Algunos México-americanos, descontextualizando el momento en que Estados
Unidos se convierte en una nación independiente, engrandecen, por simple
ignorancia y desconocimiento histórico, los “valores” de la Constitución
estadounidense, negando que ese país comenzara su carrera por afianzar el
capitalismo que se erigía como sistema económico en Inglaterra, pero que
auguraba su predominio mundial. En los orígenes del capitalismo, Marx planteó
que la expoliación del campesinado en Inglaterra y otros lugares, como Francia,
fue un signo esencial de la acumulación capitalista. En Estados Unidos, el
exterminio de las sociedades originarias, el esclavismo y la colonización del
medio oeste, son comparables con las raíces del capitalismo que Marx advirtió
en Inglaterra.
Las 13 colonias que se independizaron de la Corona inglesa, estaban
conformadas por grupos de extremistas conservadores, donde la religión era esencial
en su vida cotidiana, cuyas ideas están presentes en la Constitución
estadounidense, lo que podría suponer que luchaban por una libertad prístina y
una grandeza originaria. Es lo que algunos México-americanos creen que es la
felicidad pura que suponen buscaban las comunidades que fundaron ese país.
Asimismo, también ignoran que más de 200 años después, el país que celebran, es
el principal motor del capitalismo salvaje. El capitalismo salvaje es una
realidad, y es impulsado por las grandes corporaciones estadounidenses, cuyos
dueños hacen realidad la Constitución estadounidense predicando que la
acumulación capitalista y la tasa de ganancia son esenciales al llamado “sueño
americano”.
El MAGA (Make America Great Again), con el proyecto 2025, apuntan a
rescatar el “sueño americano”, pero solo para unos cuantos. Es decir, para los
blancos anglosajones fundadores de Estados Unidos. Las anunciadas deportaciones
masivas de inmigrantes, no solo incluyen a los indocumentados, acorde con los
planteamientos de los extremistas que ocuparán los principales cargos para su frontera
sur y la política exterior en general, también a otros grupos. Actualmente, hay
alrededor de 12 millones de inmigrantes indocumentados en ese país, de los
cuales cerca de 7 millones son mexicanos. Pareciera lógico que este universo de
personas sea su principal objetivo, pero parecen ir por más. El “sueño
americano”, solo será posible, según el proyecto 2025, que prevé cambios radicales
en todos los sentidos, con el capitalismo salvaje.
Donald Trump regresa a la presidencia de Estados Unidos, en condiciones
realmente privilegiadas. La Cámara de Representantes, la Cámara de Senadores,
la Suprema Corte, y el gobierno, son suyos. En los próximos cuatro años podría
imponer su nacionalismo extremo, radical proteccionismo e ideas racistas,
misóginas, clasistas y antiinmigrantes. En el caso de la población de origen
latino/hispano, su incomodidad con los demócratas los llevó a darle a los
republicanos extremistas un voto que quizás los afecte también en muchos
sentidos. No es extraño. Muchos de los grupos de inmigrantes –naturalizados,
residentes, nacidos, etc.- son conservadores. Son pocos los liberales y las ideas
de izquierda son rechazadas enfáticamente. En otro lado aludí a la idea de que
los latinos/hispanos están moldeando un nuevo “mainstream”; un nuevo marco
sociocultural que está redefiniendo a la sociedad estadounidense.
El MAGA es un slogan para hacer frente a la pérdida de hegemonía e
importancia global de Estados Unidos, si bien sigue siendo la más poderosa
economía. Es un discurso dirigido, sobre todo a los votantes anglosajones, que
los hispanos/latinos no han comprado totalmente, porque son poblaciones muy
diversas con orígenes múltiples que, aunque están bastante bien integradas a
ese país, la manera en que lo han hecho, también de modos complejos, poco tiene
que ver con la negación de sus raíces, una gran diferencia con los inmigrantes
anglosajones y de otros precedentes europeos, quienes construyeron lo que
podríamos llamar el mainstream estadounidense histórico.
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