lunes, 23 de diciembre de 2024

¿A dónde va la política migratoria mexicana?

 

Como en Estados Unidos, la política migratoria mexicana es también de carácter federal, excepto que para el gobierno de ese país es un asunto doméstico, es decir, es un problema que atañe nada más a los gobernados y su gobierno. A nadie más. México ya no es más un país expulsor de migrantes. Se ha convertido en país de tránsito, arribo, estancia temporal y permanente, y destino laboral. Estos procesos, además de la presión estadounidense para detener y regular la llegada y paso de las multitudinarias caravanas migrantes, cuya principal meta es el país del norte, han obligado a cambiar la política migratoria mexicana.

Sin embargo, han sido cambios coyunturales, no estructurales. Cambios políticos, es decir, para mantener una relación bilateral estable, evitando las amenazas del gobierno estadounidense. Durante el primer mandato de Donald Trump, ante la amenaza de aplicar aranceles y la construcción del muro fronterizo, el gobierno mexicano se vio obligado a negociar y aceptar algunas condiciones de Trump, convirtiendo a México en barrera para evitar el paso de miles de migrantes que vienen del sur de América Latina, incluyendo nacionalidades de otras partes del mundo. Muy desafortunado, pero el realismo se impuso.

En este sentido, a México le toca "manejar", ya no solo la salida de mexicanos que se van a Estados Unidos –programas braceros, migración indocumentada, movilidad laboral H2A y H2B, amnistía en 1986, etc.-, sino también los contingentes de migrantes que vienen de Centroamérica y del Sur. Cuando AMLO asumió la presidencia de México, planteó una política migratoria hacia las caravanas migrantes de libre paso, pero la que tuvo que redefinir ante las presiones de Donald Trump. El segundo mandato del energúmeno naranja no será tan diferente. Tano halcón nombrado para su gobierno –en realidad parece una mafia derechista y fascista- no augura una buena relación bilateral y con América Latina y el Caribe, aunque la decisión clara y fuerte de la presidenta Claudia Sheinbaum, no permitirá, a pesar de la derecha mexicana, un trato belicoso.

Ahora bien, la política migratoria mexicana debe cambiar profundamente, sobre todo en cuanto al manejo del Instituto Nacional de Migración (INM), ente dependiente de la Secretaría de Gobernación. Su reestructuración urge. Esta instancia actúa, en los hechos como una barrera violenta y corrupta de la transmigración, tergiversando las leyes migratorias mexicanas vigentes e impidiendo la regulación de los migrantes que arriban al país, con la intención de internarse a territorio estadounidense. El INM debe garantizar el respeto de los derechos humanos de los migrantes, el derecho al asilo y el tránsito por el país. Asimismo, la COMAR, instancia que regula el refugio debe igualmente transformarse y desburocratizarse.

Si en su momento el actual delegado del INM fue un erróneo nombramiento de AMLO, pues, aunque el titular saliente tiene formación en derechos humanos, su actuación ha sido devastadora para la posición de México en el marco de la ola migratoria que diversidad de situaciones obligan a distintas nacionalidades a abandonar su país, sus localidades, sus pueblos. Asimismo, el reciente nombramiento del exgobernador de Puebla pone en duda, entre ONG protectoras de los derechos humanos de los migrantes y estudiosos de las migraciones, su incorporación a una institución sobre la que pesan más preocupaciones y miedos. No parece haber mucho interés en reestructurar y refundar la instancia encargada de manejar la política migratoria mexicana. Asimismo, los estados deben involucrarse más activamente, pues sus territorios son áreas de tránsito, permanencia temporal o definitiva de algunos grupos de migrantes.

El nuevo delegado del INM debe garantizar la aplicación de una política migratoria que atienda efectivamente las migraciones internacionales, sin violentar los derechos humanos de los migrantes, además de alentar su estancia temporal sin violencia o canalizar su permanencia, si algunos grupos de migrantes deciden establecerse en México.

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