sábado, 9 de noviembre de 2024

Valencia, solidaridad

 

La DANA, como otros fenómenos naturales-ambientales-sociales, porque las fuerzas y frecuencias de huracanes, ciclones, tormentas, estaciones intensas de calor, lluvias y frío, invertidas, que estamos experimentando actualmente tienen una carga antropocéntrica innegable, está marcando un claro cambio de rumbo de la población española de esa zona. Miles han marchado para exigir la renuncia de Carlos Mazón, un oscuro integrante del Partido Popular que supuestamente gobierna Valencia, pero que disolvió un sistema de emergencia para dárselo a quienes adoran torturar toros, ignoró alertas de la catástrofe, mientras disfrutaba de una linda fiesta, acompañó al repudiado rey de España y al presidente del Gobierno español Sánchez, quien se hace pasar por socialista, unos días después de la calamidad vivida por los valencianos, sin atender sus angustias, pérdidas personales y ruina de su vida cotidiana.

Sin duda, la derecha en España ha avanzado casi de modo inexorable. Muchos ciudadanos, quienes viven entre el pasado franquista, extremista que aseguran salvaguardó los “valores” de sociedades ultra conservadoras, y la modernidad de la Unión Europea que con su sistema de codesarrollo ha cambiado a naciones sumidas en la pobreza –como lo fue España-, hoy se percatan que votar por la derecha, el franquismo, el conservadurismo, no es garantía que su vida cotidiana importe. Son preferibles las torturas y masacres de animales indefensos que miles disfrutan, como parte de la barbarie de un proceso civilizatorio que conoce cada vez más obstáculos y retrocesos que avances. Los valencianos no están cambiando sus anquilosados modos de pensar, pues la mayoría votó por tener a un gobernante derechista, fascista, que prefiere masacrar toros, sino están reaccionando ante un personaje que fue elevado a “autoridad” con la esperanza de que sus vidas importen.

Como quiera, hoy la solidaridad con Valencia es fundamental. Es urgente, no solo rescatar a los habitantes de Valencia de tormentas que han vuelto sus vidas insoportables, sino también de una derecha a la que no le importan los ciudadanos, a pesar de que proclamen que la familia tradicional debe prevalecer. El PSOE no tiene respuestas a los desafíos que los valencianos presentan a la derecha, en un giro político, pero no ideológico, contra un gobernante que debería renunciar ya, porque es compañero de viaje de la derecha, del conservadurismo, y a veces del fascismo franquista. Los “socialistas” del PSOE, como el Partido Demócrata en Estados Unidos, abandonaron hace tiempo a los obreros y a los ciudadanos en general. Si hoy tienen la presidencia del Gobierno español, no es por abanderar causas socialistas, sino por componendas políticas.

En México, los últimos fenómenos naturales-ambientales-sociales, devastaron a muchas comunidades. Aunque a la “izquierda buenaondita” no guste, AMLO, ante el huracán Otis, operó un programa que incluyó rescatar a las comunidades afectadas y las bases económicas de zonas como Acapulco, cuya economía local y familiar dependen del turismo. A la “izquierda buenaondita” se le “olvida” que vivimos en el sistema capitalista y que huracanes como Otis, son producto del capitalismo salvaje, además de un estado como Guerrero que es disputado por la delincuencia organizada y a la que la 4T podría salírsele de las manos, a juzgar por los recientes acontecimientos. La delincuencia organizada en Guerrero actúa como cualquier mafia capitalista. Disputar por territorios, que incluyen gobiernos locales y comunidades, no es solo establecer fronteras para la producción de delincuencia, es para afianzar el dominio mediante el terror.

En Valencia, España, la mafia derechista y fascista, se olvidaron del pueblo valenciano. No hay parangón con lo que sucede en Guerrero, excepto que AMLO hizo lo necesario para atender –a pesar de los medios corporativos golpistas que afirman que jamás fue a Guerrero después del impacto de Otis- a las comunidades devastadas y a los negocios de los capitalistas. Ingentes recursos se aplicaron. Por eso el secretario de Hacienda debe ser ratificado, no fue nada más voluntad política. Fue un manejo extraordinario de los recursos públicos y la economía.

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