El affaire Ricardo Monreal-Adán Augusto López, además de dejar al descubierto
una disputa entre los coordinadores de Morena en la Cámara de Diputados y el
Senado, acusaciones de supuestas corruptelas, uso indebido del presupuesto
público y reducción de recursos, reveló el preocupante purismo de la derecha y
la izquierda buenaondita respecto a Morena, la 4T, el obradorismo y el gobierno
de la presidenta Claudia Sheinbaum. El pseudopurismo de la derecha podría ser
comprensible, pues sus anclajes moralistas parecerían justificarla, pero en
realidad intenta desviar la atención de sus propios yerros que siguen hundiendo
al PRIAN; en tanto, la izquierda buenaondita está pretendiendo convertirse en
guardián de toda la izquierda mexicana. La mesa de pseudoperiodistas y
analistas de Julio Astillero, muestra a una pequeña secta izquierdista, heredera
del estalinismo, cómo trata de imponer, entre su auditorio y seguidores, sus
agendas personales y de grupúsculo, usando sus historias personales
aparentemente impolutas y moralmente superiores.
A la derecha, tanto mediática –medios corporativos y sus comentócratas-
como partidista, le urge imponer la narrativa del desgajamiento de Morena, con
la finalidad de desviar la atención de hechos incontrovertibles como el fracaso
de la derecha encabezada por Claudio X. González, la broma de un sector de la
derecha de fundar un partido republicano en México, la cada vez más ridícula
diatriba de supuestos legisladores del PRIAN, como Kenia López Rabadán, Lilly
Téllez, Ricardo Anaya, Alito Moreno, y el pesar que les causa la aprobación
record de al menos 18 reformas constitucionales y diversidad de leyes
secundarias, todas en favor de los mexicanos. No es que la derecha sea purista,
guardiana de las “prácticas políticas” de la izquierda que actualmente gobierna
México. De acusar a la 4T y la presidenta de México de tiranía, comunista, dictadura,
han pasado a cuestionar los devaneos de Morena.
Por su parte, la izquierda buenaondita se ha impuesto la tarea de
desvelar la inmoralidad y amoralidad de Morena. Por un lado, ha dedicado
diatribas al pragmatismo tóxico y obsesivo de Morena –Yunes, Layda Sansores,
Ricardo Monreal, Adán Augusto López, las hermanas Alcalde, aparente nepotismo
en las listas de los precandidatos a puestos en el Poder Judicial, etc.-, y por
el otro, desde sus supuestas impolutas y moralmente superiores agendas
personales, dictar la manera en que Morena, la 4T, los obradoristas, la propia
presidenta de México, deberían de comportarse. Si no lo hacen esa sectaria
izquierda mandata, entonces se acabó la 4T. El segundo piso de la
transformación no va a avanzar. Pero sus historias y agendas personales no son
las de millones de mexicanos. La diatriba de la izquierda buenaondita se
conformó con el avance del sexenio de AMLO. Julio Hernández López, ante un
cuestionamiento a su activismo, decidió asistir a una Mañanera para reclamar a
AMLO que lo cuestionaran, declarándose “periodista en resistencia”.
De lunes a viernes, Julio Astillero organiza su discurso “periodístico”
en torno a los yerros de la 4T y Morena, además de inducir las respuestas de
quienes forman parte de sus “mesas periodísticas”. Lo que llama “periodismo en
resistencia” es en realidad especulación y opinión personal, tanto del titular
de su programa youtubero como de sus amigos. Si la derecha funda su narrativa
en el odio y desprecio a AMLO, la 4T, Morena, Claudia Sheinbaum, los millones
de mexicanos que los llevaron al poder político, la izquierda buenaondita basa
su discurso en su supuesta superioridad moral y la imposición de una presunta
agenda de la “verdadera izquierda”. En la derecha la autocrítica a su odio y desprecio
no existe. En la izquierda buenaondita cualquier cuestionamiento externo es
llevado a la tribuna mediática, para defenderse como secta estalinista, no como
una izquierda democrática. Julio Astillero olvida que la vida pública en este
país está cambiando y que su anquilosamiento estalinista es simplismo
periodístico. ¿A qué se resistirá cuando califica su práctica periodística como
“periodismo en resistencia”? Especulación simplista.
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