
constitucionales para revertir. Desde juicios políticos y hasta el extremo de
una requisa, pueden ser argumentados y llevados a cabo por Morena y sus
aliados. El presidente de la República ha insistido en la necesidad de operar
los cambios de manera democrática. La mayoría calificada en la Cámara de
Diputados y la mayoría simple en el Senado, son producto del juego democrático.
Millones de mexicanos, a pesar del desprecio y el odio de la derecha, salieron
a votar por transformar un Poder Judicial que no les garantiza justicia, que
tuerce la ley a favor de la oligarquía y los delincuentes, y en contra de
millones de mexicanos vulnerables y vulnerados por el Poder Judicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario