martes, 12 de noviembre de 2024

Trump: salvar el sueño americano

 

Algunos México-americanos, descontextualizando el momento en que Estados Unidos se convierte en una nación independiente, engrandecen, por simple ignorancia y desconocimiento histórico, los “valores” de la Constitución estadounidense, negando que ese país comenzara su carrera por afianzar el capitalismo que se erigía como sistema económico en Inglaterra, pero que auguraba su predominio mundial. En los orígenes del capitalismo, Marx planteó que la expoliación del campesinado en Inglaterra y otros lugares, como Francia, fue un signo esencial de la acumulación capitalista. En Estados Unidos, el exterminio de las sociedades originarias, el esclavismo y la colonización del medio oeste, son comparables con las raíces del capitalismo que Marx advirtió en Inglaterra.

Las 13 colonias que se independizaron de la Corona inglesa, estaban conformadas por grupos de extremistas conservadores, donde la religión era esencial en su vida cotidiana, cuyas ideas están presentes en la Constitución estadounidense, lo que podría suponer que luchaban por una libertad prístina y una grandeza originaria. Es lo que algunos México-americanos creen que es la felicidad pura que suponen buscaban las comunidades que fundaron ese país. Asimismo, también ignoran que más de 200 años después, el país que celebran, es el principal motor del capitalismo salvaje. El capitalismo salvaje es una realidad, y es impulsado por las grandes corporaciones estadounidenses, cuyos dueños hacen realidad la Constitución estadounidense predicando que la acumulación capitalista y la tasa de ganancia son esenciales al llamado “sueño americano”.

El MAGA (Make America Great Again), con el proyecto 2025, apuntan a rescatar el “sueño americano”, pero solo para unos cuantos. Es decir, para los blancos anglosajones fundadores de Estados Unidos. Las anunciadas deportaciones masivas de inmigrantes, no solo incluyen a los indocumentados, acorde con los planteamientos de los extremistas que ocuparán los principales cargos para su frontera sur y la política exterior en general, también a otros grupos. Actualmente, hay alrededor de 12 millones de inmigrantes indocumentados en ese país, de los cuales cerca de 7 millones son mexicanos. Pareciera lógico que este universo de personas sea su principal objetivo, pero parecen ir por más. El “sueño americano”, solo será posible, según el proyecto 2025, que prevé cambios radicales en todos los sentidos, con el capitalismo salvaje.

Donald Trump regresa a la presidencia de Estados Unidos, en condiciones realmente privilegiadas. La Cámara de Representantes, la Cámara de Senadores, la Suprema Corte, y el gobierno, son suyos. En los próximos cuatro años podría imponer su nacionalismo extremo, radical proteccionismo e ideas racistas, misóginas, clasistas y antiinmigrantes. En el caso de la población de origen latino/hispano, su incomodidad con los demócratas los llevó a darle a los republicanos extremistas un voto que quizás los afecte también en muchos sentidos. No es extraño. Muchos de los grupos de inmigrantes –naturalizados, residentes, nacidos, etc.- son conservadores. Son pocos los liberales y las ideas de izquierda son rechazadas enfáticamente. En otro lado aludí a la idea de que los latinos/hispanos están moldeando un nuevo “mainstream”; un nuevo marco sociocultural que está redefiniendo a la sociedad estadounidense.

El MAGA es un slogan para hacer frente a la pérdida de hegemonía e importancia global de Estados Unidos, si bien sigue siendo la más poderosa economía. Es un discurso dirigido, sobre todo a los votantes anglosajones, que los hispanos/latinos no han comprado totalmente, porque son poblaciones muy diversas con orígenes múltiples que, aunque están bastante bien integradas a ese país, la manera en que lo han hecho, también de modos complejos, poco tiene que ver con la negación de sus raíces, una gran diferencia con los inmigrantes anglosajones y de otros precedentes europeos, quienes construyeron lo que podríamos llamar el mainstream estadounidense histórico.

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